En mi adolescencia lo de que las obesas tuvieran sesso se hacía de otra manera, con menos resiliencia, por decirlo de alguna manera. A ver, hablamos de los 80 (finales y principios 90), la calle era un mundo pandillero de jóvenes y para entrar o salir de alguna pandilla o tribu había reglas. Recuerdo que la pandilla más prestigiosa de mi zona tenía un rito de iniciación que incluía, obligatoriamente, tener sesso con la subida de peso sebosa del grupo, según fuera el sesso que tuvieras con ella (ella misma lo contaba) entrabas por la puerta grande o con reticencias y de lacayo. Así eran las cosas, y así las he contado.