juancarlosb
Madmaxista
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http://www.ine.es/daco/daco42/etcl/etcl0109.pdf
El coste laboral por hora efectiva de trabajo aumenta un 4.9%, en parte por los costes de las indemnizaciones.
Buena noticia para el 81.9% de la población que sigue trabajando, y pésima noticia para los defensores de la nueva ortodoxia (Hugh dixit) de la devaluación interna.
La competitividad de España no sólo no aumenta, sino que sigue cayendo, ya que si descontamos los países que no están en el euro, estamos por encima de la media europea.
Como en economía esto son habas contadas, indica que la corrección de la situación macroeconómica (déficit comercial sobre todo) aún no ha comenzado y que, en consecuencia, lo peor está por venir.
Recordemos que la competitividad sólo puede aumentarse por dos vías, o deflación de los precios de los factores de producción o aumento de productividad. La segunda vía es lenta y no tiene visos de aumentar. La primera por lo tanto vendrá impuesta a la fuerza, con muchísimo sufrimiento, en forma de caídas brutales de los precios de los activos, de quiebras masivas de las empresas y de reducciones de salarios.
El coste laboral por hora efectiva de trabajo aumenta un 4.9%, en parte por los costes de las indemnizaciones.
Buena noticia para el 81.9% de la población que sigue trabajando, y pésima noticia para los defensores de la nueva ortodoxia (Hugh dixit) de la devaluación interna.
La competitividad de España no sólo no aumenta, sino que sigue cayendo, ya que si descontamos los países que no están en el euro, estamos por encima de la media europea.
Como en economía esto son habas contadas, indica que la corrección de la situación macroeconómica (déficit comercial sobre todo) aún no ha comenzado y que, en consecuencia, lo peor está por venir.
Recordemos que la competitividad sólo puede aumentarse por dos vías, o deflación de los precios de los factores de producción o aumento de productividad. La segunda vía es lenta y no tiene visos de aumentar. La primera por lo tanto vendrá impuesta a la fuerza, con muchísimo sufrimiento, en forma de caídas brutales de los precios de los activos, de quiebras masivas de las empresas y de reducciones de salarios.
