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Madmaxista
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Se esperan más réplicas del sismo político
El efecto de la crisis provocada por la ultraderecha en Turingia llega a la UE.
María G. Zornoza / Aquieuropa11 de febrero de 2020, 22:29
Bruselas. El terremoto político en Alemania tuvo su epicentro en la región de Turingia, pero acabó llegando a la capital.
Annegret Kramp-Karrenbauer, conocida como AKK, anunció el lunes para sorpresa de todos su renuncia al frente de la Unión Democristiana (CDU) y se descartaba para suceder a Angela Merkel en las elecciones previstas para el otoño del 2021.
Sus consecuencias directas son claras en la política germana y la europea. Las largoplacistas todavía son difíciles de medir. De momento, su derrota es una derrota de Merkel, a favor de la línea continuista y más centrista que presentaba AKK frente a otros pesos fuertes de la formación de centro-derecha. La canciller, que dejará la primera línea de la política germana tras 18 años, había allanado el camino para llevar a cabo una transición sin turbulencias.
Pero todo ha saltado por los aires. A Alemania, la primera potencia económica de la UE, le esperan meses de incertidumbre política. La extrema derecha de Alternativa para Alemania y las posturas más radicales del partido son los primeros triunfadores. Se abre ahora un periodo de luchas internas por la sucesión de Kramp-Karrenbauer —y en última instancia de Angela Merkel—, que amenaza con sacudir el partido, la coalición de gobierno y la propia Unión Europea.
El centro ideológico y la UE corren riesgos
Los socialdemócratas, socios de coalición de la CDU, aguardan los próximos pasos para actuar. La formación de centro-izquierda ya señaló que no podía tolerar la inclusión por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial de la extrema derecha en un pacto electoral. Los conservadores así lo hicieron en Turingia, desoyendo la línea marcada por AKK y poniendo en evidencia su autoridad y liderazgo. Friedrich Merz, del ala más conservadora, o Markus Söder, líder de los conservadores bávaros, se perfilan como candidatos a sustituirla. Su distanciamiento del centro podría hacer saltar por los aires al Ejecutivo y concluir con elecciones anticipadas, haciendo el retiro de Merkel más próximo y mucho más tormentoso.
La segunda víctima directa es la Unión Europea. El proyecto comunitario se juega su credibilidad. La salida del Reino Unido podría ser el principio del fin de algo mucho peor, y la unión tiene por delante el reto de reencontrarse consigo misma y con sus ciudadanos. Para ello, es primordial un liderazgo fuerte. Y Alemania, como motor europeo, ha asumido ese papel desde la construcción del proyecto comunitario. Pero Berlín suma meses debilitado en la mesa de negociación comunitaria. Y la tormenta política llega no sólo en un momento clave para la unión sino para el propio país: el 1 de julio arranca la presidencia rotatoria del consejo.
“Deseo, y es el deseo de muchos en el Partido Popular Europeo (PPE), que la Presidencia alemana pueda dar respuesta a muchos de los problemas que se plantean y preocupan en Europa. Se espera mucho del gobierno alemán en temas sobre migración y cómo responder a los flujos migratorios”, ha señalado desde el pleno de Estrasburgo el alemán Manfred Weber, líder del Partido Popular Europeo.
Se esperan más réplicas del sismo político
El 48% de alemanes creen que la ultraderechista AfD estará en gobiernos estatales o federales en diez años
El efecto de la crisis provocada por la ultraderecha en Turingia llega a la UE.
María G. Zornoza / Aquieuropa11 de febrero de 2020, 22:29
Bruselas. El terremoto político en Alemania tuvo su epicentro en la región de Turingia, pero acabó llegando a la capital.
Annegret Kramp-Karrenbauer, conocida como AKK, anunció el lunes para sorpresa de todos su renuncia al frente de la Unión Democristiana (CDU) y se descartaba para suceder a Angela Merkel en las elecciones previstas para el otoño del 2021.
Sus consecuencias directas son claras en la política germana y la europea. Las largoplacistas todavía son difíciles de medir. De momento, su derrota es una derrota de Merkel, a favor de la línea continuista y más centrista que presentaba AKK frente a otros pesos fuertes de la formación de centro-derecha. La canciller, que dejará la primera línea de la política germana tras 18 años, había allanado el camino para llevar a cabo una transición sin turbulencias.
Pero todo ha saltado por los aires. A Alemania, la primera potencia económica de la UE, le esperan meses de incertidumbre política. La extrema derecha de Alternativa para Alemania y las posturas más radicales del partido son los primeros triunfadores. Se abre ahora un periodo de luchas internas por la sucesión de Kramp-Karrenbauer —y en última instancia de Angela Merkel—, que amenaza con sacudir el partido, la coalición de gobierno y la propia Unión Europea.
El centro ideológico y la UE corren riesgos
Los socialdemócratas, socios de coalición de la CDU, aguardan los próximos pasos para actuar. La formación de centro-izquierda ya señaló que no podía tolerar la inclusión por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial de la extrema derecha en un pacto electoral. Los conservadores así lo hicieron en Turingia, desoyendo la línea marcada por AKK y poniendo en evidencia su autoridad y liderazgo. Friedrich Merz, del ala más conservadora, o Markus Söder, líder de los conservadores bávaros, se perfilan como candidatos a sustituirla. Su distanciamiento del centro podría hacer saltar por los aires al Ejecutivo y concluir con elecciones anticipadas, haciendo el retiro de Merkel más próximo y mucho más tormentoso.
La segunda víctima directa es la Unión Europea. El proyecto comunitario se juega su credibilidad. La salida del Reino Unido podría ser el principio del fin de algo mucho peor, y la unión tiene por delante el reto de reencontrarse consigo misma y con sus ciudadanos. Para ello, es primordial un liderazgo fuerte. Y Alemania, como motor europeo, ha asumido ese papel desde la construcción del proyecto comunitario. Pero Berlín suma meses debilitado en la mesa de negociación comunitaria. Y la tormenta política llega no sólo en un momento clave para la unión sino para el propio país: el 1 de julio arranca la presidencia rotatoria del consejo.
“Deseo, y es el deseo de muchos en el Partido Popular Europeo (PPE), que la Presidencia alemana pueda dar respuesta a muchos de los problemas que se plantean y preocupan en Europa. Se espera mucho del gobierno alemán en temas sobre migración y cómo responder a los flujos migratorios”, ha señalado desde el pleno de Estrasburgo el alemán Manfred Weber, líder del Partido Popular Europeo.
Se esperan más réplicas del sismo político
El 48% de alemanes creen que la ultraderechista AfD estará en gobiernos estatales o federales en diez años
| El 48% de alemanes creen que la ultraderechista AfD estará en gobiernos estatales o federales en diez años | ||||
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El 48 por ciento de los ciudadanos de Alemania creen que la formación ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD) terminará formando parte de gobiernos a nivel estatal o federal en el plazo de diez años, a pesar del veto que mantienen actualmente el resto de partidos para impedir esta posibilidad. Según una encuesta elaborada por YouGov para DPA, solo el 29 por ciento de los consultados creen que en 2030 AfD no estará formando parte de ningún gobierno. El 26 por ciento de los encuestados señalan que no creen que sea un problema que AfD forme parte del gobierno al nivel de los estados federados. Para el 19 por ciento de los consultados tampoco sería un problema que la formación ultraderechista forme parte de un gobierno de coalición a nivel federal. Sin embargo, una clara mayoría, el 59 por ciento, rechaza que AfD forme parte del Gobierno federal alemán. Esta encuesta se publica después de la crisis generada en el estado de Turingia por la elección de un primer ministro del Partido Liberal alemán (FDP) con el apoyo de AfD. Más de la mitad de los consultados, el 54 por ciento, aseguran que el escándalo en Turingia, que terminó con la dimisión del nuevo primer ministro, ha dañado su confianza en la democracia. El 34 por ciento de los encuestados han dicho que AfD ha sido el principal beneficiario de la crisis en Turingia, seguido por el partido de extrema izquierda Die Like (10 por ciento de los consultados). La encuesta fue realizada por YouGov en Internet con entrevistas a 2.074 personas mayores de edad entre el 7 y el 8 de febrero. El estudio se completó antes de que la presidente de la Unión Cristiano Demócrata, Annegret Kramp-Karrenbauer, anunciara su dimisión y que no será candidata de su formación al cargo de canciller en las próximas elecciones. El 48% de alemanes creen que la ultraderechista AfD estará en gobiernos estatales o federales en diez años |
