Aproximadamente una hora antes del almuerzo del jueves, Ángela Falcón salió de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y se dirigió a las calurosas y transitadas calles de Parla.
“Tengo miedo y raras veces salgo, pero cuando lo hago, paso por la iglesia a orar”, dijo el hombre de 71 años.
Como muchos en Parla, una ciudad satélite de 130.000 habitantes a media hora en coche al suroeste de Madrid, Falcón no se arriesga con el cobi19 y su segunda ola.
El lunes, España superó un hito poco envidiable, convirtiéndose en el primer país de Europa occidental en registrar 500.000 casos de el bichito, casi un tercio de ellos en la región de Madrid.
Según cifras de la Xunta, Parla es el municipio madrileño con mayor incidencia acumulada del bichito: en la quincena del 24 de agosto al 6 de septiembre tuvo 876,1 casos por 100.000 habitantes. Aproximadamente durante el mismo período, España en su conjunto tuvo 265,5 casos por cada 100.000 habitantes, Francia 140,6, Reino Unido 41,7 e Italia 31,9.
El aumento de casos recién diagnosticados es igualmente sorprendente, con más de 112.364 casos nuevos detectados en España solo durante la última quincena.
Sin embargo, a pesar del aumento en el número, hay poco pánico evidente en las calles de Parla. La gente, tanto viejos como jóvenes, todavía compra, charla y se detiene para quitarse las máscaras para tomar un café o una cerveza a media mañana.
Las pistas sobre el enorme aumento de casos, y la aparente y contradictoria falta de miedo, se pueden encontrar en la demografía de la ciudad.
Las estadísticas del Instituto de Salud Pública Carlos III de Madrid muestran que el 25% de los casos nuevos en España se detectan en personas de 15 a 29 años, mientras que las de 15 a 59 años representan el 71% de los casos nuevos. Los grupos más sobrerrepresentados son hombres y mujeres de 15 a 44 años y mujeres de 89 años o más. Como señala el alcalde de Parla, Ramón Jurado, los vecinos del municipio son jóvenes, con una edad media de apenas 34 años.
“Durante la primera ola, casi no hubo casos aquí porque solo estaban evaluando a personas mayores que ingresaron al hospital”, dice.
“Tuvimos una de las tasas más bajas de la región de Madrid. Pero ahora tenemos muchos casos. Lo que cuenta a nuestro favor es también algo que cuenta en nuestra contra: la cantidad de habitantes jóvenes.
