Las pruebas son de cuatro tipos:
1.
Pruebas de intrusismo: Monasterio estudió arquitectura en los años 90 pero no terminó la carrera hasta octubre de 2009, y no se colegió hasta
el 21 de diciembre de ese año.Sin embargo, su nombre y firma aparece en al menos cuatro planos en años anteriores. Monasterio no necesitaba estar titulada para hacer obras de interiorismo, ya que se trata de reformas pequeñas, con carácter muchas veces decorativo. Pero su nombre y firma aparece en planos de mayor envergadura.
De cara al público también se hizo pasar como arquitecta, según afirman sus antiguos clientes, y según artículos de prensa de aquella época. El nombre de su propio estudio, Rocío Monasterio y Asociados, favorecía esa confusión.
2.
falsificación de un documento oficial: El Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Madrid
ha revelado que no constan en sus archivos siete planos de Rocío Monasterio de 2005.
Monasterio presentó esos planos ante el Ayuntamiento de Madrid.
3. Timadores profesionales
Venta de lofts supuestamente fraudulenta: Monasterio se especializó en la reconversión de fábricas y talleres en
lofts, un tipo de inmueble inspirado en los espacios industriales de Nueva York convertidos en viviendas.
Pero en España no se puede vivir en ellos porque no es posible obtener un permiso de habitabilidad en suelo industrial. Sin embargo sus clientes dicen que ella les aseguraba que conseguiría las licencias porque tenía contactos en el Ayuntamiento de Madrid
4.
Obras sin licencia: Monasterio también hizo obras sin la obligatoria licencia municipal,