pacomer dijo:
Pues se vivira muy bien, pero ahora mismo estoy viendo un serial en la tele alemana por casualidad donde pone a los espanoles como personajes agitanados, perdon por la expresion, pero para ser un pais europeo donde se vive muy bien parece que los propios europeos ni se enteran.
Pues, ese el problema:
Mientras figuras como el premio Nobel Severo Ochoa, permanecían en el exilio, aqui teníamos que soportar tipejos como el Manolo Escobar, cantando aquella letra: " yo soy un hombre del campo, no entiendo ni sé de letras" o aquel otro "...soy un pájaro de cuentas, andaluz echao palante"; osea, rebozándose en el fango tercermundista y perversos, mientras figuras universales de la literatura como Gabriel Celaya o J. M.Gironella, terminaron muriendo en la indigencia, porque no podían pagar ni el alquiler.
Celtiberia, no tiene arreglo: es un territorio en el que todas sus generaciones se han realizado en base a guerras civiles, disparando hermanos contra hermanos; la idiosincrasia individualista celtiberica, hace imposible cualquier iniciativa de diálogo o trabajo en equipo, el celtiberico, únicamente escucha las dos primeras frases y la apariencia de su interlocutor y luego trata de imponer su criterio a ciegas, porque en Celtiberia, levantas una piedra, y sale corriendo un Caudillo; tierra de gentes belicosas con sangre Abassí (Iraquí) y Omeya (Siria) con solera de ocho siglos, con la alegría y resignación a su triste suerte que tienen los pueblos Mediterraneos; los celtibericos. rendimos culto y nos reímos de la fin; "Viva la fin", decían los anarquistas que asesinaban los comunistas del PSUC, y también el general paranoico Millán Astray, que quería asesinar la razón pura, matando a la otra Celtiberia; la de Unamuno. El canto más bello a la fin, lo escribió Lorca en su Llanto por Ignacio Sánchez Mejías: "...Dile a la luna que venga, que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena".
Quien quiera ver la mejor y más bella metáfora del ciclo vital del celtiberico, que se saque una entrada de sol y sombra en las Ventas o la Maestranza: allí, comprenderá a ese toro (ciudadano) que corre libre en la dehesa, para luego morir en la arena defendiéndose, mientras el mundo le aplaude la sangre; como murieron en Sagunto o Numancia, como morían los Maquis de la resistencia antifranquista, o los otros guerrilleros de la División 250 en el hielo del Voljov: quitando las anillas a las granadas que llevaban colgando de los correajes para saltar en pedazos, antes de entregarse al enemigo; Celtiberia es de dificil y abrupta orografia, muy parecida a esa Afganistan, que no pudieron conquistar ni Alejandro Magno, ni Mongoles ni Otomanos, ni Rusos ni ahora la Otan.
Resignémonos a nuestro destino; a trabajar para esa Oligarquía compuesta por mil unas quinientas familias bendecidas por los Reyes Católicos; esos dueños del Cortijo en forma de piel de toro, que viven de nuestro esfuerzo; a los eternos caciques elegidos a dedo, a los porrazos policiales, a la arbitrariedad de los tribunales, a los daños colaterales y "balas perdidas" de la insurgencia díscola o nacionalista, que mata casi siempre a aquellos que no pueden pagarse coches blindados. Todavía nos queda algo de campo y de mar, la tortilla, el vino para ahogar las penas, el prójimo para discutir, porque necesitamos siempre un enemigo al lado; la guitarra,para cantar las alegrías; la familia, para salir a palos, un décimo de Loteria...y la arena de una madurez sin pensión, para morir dignamente en la tablas del asilo, escuchando los aplausos de los herederos.