astoria
Madmaxista
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Me acaban de contar el caso real de una amiga de la infancia.
Hace 4 años entregó 54.000 euros para la entrada de un bungalow. Pasaba el tiempo y no se movía una piedra del tema. Finalmente descubrió que el promotor deseaba mayor precio por las viviendas y se estaba haciendo el sueco. Se sintió engañada y les denunció pero le acabaron devolviendo el dinero.
Mientras tanto, mientras esperaban la devolución de esta pasta, se había metido en otra propiedad y para pagar la entrada solicitó una hipoteca ofreciéndose sus suegros como garantes hipotecarios. Es decir, que solicitó unos 69.000 euros junto a su pareja, avalando sus suegros con su única propiedad, la vivienda habitual.
Los jóvenes acabaron recuperando el dinero, pero lejos de pensar en cancelar ese préstamo, y dejar libres a los suegros, se quedaron la pasta para ellos, como si fuera fácil ser millonario.
Pidieron de su nueva casa hace menos de 2 años el 100 % de tasación, unos 205.000 euros. Parece ser que todo se ha hecho con el mismo banco. Ella ha perdido el trabajo y ha tenido un bebé.
Lo más fuerte es que además de tener su casa hipotecada por todo su valor, se han fundido los 69.000 euros en mejoras, muebles, un cochazo, y vivir a todo tren durante 24 meses. Hasta que en el banco les han dado el gran disgusto.
La hipotecas desde hace 7 meses les han subido una pasta al mes, y les han estado cargando sólo uno de los dos préstamos, el de los padres como garantes. Y, según ella sin avisarles. Les han cargado de momento 400 meses de demora y comisiones de impagados de su casa.
Ahora se ven acorralados. Tienen que vender su casa, y no les va a quedar ni un euro limpio. Y van a tener que centrarse en pagar la hipoteca que tiene comprometidos a los suegros. Y a vivir de alquiler o con los suegros, con el ambientillo bien enrrarecido.
Mi primo me dice que lloran lágrimas de cocodrilo.
Tuvieron en sus manos todo para hacer las cosas bien. El dinero-crédito les cegó, sin duda.
Hace 4 años entregó 54.000 euros para la entrada de un bungalow. Pasaba el tiempo y no se movía una piedra del tema. Finalmente descubrió que el promotor deseaba mayor precio por las viviendas y se estaba haciendo el sueco. Se sintió engañada y les denunció pero le acabaron devolviendo el dinero.
Mientras tanto, mientras esperaban la devolución de esta pasta, se había metido en otra propiedad y para pagar la entrada solicitó una hipoteca ofreciéndose sus suegros como garantes hipotecarios. Es decir, que solicitó unos 69.000 euros junto a su pareja, avalando sus suegros con su única propiedad, la vivienda habitual.
Los jóvenes acabaron recuperando el dinero, pero lejos de pensar en cancelar ese préstamo, y dejar libres a los suegros, se quedaron la pasta para ellos, como si fuera fácil ser millonario.
Pidieron de su nueva casa hace menos de 2 años el 100 % de tasación, unos 205.000 euros. Parece ser que todo se ha hecho con el mismo banco. Ella ha perdido el trabajo y ha tenido un bebé.
Lo más fuerte es que además de tener su casa hipotecada por todo su valor, se han fundido los 69.000 euros en mejoras, muebles, un cochazo, y vivir a todo tren durante 24 meses. Hasta que en el banco les han dado el gran disgusto.
La hipotecas desde hace 7 meses les han subido una pasta al mes, y les han estado cargando sólo uno de los dos préstamos, el de los padres como garantes. Y, según ella sin avisarles. Les han cargado de momento 400 meses de demora y comisiones de impagados de su casa.
Ahora se ven acorralados. Tienen que vender su casa, y no les va a quedar ni un euro limpio. Y van a tener que centrarse en pagar la hipoteca que tiene comprometidos a los suegros. Y a vivir de alquiler o con los suegros, con el ambientillo bien enrrarecido.
Mi primo me dice que lloran lágrimas de cocodrilo.
Tuvieron en sus manos todo para hacer las cosas bien. El dinero-crédito les cegó, sin duda.