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El catalán no se ha perdido porque les haya importado más que a los aragoneses el aragonés. El catalán se ha conservado porque el aragonés le hizo el escudo. Lo mismo que al gallego le hizo escudo el astur-leonés. Luego hubo el añadido de una burguesía de escasa jovenlandesal empleó la lengua como arma para sacar prebendas a Madrid, que si hubieran encontrado otra arma mejor del catalán se hubieran olvidado. De hecho durante muchísimo tiempo el catalán no le importaba a nadie una cosa, ni en la misma Cataluña.
Los independentistas catalanes no dan miedo ni a los etnianos del Barrio Oliver.
Los pagapensiones aragoneses en Cataluña fueron muchos, y los encausados por el procés son la mitad de origen familiar aragonés. Fíijate si pinta Aragón en Cataluña. Yo mismo estoy emparentado con los Ferrusola, la familia política de Pujol. No sé lo que pintará Aragón en España pero de entrada el avecrem, las panteras rosas y los tigretones ya no se fabrican en Barcelona sino en Aragón. Fíjate si pinta Aragón en España.
esta ocurriendo en todos los países de una manera similar. En españa son los nacionalismos periféricos y se agarran a cualquier detalle folclórico. Sospecho que esto es cosa de los masones o mera estupidez humana, porque ocurre en todos los países no solo en méxico.Como dice el título, estoy hasta los narices del indigenismo de este país, harto de que forzosamente quieran que nos identifiquemos con un pasado lejanísimo quienes nada tenemos que ver con él. Yo no soy indio, tengo barba, mi piel es clara y mi cabello rizado, todo lo opuesto a la gente de las etnias antiguas y actuales. Tampoco hablo ninguna lengua indígena, pues aunque en la región donde nací se habla el zapoteco, yo no lo hablo ni lo entiendo, ya que sólo viví allá hasta los cuatro años y mis papás jamás me lo enseñaron, nunca me hizo falta.
Aquí existen muchas zonas arqueológicas construidas por antiguas civilizaciones indígenas, pero a mí no me interesan, las veo muy ajenas a mí. Yo prefiero los edificios virreinales, los palacios, las casas, los templos, las iglesias, las catedrales. Mi pensamiento no es indígena, no los entiendo ni me interesa entenderlos. Aquí se suele decir que nosotros estamos en deuda con los indios, pero yo no les debo nada, no los he ofendido o agredido ni ellos me han favorecido enormemente como para sentir que les debo algo.
En este país está muy bien visto enorgullecerse de tener la piel morena y tener raíces indígenas, pero pobre del que se atreva a decir que se siente orgulloso de su herencia hispana, de su piel clara. Y aquí me interesa mencionar que hay mucha gente fulastre que automáticamente relaciona la piel morena con ser indio, aunque el tonalidad pueda deberse a asolearse mucho. Por tanto, si alguien bronceado se siente orgulloso de su ascendencia española, inmediatamente le sueltan que no puede sentirse así porque es moreno. O también se dice la estupidez de que un blanco y rubio no es mexicano porque los mexicanos son morenos, la raza de bronce.
México no es el país azteca, nunca lo ha sido y nunca lo fue; los mexicanos no somos aztecas ni descendemos de ellos en una aplastante mayoría. El aztequismo que ha contaminado la mente de muchos mexicanos es una abominación, un veneno del que no parece haber cura. Yo aborrezco el aztequismo. Alguien de Chihuahua, de Sinaloa, de Jalisco, de Nayarit y de otros estados no tendría por qué lamentarse de que Tenochtitlan haya caído en 1521, pues lo único que lo ata a esa ciudad es que en ese mismo lugar se encuentra la ciudad capital del país, pero esa ciudad no es la de 1521.
Hace años había aquí en un parque de Guadalajara una escultura de Cuauhtémoc, el último gobernante de Tenochtitlan, quien se rindió ante Cortés el 13 de agosto de 1521. Y yo me pregunto qué narices tenía que hacer en Guadalajara una escultura de un personaje que nada tuvo que ver con esta ciudad, porque ésta se fundó en 1542 y él murió en 1525, sin mencionar que Guadalajara fue fundada por españoles, más precisamente los hermanos Oñate por órdenes de Nuño de Guzmán, y que el sobrevalorado imperio azteca jamás abarcó hasta estas tierras del Occidente. Es un sinsentido también que la escultura de un indio mexica estuviera situada frente a un templo católico de estilo neogótico que se encuentra en una ciudad de origen español, aunque con nombre árabe. Pero en el imaginario colectivo existe la idea de que todos descendemos de él o de Moctezuma. Eso me causa una enorme da repelúsncia.
Edito para ilustrar:
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