Pues estoy bastante de acuerdo. Si se vienen otros treinta millones de pagapensiones, preferiblemente islamistas radicales, se resolverá el tema de las pensiones, o al menos nadie lo percibirá como un problema.
Habrá otros problemillas: comprar armas, alambradas, meterse de polizón en el primer barco a Argentina... pero nadie hablará de la pensión, como supongo que nadie pensaba en las pensiones entre bomba y bomba en el Berlín de 1945 o en Polonia en 1939, que tenían otros temillas urgentes. De hecho, también se resolverán de un plumazo el cambio climático, el género, los toros, la independencia y la tumba de Franco.