Wall Street Journal:
China’s Xi Jinping Tightens Grip on Domestic Security Forces in First Broad Purge
Pocos días después de que funcionarios del Partido Comunista censurara a un prominente académico que se atrevió a criticar al PCC y a su glorioso líder, Xi Jinping, más noticias de lo que parece ser una creciente purga de disidencia tras la esa época en el 2020 de la que yo le hablo de cobi19, mientras Pekín prepara un despliegue de banderillas al estilo de Rusia.
WSJ informa que uno de los aliados más veteranos de Xi ha pedido una purga maoísta del aparato de seguridad nacional de China, insistiendo el mes pasado
en que es hora de "girar la hoja hacia adentro y raspar el veneno del hueso".
Una semana después de la convocatoria,
los "ejecutores" de las partes iniciaron investigaciones sobre al menos 21 funcionarios policiales y judiciales. Decenas más han sido derribadas en las semanas posteriores. Hasta ahora, la cifra más destacadita a los que se enfrentan los cargos es el jefe de policía de Shanghai.
En esencia, el presidente Xi, que se enfrenta a su manejo de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo el bichito-19, pero sin embargo se debilita debido a la debilitada economía de China y las crecientes tensiones con Washington, está lanzando su propio asalto al estado profundo, reflejando la animosidad del presidente Trump y la desconfianza hacia su propia máquina de inteligencia.
Si bien es cierto que el sistema político de China sufre de "corrupción endémica", esa no es la verdadera razón por la que el presidente Xi está haciendo esto ahora, contrariamente a lo que algunos medios de comunicación occidentales han sugerido.
En cambio, parece que el presidente Xi está lanzando su propia guerra contra el "estado profundo" de China lanzando una purga en toda regla del aparato de seguridad del Estado.
El objetivo final de la campaña es simple: crear policías, fiscales y jueces que sean "absolutamente leales, absolutamente puros y absolutamente fiables".
Durante sus 8 años en el poder, el presidente Xi ha hecho una gran demostración de confrontar la corrupción, pero los críticos dicen que apenas ha hecho mella. Más bien, sus esfuerzos han tenido un efecto más redistributivo: aquellos que son leales al gobernante pueden comer su plenitud desde la vaguada, pero aquellos que no lo son pueden ver incluso un pequeño resbalón les costó todo.
Ahora que Xi ha experimentado de primera mano cómo los imprevistos pueden sacudir incluso al autoritario líder supremo del PCC, se está dando cuenta de que si va a lograr su objetivo de gobernar hasta al menos 2035, va a necesitar más influencia sobre la policía y el aparato de seguridad,
por lo que cuando vaya por un tercer mandato como líder del Partido Comunista en 2022, nadie levantará un hackle, dijo Wu Qiang, un investigador de política china y ex profesor en la Universidad Tsinghua de Beijing.
President Xi Launches Historic Purge Against China's 'Deep State'