EL Tirantes: Porcentaje de mujeres que han votado a cada partido (supongo que vs hombres)

enriquepastor

Madmaxista
Desde
10 Ene 2019
Mensajes
3.327
Reputación
4.492
Qué ridículo. El 64% de los votantes de unidas podemos son hombres. Hay qie tener poca autoestima para ser hombre y votar a un partido que se llama UNIDAS...
 

Walter Eucken

Madmaxista
Desde
14 Jul 2010
Mensajes
15.709
Reputación
39.189
Qué ridículo. El 64% de los votantes de unidas podemos son hombres. Hay qie tener poca autoestima para ser hombre y votar a un partido que se llama UNIDAS...
Es el eterno opositor. Su correlato femenino logra aprobar o se enchufa en algún chiringuito. Entonces se charifica y empieza una vida de terracitas, compras en Desigual y gin-tonic con las charoamigas.

Ellos mientras suspiran por la RBU y tienen fe en que Pablo no les deje tirados. Son unos perdedores que tragarán con todo si Pablo promete paguitas. En UP lo saben, los tienen calados y los usan como un felpudo.
 

Koriel

Madmaxista
Desde
9 Sep 2011
Mensajes
5.346
Reputación
30.025
Lugar
in Martian orbit
Refloto porque hay nuevos datos sobre esto:

Las mujeres carteadas y "reformistas" que dieron el triunfo a Pedro

Las mujeres carteadas y "reformistas" que dieron el triunfo a Pedro
Lunes, 6 mayo 2019 - 02:06

Nacidas entre 1960 y 1972, muchas le habían dado la espalda al PSOE. Eran, se estimó, 4.661.345 mujeres. Y se fue a por ellas desde el Día de la Mujer. Objetivo logrado: «Hemos sacado más de un millón de votantes de la abstención... Junto a sus hijas y nietas han decidido el 28-A»





Nuestras madres serán las que nos darán la victoria», se le pudo escuchar hace dos meses a Iván Redondo, jefe de gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una de sus reuniones de planificación de campaña en Ferraz. El gurú electoral del PSOE estaba pensando en su ama, Juana Mari, y en las 4.661.344 mujeres nacidas entre 1960 y 1972 que, según los estudios sociológicos de sus fontaneros, serían la clave para que su candidato consiguiese prorrogar su estancia en La Moncloa. El estratega había analizado el campo de batalla de la nueva contienda electoral en una mesa repleta de trackings, una figura de Son Goku y con la imagen del «trío de Colón» grabada a fuego en su mente. Sabía que la punta de lanza de su ejército tenía que ser ese grupo de mujeres al que podía convencer para la causa socialista si les metía el miedo en el cuerpo.

El miedo a una llegada de Vox al Gobierno que pudiese poner en peligro los derechos de aquellas que tanto habían luchado por ellos. Las «mujeres reformistas», como las acuñó Redondo, se convirtieron en su obsesión. En la autopista hacia el éxito electoral que él mismo certificó a las nueve de la noche del 28 de abril con una llamada desde su despacho del edificio de Semillas de La Moncloa. El asesor donostiarra, con unas ojeras de cuatro horas de sueño, había conocido los datos de participación en determinados caladeros socialistas que, cruzados con el algoritmo electoral desarrollado por su equipo, convertían el triunfo en un hecho. «Presidente, hemos ganado las elecciones», le dijo Redondo a Sánchez a esa hora temprana. Más tarde, ambos pusieron rumbo al cuartel general del PSOE para celebrar. Allí donde algunos le habían colgado al ex asesor del PP el cartel de «vendehumos» cuando llegó tras las primarias que resucitaron a Sánchez. Allí donde su obsesión por las «mujeres reformistas» había inundado todos los despachos.

Nuestras madres serán las que nos darán la victoria», se le pudo escuchar hace dos meses a Iván Redondo, jefe de gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una de sus reuniones de planificación de campaña en Ferraz. El gurú electoral del PSOE estaba pensando en su ama, Juana Mari, y en las 4.661.344 mujeres nacidas entre 1960 y 1972 que, según los estudios sociológicos de sus fontaneros, serían la clave para que su candidato consiguiese prorrogar su estancia en La Moncloa. El estratega había analizado el campo de batalla de la nueva contienda electoral en una mesa repleta de trackings, una figura de Son Goku y con la imagen del «trío de Colón» grabada a fuego en su mente. Sabía que la punta de lanza de su ejército tenía que ser ese grupo de mujeres al que podía convencer para la causa socialista si les metía el miedo en el cuerpo.

El miedo a una llegada de Vox al Gobierno que pudiese poner en peligro los derechos de aquellas que tanto habían luchado por ellos. Las «mujeres reformistas», como las acuñó Redondo, se convirtieron en su obsesión. En la autopista hacia el éxito electoral que él mismo certificó a las nueve de la noche del 28 de abril con una llamada desde su despacho del edificio de Semillas de La Moncloa. El asesor donostiarra, con unas ojeras de cuatro horas de sueño, había conocido los datos de participación en determinados caladeros socialistas que, cruzados con el algoritmo electoral desarrollado por su equipo, convertían el triunfo en un hecho. «Presidente, hemos ganado las elecciones», le dijo Redondo a Sánchez a esa hora temprana. Más tarde, ambos pusieron rumbo al cuartel general del PSOE para celebrar. Allí donde algunos le habían colgado al ex asesor del PP el cartel de «vendehumos» cuando llegó tras las primarias que resucitaron a Sánchez. Allí donde su obsesión por las «mujeres reformistas» había inundado todos los despachos.

«Tenemos que ir a por las mujeres nacidas en el desarrollismo de los años 60, hijas del baby boom, que protagonizaron la transición cultural más importante del país. Gracias a ellas nos encaminamos a la normalidad exterior que significaba Europa y fueron las artífices de un cambio profundo en las mentalidades y actitudes, mucho más que los hombres; en los valores sociales y políticos de la España que salía de la dictadura. Las mujeres reformistas votan mayoritariamente PSOE pero muchas están en la abstención. Nuestro objetivo tiene que ser movilizarlas. Son las madres de los jóvenes sin futuro, las hijas de los dependientes, de los que no llegan ni a mileuristas y de los desempleados. Ellas junto a sus hijas y nietas decidirán estas elecciones. Mujeres, familia, educación, sanidad, estado de bienestar son sus temas», explicó Redondo a uno de los cocineros que, junto a él y el ministro Ábalos, tenían que preparar el menú para seducir a ese público.

A este target decidió dedicar Redondo sus principales esfuerzos cuando vio cómo sus rivales le regalaban una imagen icónica que él convertiría en arma electoral: la fotografía de los líderes de PP, Ciudadanos y Vox en Colón que le permitía vender una campaña con sólo dos opciones: «Esa imagen icónica les hace ser vistos como parte del mismo bloque de la involución, sin posibilidad de diferenciarse frente a Pedro Sánchez, que representa el progreso en el Estado del bienestar, derechos, igualdad entre hombres y mujeres. El futuro frente al pasado que representa el trío de Colón», insistió Redondo en una de las primeras reuniones de precampaña, según revela a Crónica uno de los asistentes. Redondo sabía que esa foto y el pacto de Andalucía «condenaban» a Pablo Casado y a Albert Rivera a ser considerados socios de Vox por mucho que buscasen diferenciarse de Santiago Abascal y de medidas como la derogación de la Ley de Violencia de Género. Les condenaba tanto, según fuentes socialistas, como la imagen del chalé de Galapagar a Pablo Iglesias. A Redondo sólo le bastaba azuzar ese miedo a la llegada del fantasma de la «ultraderecha» para movilizar a las «mujeres reformistas». «El eje de la campaña no será izquierda-derecha, sino avance-retroceso», le dijo el estratega a su equipo.

El consultor tenía claro cuál tenía que ser el primer acto de campaña para captar a ese público femenino: la manifestación del 8-M. Tiñó de morado todos los canales de comunicación del Gobierno, invirtió en redes sociales y desplegó en la marcha a las mujeres más carismáticas del PSOE. Después, activó la sofisticada maquinaria de redes sociales, que había encargado engrasar meses atrás al ex alcalde de Jun, José Antonio Rodríguez de Salas, con relación directa con el creador de Twitter y conocedor de las nuevas técnicas a través de Whatsapp.

La obsesión del jefe de gabinete de Sánchez era situarse al nivel de Vox en las redes sociales y la generación de influencers que prescribiesen los mensajes socialistas en sus perfiles. También estar a la última en las estrategias de hipersegmentación, que había hecho ganar a Rajoy en la últimas elecciones de la mano del gurú Jim Messina, para diseñar mensajes acordes a los intereses de sus destinatarios.

etc...
 

Adriano_

Madmaxista
Desde
29 Abr 2019
Mensajes
11.608
Reputación
10.642
Hombre, de eso iba el feminismo o que pensabais.

Enviado desde mi LG-M700 mediante Tapatalk