Historia inventada. Esta es cierta, contada veinte veces por un tio mío que vive todavía. Su padre era secretario del ayuntamiento en un pueblo de Teruel. El alcalde era rojo y estando éste fuera llegaron dos milicianos preguntando por el médico del pueblo, que era de las derechas. Se lo llevaron al pueblo vecino. Cuando el alcalde regresó y le dijeron que se habían llevado al Médico, cogieron el coche y se fueron al otro pueblo. Llegaron cuando estaban a punto de acabar al médico. El alcalde rojo dijo a los chequistas que ese hombre no había hecho nada y que le debían soltar. Estos se negaron y el alcalde se puso entre el médico y los milicianos gritando que le fusilaran a él primero. El médico salvó la vida aunque fué asesinado meses después. Al finalizar la guerra detuvieron al alcalde y el padre de mi tío se presentó ante el tribunal que lo iba a juzgar y les dijo que iban a juzgar a un hombre justo y valiente, describiendo el episodio del médico. Al final el exalcalde rojo fué puesto en libertad . Eso fué la guerra civil
Shhhhht, que no te oiga alguien del PSOE. No interesa recordar que aquí todos somos españoles, que en la guerra hubo me gusta la fruta y héroes de todos los colores, y que el único motivo por el que hubo una transición pacífica de la dictadura a la democracia es porque la gente tenía todavía muy presente lo que había pasado la última vez.
Aquí lo que interesa es hablar de asesinos, y de víctimas. Aquí todos los bisabuelos eran republicanos, y todos lucharon en el frente como jabatos. Los abuelos esos hijos de la gran fruta, cobardes y venenosos que señalaban a gente en la retaguardia, sacaban a padres de familia de su cama, y les pegaban un tiro en el campo, no tienen descendientes, y eran solo del bando nacional. Nadie lleva la sangre del verdugo, claro.
Aquí a lo que venimos es a sentirnos superiores moralmente. A enseñarles a los Muy de derechas lo limpios que estamos nosotros, y lo sucios que son ellos. A enseñarles cómo, si hubiese ganado el bando republicano no se habría impuesto una dictadura comunista con millones de ejecutados. Cómo las pancartas de Stalin que colgaban en nuestros edificios, se habrían retirado para explicarle amablemente a los soviéticos que todo el apoyo prestado al bando republicano, se lo pagaríamos en abrazos y clases de sevillanas.
Y, sobretodo, aquí a lo que se viene es a recordar que España (o “el país”) se divide entre malvados Muy de derechas pro-España, y modernos progresistas pro-TodoLoDeFuera.