Que triste tiene que ser vivir como separatista en tu propio país. Toda la vida dando por ojo ciego para nada, para acabar viendo como ese país soñado, que ocupa menos territorio y que encima está completamente dentro de España (o al 95% en caso de vascos y catalanes) se acababa llenando de jovenlandeses y neցros mientras uno perdía el tiempo despotricando contra sus vecinos.
Penoso. Ridículo.