En la promotora donde trabajaba mi mujer los llamaban "inversores" y yo de broma le contestaba: "los has llamado ¿ESPECULA...QUÉ?".
La colaboración de la promotora era evidente por sus beneficios, primero al estar gravada la operación por una comisión reflejada en contrato y segundo como la oportunidad de demostrar la bondad del negocio a los accionistas. Ventas rápidas implican menos gastos de comercialización y por lo tanto mayores beneficios. Una hoja de publicidad en una revista tipo "Llave en mano" costaba 6000 € al mes y medio hoja sobre 3500 €. Si se demora la venta muchos meses hay que insertar más publicidad y empezar a vender a través de otros canales, como por ejemplo agencias inmobiliarias ajenas, que cobran comisiones superiores.
Por cierto los primeros pasapiseros eran el propio personal de la promotora, sobre todo los jefes, que compraban sobre plano las mejores viviendas, o las más fáciles de vender, como los áticos o en caso de chalets adosados, los de esquina y luego utilizaban los propios canales de distribución de la promotora para revender, llegando a ofrecer en las casetas de venta los pisos de la promotora y los de reventa. Las condiciones de pago eran mucho más flexibles y no pasaba nada si querías aplazar los pagos "gordos".
Pude ser pasapisero y no lo fui, pero confieso que no por razones morales sino por simple precaución.
Un saludo.