Está claro, las mujeres no pueden hacer dos cosas al mismo tiempo, no son super-woman. O crian hijos o se dedican a su carrera profesional.
Dependiendo de qué elijan el futuro de su raza o pueblo será un éxito o la extinción.
Esto ha sido así desde que apareció la civilización. Antes las mujeres blancas, o de cualquier color, se dedicaban a criar hijos como actividad principal, y como actividad secundaria ayudaban en el campo o en la tienda del marido.
Hoy la prioridad de las mujeres blancas es su carrera profesional, ser independientes y sentirse muy empoderadas. Ninguna mujer piensa en tener 4 o 5 hijos, ¡Qué barbaridad! Tener hijos son muchos problemas, me fastidia mi carrera y además sale carísimo.
Pues bien, tras 50 años de practicar esta filosofía de manera masiva ahí tenemos el resultado. Mucho progresismo, sí, pero la raza blanca camino de su extinción.
Simplemente moriremos de éxito.
Les pasaría igual a las negras si siguieran el mismo camino.
Hay muchos foros hablando de este tema, creo que la cosa es obvia, no hace falta ser doctor en nada para entenderlo. O las mujeres vuelven a su rol tradicional y natural, es decir, criar hijos, y dejan de competir contra los hombres, es decir, la vuelta al matrimonio tradicional (patriarcado), con prohibición de las ideas feministas, o en dos generaciones más la raza blanca europea desaparece.
En mi opinión, la incorporación masiva de las mujeres al mercado de trabajo no es un invento del capitalismo moderno sino del feminismo. El capitalismo se ha beneficiado, por supuesto, ahora tiene el doble de la masa trabajadora, por lo tanto bajan los salarios, sí, pero primero hay que convencerlas.
Hace falta un pensamiento feminista que las haga creer que abandonando el hogar, renunciando a la maternidad, convirtiéndose en esclavas corporativas, van a ser más felices y libres.
Este fenómeno no se dio en el siglo XIX porque el trabajo en las fábricas era duro. Pero a partir de mediados del siglo XX sí se dieron las condiciones para que la mujer entre masivamente a trabajar en la empresa. Hoy los trabajos que realizan las mujeres son mayoritariamente trabajos cómodos, trabajos donde no se ensucien las manos, como trabajos de oficina, en la enseñanza, en la justicia, o periodistas, donde pueden llevar las uñas bien pintadas y el pelo siempre de peluquería.
La mujer trabajadora se siente libre, empoderada e independiente de cualquier hombre. Hago lo que quiero, no me manda ningún hombre y no me mantiene ningún hombre. (En teoría)
El trabajo en la empresa, o mejor de funcionaria, es el medio para romper con el patriarcado. La mujer debe primero estudiar una carrera y luego trabajar, igual que hacen los hombres. Y para satisfacer tu instinto maternal con tener un hijo es suficiente.
Esto suena muy bonito pero no sale gratis. El resultado, después de dos generaciones de mujeres “independientes”, es el invierno demográfico. Nuestra propia existencia está en juego.
Hay que elegir entre tener una sociedad muy progre y feminsita, pero caminando hacia la extinción, o una sociedad sin feminismo pero con futuro (como los fieles a la religión del amor).
¿Cuál de las dos opciones ganará?
En el siglo III y IV se impuso la primera opción, luego llegó el siglo V y Roma colapsó.
Me temo que pasará lo mismo otra vez.
Dependiendo de qué elijan el futuro de su raza o pueblo será un éxito o la extinción.
Esto ha sido así desde que apareció la civilización. Antes las mujeres blancas, o de cualquier color, se dedicaban a criar hijos como actividad principal, y como actividad secundaria ayudaban en el campo o en la tienda del marido.
Hoy la prioridad de las mujeres blancas es su carrera profesional, ser independientes y sentirse muy empoderadas. Ninguna mujer piensa en tener 4 o 5 hijos, ¡Qué barbaridad! Tener hijos son muchos problemas, me fastidia mi carrera y además sale carísimo.
Pues bien, tras 50 años de practicar esta filosofía de manera masiva ahí tenemos el resultado. Mucho progresismo, sí, pero la raza blanca camino de su extinción.
Simplemente moriremos de éxito.
Les pasaría igual a las negras si siguieran el mismo camino.
Hay muchos foros hablando de este tema, creo que la cosa es obvia, no hace falta ser doctor en nada para entenderlo. O las mujeres vuelven a su rol tradicional y natural, es decir, criar hijos, y dejan de competir contra los hombres, es decir, la vuelta al matrimonio tradicional (patriarcado), con prohibición de las ideas feministas, o en dos generaciones más la raza blanca europea desaparece.
En mi opinión, la incorporación masiva de las mujeres al mercado de trabajo no es un invento del capitalismo moderno sino del feminismo. El capitalismo se ha beneficiado, por supuesto, ahora tiene el doble de la masa trabajadora, por lo tanto bajan los salarios, sí, pero primero hay que convencerlas.
Hace falta un pensamiento feminista que las haga creer que abandonando el hogar, renunciando a la maternidad, convirtiéndose en esclavas corporativas, van a ser más felices y libres.
Este fenómeno no se dio en el siglo XIX porque el trabajo en las fábricas era duro. Pero a partir de mediados del siglo XX sí se dieron las condiciones para que la mujer entre masivamente a trabajar en la empresa. Hoy los trabajos que realizan las mujeres son mayoritariamente trabajos cómodos, trabajos donde no se ensucien las manos, como trabajos de oficina, en la enseñanza, en la justicia, o periodistas, donde pueden llevar las uñas bien pintadas y el pelo siempre de peluquería.
La mujer trabajadora se siente libre, empoderada e independiente de cualquier hombre. Hago lo que quiero, no me manda ningún hombre y no me mantiene ningún hombre. (En teoría)
El trabajo en la empresa, o mejor de funcionaria, es el medio para romper con el patriarcado. La mujer debe primero estudiar una carrera y luego trabajar, igual que hacen los hombres. Y para satisfacer tu instinto maternal con tener un hijo es suficiente.
Esto suena muy bonito pero no sale gratis. El resultado, después de dos generaciones de mujeres “independientes”, es el invierno demográfico. Nuestra propia existencia está en juego.
Hay que elegir entre tener una sociedad muy progre y feminsita, pero caminando hacia la extinción, o una sociedad sin feminismo pero con futuro (como los fieles a la religión del amor).
¿Cuál de las dos opciones ganará?
En el siglo III y IV se impuso la primera opción, luego llegó el siglo V y Roma colapsó.
Me temo que pasará lo mismo otra vez.
