Don Meliton
Madmaxista
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¿Está España MALDITA (hilo irracional veraniego)?
- Autor del tema Turgot
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El problema de España es que la quiere todo el mundo desde tiempos inmemoriales, el islam, francia napoleonica .... tiene muy buena posicion geoestrategica, acceso al mar por todas partes, buen sitio para vivir, buen clima ... pero es nuestra narices¡!.
Por eso siempre hay alguien malmetiendonos desde fuera.
Por eso siempre hay alguien malmetiendonos desde fuera.
Adivinad donde van a construir el mayor templo budista de occidente? exacto
Un buda de medio millón de euros llega al puerto de Valencia
jovenlandeses, europeos, americanos, chinos ... todos quieren echarle las zarpas a este pais.
Para ello es indispensable que los españoles esten entretenidos despellejandose entre si.
Un buda de medio millón de euros llega al puerto de Valencia
jovenlandeses, europeos, americanos, chinos ... todos quieren echarle las zarpas a este pais.
Para ello es indispensable que los españoles esten entretenidos despellejandose entre si.
El imperio fue una trampa del destino... estamos siendo devorados por el fruto de la conquista¿Y los casi 500 años de esto pa cuando?
BGA
Madmaxista
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Algunos hablan de la envidia como si fuera cosa de los demás y no fuera con ellos. Los hay que se sorprenden haciéndose los inocentes cuando les envidian después de haber exhibido sus éxitos restregándoselos en los ojos. Hay varios refranes que recogen en cierto modo estas actitudes: nunca sirvas a quien sirvió ni pidas a quien pidió. Otro dice, no jalees tanto a tus ángeles que se me revotan mis demonios. Es decir, la envidia "común" siempre es cosa de más de uno pues el que ha sido envidioso lo sigue siendo a pesar de que por momentos sea él el envidiado y hará lo posible por suscitar esa envidia que para él es como un descargo, una venganza, una recompensa a sus viejos sufrimientos...
Si la envidia fuera un asunto "per se" escucharían decir también de los humildes que la gente es envidiosa, pero va a ser que no; que el humilde por serlo, no tiene esas neuronas tan afiladas para detectar la envidia de otros. Ser humilde no equivale a ser un pobre pero una cosa hace el humilde que consigue incluso que los demás se alegren de sus éxitos. Esa falsa humildad del que se ofende por sentirse envidiado cuando ha hecho lo posible y lo imposible por lograr la admiración de los demás al precio de la envidia de muchos, es francamente horrorosa y habla más claro de su propio espíritu que de aquellos a los que señala como envidiosos. La envidia y la creación de un ambiente envidioso es una consecuencia de algo peor. El problema es no saber identificar su origen y ya saben, si no sabes cuál es el problema es imposible dar con su solución.
Este mismo razonamiento vale también para definir comportamientos de masas, incluidos países enteros en su relación con otros.
En tiempos imperiales el español era tenido por arrogante, vanidoso, altivo y orgulloso. Hacia 1700 salió un documento en "Inglan" que venía a decir algo así como: plan para destruir el orgullo de los españoles. En 1741, antes del fracaso británico en Cartagena de Indias, se hicieron medallas con estas dos divisas: «Los héroes británicos tomaron Cartagena el 1 de abril de 1741» y «El orgullo español humillado por Vernon». Pongan en contexto estas frases: España para esas fechas estaba centrada en sus asuntos, que incluían el tener que espantar de las costas españolas de América a todo tipo de intrusos, oficiales y oficiosos, generalmente con éxito, mucho más que el que tenemos interiorizado que suele destacar nuestros fracasos, ocultar los éxitos y cuando tal no fuera posible, introducir algún cuentecillo que les restara importancia y mérito.
Si ustedes, aplicándose en sus propias vidas sin meterse en la de los demás tienen éxito y alguien opina que son demasiado orgullosos... ¿qué pensarían? Pues eso le ocurrió a España con todos sus vecinos que andaban to locos por participar de la tarta y como no lo consiguieran en aquellas latitudes, pues se sentían muy contrariados. Ese apelar al "orgullo de los españoles", a mi personalmente me refiere a la envidia británica y por extensión también a la francesa, italiana y no estoy seguro si también a la holandesa.
Un pueblo, el más envidioso del mundo según el cuento oficial, envidiado por todos...
Ser autocrítico está muy bien y demuestra tener un gran espíritu, pero no cuando esa crítica nunca encuentra alguna complacencia, algo que rescatar y que suponga ser el primer peldaño hacia la regeneración. Esa autocrítica feroz, si tiene como vector al humor, pues dice lo que tiene que decir sin provocar heridas ni pavores. Cuando su vector es el ánimo de desmarcarse de sociedad tan "envidiosa", es el repruebo sin paliativos el que dirige la autocrítica como cañón de pistola a sien de suicida.
Es importante aprender a pensar rectamente y asumir algo tan sabido como ignorado tantas veces, que los efectos van después de sus causas, nunca al revés; que si conocemos los efectos podemos saber sus causas siquiera de manera aproximada y que si conocemos los efectos como si fueran causas de otros efectos, entramos en una maraña de tumultos sensacionalistas que han destruido las vías normales de la racionalidad: una vez se ha roto "la cadena de frío" ya nadie está seguro de la frescura de los alimentos...
Por tanto me parece que para valorar las cosas en justicia es necesario:
-Conocer lo que hicimos y si lo que hicimos puede ser entendido como causa de nuestro orgullo y de la envidia de los demás.
-Conocer al "enemigo" no tanto para dejar de vernos como ovejas negras sino para comprender mejor su punto de vista sobre nosotros, entendiendo que los puntos de vista a estos niveles no quedan en simples opiniones sino que pasan al terreno de las acciones.
-Cuando critiquemos lo que hicieron españoles de otro tiempo, pararse un rato a pensar si en nuestro entorno directo se está gestando alguna situación a la que estemos respondiendo del mismo modo que aquellos a los que criticamos. Hay en la expresión de tantos foreros tanta repetición de lugares comunes sobre el carácter español, que merecería la pena saber en qué parte nos han sido implantados sin manifestar contra ellos ese espíritu tan crítico del que hacemos gala solo para echarnos tierra encima, y en qué otra es posible cambiar un poco a mejor o al menos intentarlo.
Y finalmente sí, España está maldita por dos motivos: hay una maldición contra España que dura ya quinientos años, seguramente algún siglo más si entendemos la reconquista y sus repercusiones globales más allá de los datos y las versiones. Esa maldición se hace efectiva cuando el maldecido deja de tener ideas sobre su propio destino y cae en el terreno oscuro de quien lo maldice. Si se vive a expensas de lo que vaya surgiendo, cualquier maldición de una bruja acaba siendo un condicionante de lo que hagamos en el futuro y cualquier desgracia será vista como una fatalidad obra de brujas que conocían nuestro futuro...
Si la envidia fuera un asunto "per se" escucharían decir también de los humildes que la gente es envidiosa, pero va a ser que no; que el humilde por serlo, no tiene esas neuronas tan afiladas para detectar la envidia de otros. Ser humilde no equivale a ser un pobre pero una cosa hace el humilde que consigue incluso que los demás se alegren de sus éxitos. Esa falsa humildad del que se ofende por sentirse envidiado cuando ha hecho lo posible y lo imposible por lograr la admiración de los demás al precio de la envidia de muchos, es francamente horrorosa y habla más claro de su propio espíritu que de aquellos a los que señala como envidiosos. La envidia y la creación de un ambiente envidioso es una consecuencia de algo peor. El problema es no saber identificar su origen y ya saben, si no sabes cuál es el problema es imposible dar con su solución.
Este mismo razonamiento vale también para definir comportamientos de masas, incluidos países enteros en su relación con otros.
En tiempos imperiales el español era tenido por arrogante, vanidoso, altivo y orgulloso. Hacia 1700 salió un documento en "Inglan" que venía a decir algo así como: plan para destruir el orgullo de los españoles. En 1741, antes del fracaso británico en Cartagena de Indias, se hicieron medallas con estas dos divisas: «Los héroes británicos tomaron Cartagena el 1 de abril de 1741» y «El orgullo español humillado por Vernon». Pongan en contexto estas frases: España para esas fechas estaba centrada en sus asuntos, que incluían el tener que espantar de las costas españolas de América a todo tipo de intrusos, oficiales y oficiosos, generalmente con éxito, mucho más que el que tenemos interiorizado que suele destacar nuestros fracasos, ocultar los éxitos y cuando tal no fuera posible, introducir algún cuentecillo que les restara importancia y mérito.
Si ustedes, aplicándose en sus propias vidas sin meterse en la de los demás tienen éxito y alguien opina que son demasiado orgullosos... ¿qué pensarían? Pues eso le ocurrió a España con todos sus vecinos que andaban to locos por participar de la tarta y como no lo consiguieran en aquellas latitudes, pues se sentían muy contrariados. Ese apelar al "orgullo de los españoles", a mi personalmente me refiere a la envidia británica y por extensión también a la francesa, italiana y no estoy seguro si también a la holandesa.
Un pueblo, el más envidioso del mundo según el cuento oficial, envidiado por todos...
Ser autocrítico está muy bien y demuestra tener un gran espíritu, pero no cuando esa crítica nunca encuentra alguna complacencia, algo que rescatar y que suponga ser el primer peldaño hacia la regeneración. Esa autocrítica feroz, si tiene como vector al humor, pues dice lo que tiene que decir sin provocar heridas ni pavores. Cuando su vector es el ánimo de desmarcarse de sociedad tan "envidiosa", es el repruebo sin paliativos el que dirige la autocrítica como cañón de pistola a sien de suicida.
Es importante aprender a pensar rectamente y asumir algo tan sabido como ignorado tantas veces, que los efectos van después de sus causas, nunca al revés; que si conocemos los efectos podemos saber sus causas siquiera de manera aproximada y que si conocemos los efectos como si fueran causas de otros efectos, entramos en una maraña de tumultos sensacionalistas que han destruido las vías normales de la racionalidad: una vez se ha roto "la cadena de frío" ya nadie está seguro de la frescura de los alimentos...
Por tanto me parece que para valorar las cosas en justicia es necesario:
-Conocer lo que hicimos y si lo que hicimos puede ser entendido como causa de nuestro orgullo y de la envidia de los demás.
-Conocer al "enemigo" no tanto para dejar de vernos como ovejas negras sino para comprender mejor su punto de vista sobre nosotros, entendiendo que los puntos de vista a estos niveles no quedan en simples opiniones sino que pasan al terreno de las acciones.
-Cuando critiquemos lo que hicieron españoles de otro tiempo, pararse un rato a pensar si en nuestro entorno directo se está gestando alguna situación a la que estemos respondiendo del mismo modo que aquellos a los que criticamos. Hay en la expresión de tantos foreros tanta repetición de lugares comunes sobre el carácter español, que merecería la pena saber en qué parte nos han sido implantados sin manifestar contra ellos ese espíritu tan crítico del que hacemos gala solo para echarnos tierra encima, y en qué otra es posible cambiar un poco a mejor o al menos intentarlo.
Y finalmente sí, España está maldita por dos motivos: hay una maldición contra España que dura ya quinientos años, seguramente algún siglo más si entendemos la reconquista y sus repercusiones globales más allá de los datos y las versiones. Esa maldición se hace efectiva cuando el maldecido deja de tener ideas sobre su propio destino y cae en el terreno oscuro de quien lo maldice. Si se vive a expensas de lo que vaya surgiendo, cualquier maldición de una bruja acaba siendo un condicionante de lo que hagamos en el futuro y cualquier desgracia será vista como una fatalidad obra de brujas que conocían nuestro futuro...
