Da igual, o el médico cobra poco o el celador mucho. Al final la consecuencia es la misma.
Hay una forma de verlo que es más esclarecedora.
En vez de ver los salarios como cantidades de dinero, debeis verlos como aquella porción de las existencias comunes a que da derecho el trabajo asalariado.
Si se piensa en el salario como la cantidad de dinero disponible e intercambiado por trabajo, se puede caer en el error de que el problema de los bajos salarios reside en la insuficiente cantidad de dinero. Esto es lo que se denomina ilusión monetaria. Lo que importa no es la cantidad de papel que se obtiene, sino la cantidad de productos que pueden intercambiarse por el trabajo realizado.
Pero la cantidad de productos intercambiados NO PUEDE SER SUPERIOR A LA CANTIDAD DE PRODUCTOS CREADOS EN UNA ECONOMÍA.
En resumen, la cantidad total de bienes y servicios intercambiados, PAGAN la totalidad de bienes y servicios creados.
Visto así, el celador y el médico participan, junto con el resto de cooperadores sociales, en crear la totalidad de bienes y servicios que son intercambiados en la economía.
Que el médico o el celador ganen mucho o poco tiene que ver con la cantidad total de bienes y servicios creados.
Si ambos ganan poco, es probable que la sociedad esté generando una cantidad INSUFICIENTE de bienes y servicios. O que los parásitos detraigan la cantidad de ellos que empobrecen al resto de la comunidad.
En una sociedad donde la productividad es alta, se generan bienes y servicios que hacen próspera a una importante cantidad de población. En este caso, es muy probable que sea la demanda de sus servicios, la que determine los salarios reales del celador y del médico, dado que mayor cantidad de bienes y servicios creados se distribuirán entre todos los que contribuyen cooperativamente.
En una sociedad corrompida por la creación de dinero y las facilidades de financiación a todo amigo del gobierno, los bienes y servicios creados se desvían en la dirección que va de los creadores de bienes y servicios hacia los receptores del nuevo dinero.
Son estos últimos los que provocan que los primeros, celadores y médicos, ganen bajos salarios.
Los políticos y banqueros centrales son los que organizan la transferencia, recibiendo por ello una parte importante de la riqueza.
En definitiva, son los inútiles y parásitos creadores de NADA, los que provocan que los celadores, los médicos, las dependientas, los maestros, los carretilleros, los transportistas, los ganaderos o los piscicultores vivan con salarios extremadamente BAJOS.