Zhukov
Mariscal
En mi disipada juventud leí bastante de ciencia ficción, y unas cuantas antologías de los premios Hugo que vendían de saldo en los VIPS.
Pero la verdad es que dejé de leer ciencia ficción cuando comprendí que no era más que otra forma (peor) de fantasía, con marcianos y robots en vez de elfos y enanos. Lo malo de la ciencia ficción, es que a diferencia de la fantasía, tiene fecha de caducidad. La mayoría de los relatos de ciencia ficción nos dicen más sobre el pasado en el que se escribieron que de hipotéticos futuros. Por ejemplo, resulta risible la obsesión por la bomba atómica y los mutantes.
Y de Heinlein no he leído más que "Tropas del Espacio" que era uno de mis libros favoritos de joven, aunque a su manera Heinlein no fuera más que otro emboscado de retaguardia como Remarque. Pero el libro mola y el subgénero de la ciencia ficción militar es mi favorito.
Alguien dejó en el contenedor un puñado de libros y me quedé con los interesantes, como este es un buen tocho (la edición completa con casi 900 páginas) y dicen que es un clásico, pues hoy en un acceso de aburrimiento, porque estoy algo saturado de lecturas de guerra de trincheras, y no es todavía viernes y ayer ya estuve bebiendo cerveza me ha dado por empezar a leerlo.
Ya sé que este libro se escribió en 1960 antes de la llegada del hombre a la Luna, pero para entonces ya resultaba absurdo especular sobre que hubiera vida en Marte. Pero bueno, la premisa básica de un humano criado por alienígenas y devuelto a la Tierra es interesante.
Decía que me parece infumable el libro, ya llevo 70 páginas, futuro retro desfasado, con coches voladores y Soylent Green. El futuro ya no es lo que era. Aunque al menos, Heinlein anticipó las videollamadas y no mete ceniceros atómicos como Asimov. Ahora, no sé si es culpa de la edad del texto, o es que la traducción es pésima, pero es que los diálogos son penosos, con expresiones anticuadas como "¡que me aspen!". Creo que las dos cosas, porque la traducción es de Domingo Santos, infame en círculos frikis por su execrable traducción del Dungeons & Dragons.
Aparte de eso, parece que la trama gira en torno a la obsesión yanqui con las leyes y el dinero. Es taaaan previsible. Al final llegué a las ciento treinta páginas antes de decidir que no vale la pena seguir. El argumento a lo que parece es una mezcla de "Tarzán en NuevaYork" y la clásica historia del pardillo rico heredero del que todos intentan aprovecharse.
Al respecto, una cosa que me hace mucha gracia, aunque de forma no intencionada, es que el único personaje que no intenta aprovecharse o manipular al extranjero es precisamente una mujer, la enfermera maciza que le atiende, ligera de cascos y calienta braguetas, que ve al tipo como un fenómeno de feria. Hasta ahí bien, aunque no deja de ser un estereotipo.
Lo que no es creíble, es que la enfermera, una vez que se entera de que el bicho raro ese está forrado, no corra a hacerle una "churrupaica de fidelización a proveedor" como dijo uno de burbuja.
Esto me muestra lo poco que conocía Heinlein a las mujeres y que era un virgen come doritos de su época, esto lo sospechaba por las alusiones testimoniales a personajes femeninos en "Tropas del Espacio".
Bueno, pues eso es todo, ¿qué tiene este libro para ser famoso aparte de un título curioso? ¿me pierdo algo?
Pero la verdad es que dejé de leer ciencia ficción cuando comprendí que no era más que otra forma (peor) de fantasía, con marcianos y robots en vez de elfos y enanos. Lo malo de la ciencia ficción, es que a diferencia de la fantasía, tiene fecha de caducidad. La mayoría de los relatos de ciencia ficción nos dicen más sobre el pasado en el que se escribieron que de hipotéticos futuros. Por ejemplo, resulta risible la obsesión por la bomba atómica y los mutantes.
Y de Heinlein no he leído más que "Tropas del Espacio" que era uno de mis libros favoritos de joven, aunque a su manera Heinlein no fuera más que otro emboscado de retaguardia como Remarque. Pero el libro mola y el subgénero de la ciencia ficción militar es mi favorito.
Alguien dejó en el contenedor un puñado de libros y me quedé con los interesantes, como este es un buen tocho (la edición completa con casi 900 páginas) y dicen que es un clásico, pues hoy en un acceso de aburrimiento, porque estoy algo saturado de lecturas de guerra de trincheras, y no es todavía viernes y ayer ya estuve bebiendo cerveza me ha dado por empezar a leerlo.
Ya sé que este libro se escribió en 1960 antes de la llegada del hombre a la Luna, pero para entonces ya resultaba absurdo especular sobre que hubiera vida en Marte. Pero bueno, la premisa básica de un humano criado por alienígenas y devuelto a la Tierra es interesante.
Decía que me parece infumable el libro, ya llevo 70 páginas, futuro retro desfasado, con coches voladores y Soylent Green. El futuro ya no es lo que era. Aunque al menos, Heinlein anticipó las videollamadas y no mete ceniceros atómicos como Asimov. Ahora, no sé si es culpa de la edad del texto, o es que la traducción es pésima, pero es que los diálogos son penosos, con expresiones anticuadas como "¡que me aspen!". Creo que las dos cosas, porque la traducción es de Domingo Santos, infame en círculos frikis por su execrable traducción del Dungeons & Dragons.
Aparte de eso, parece que la trama gira en torno a la obsesión yanqui con las leyes y el dinero. Es taaaan previsible. Al final llegué a las ciento treinta páginas antes de decidir que no vale la pena seguir. El argumento a lo que parece es una mezcla de "Tarzán en NuevaYork" y la clásica historia del pardillo rico heredero del que todos intentan aprovecharse.
Al respecto, una cosa que me hace mucha gracia, aunque de forma no intencionada, es que el único personaje que no intenta aprovecharse o manipular al extranjero es precisamente una mujer, la enfermera maciza que le atiende, ligera de cascos y calienta braguetas, que ve al tipo como un fenómeno de feria. Hasta ahí bien, aunque no deja de ser un estereotipo.
Lo que no es creíble, es que la enfermera, una vez que se entera de que el bicho raro ese está forrado, no corra a hacerle una "churrupaica de fidelización a proveedor" como dijo uno de burbuja.
Esto me muestra lo poco que conocía Heinlein a las mujeres y que era un virgen come doritos de su época, esto lo sospechaba por las alusiones testimoniales a personajes femeninos en "Tropas del Espacio".
Bueno, pues eso es todo, ¿qué tiene este libro para ser famoso aparte de un título curioso? ¿me pierdo algo?
Última edición: