¡¡¡¡Increible¡¡¡¡ Por grotesco que parezca, la realidad supera a la ficción.
Yo tuve una vecina que hace unos diez años desembarcó con toda la prole a este municipio desde un secarral de la meseta. Hija de constructor franquista conocía las bondades del mercado inmobiliario y decidió mudarse en busca de fortuna.
Pronto montaron dos inmobiliarias y con ellas llegaron los lujos, los todoterrenos y los pisos conseguidos por cuatro perras en subastas judiciales. Compras sucias y ventas a pardillos a los que engañaban diciéndole: "esto nunca va a bajar" te aseguro que el año que viene, si te arrepientes, te lo compro por un 5% más. Eran la típica trader paleta de la burbuja, con vacaciones exóticas y visitas frecuentes a corporación dermoestética.
En la cima de la burbuja, un socio empresarial y afectivo le dio el palo y la dejó en la ruina. Vendió su propia casa y desapareció. Algunos dicen que todavía anda por el pueblo, escondida en un piso cutre de los que vendía a pagapensiones, rumiando su desgracia.
Hoy mismo he visto una de tantas cartas que siguen mandando a su antigua dirección: requerimientos de los bancos y citaciones judiciales que los vecinos van, amablemente, depositando en el cesto de la publicidad no desada.
El vídeo me ha dejado perplejo....