SENE-GALES
Madmaxista
Hillary Clinton se estanca frente al temible Donald Trump
Pisando los talones. Donald Trump está cada vez más cerca de Hillary Clinton en las encuestas. El voto conservador complica el proyecto político de la exprimera dama. ¿Es la hora del populismo de derecha? A cuatro meses de las elecciones, el final está abierto
Carlos Morales Peña
cmorales@eldeber.com.bo
Hillary Diane Rodham Clinton retrocede contra las cuerdas en una pelea que, desde el comienzo, se sabía que iba a ser muy dura. Tiene al frente a Donald John Trump, un magnate desalmado que está dispuesto a todo por llegar a la Casa Blanca tras las elecciones presidenciales de noviembre.
Un electorado de clase media, veterano e insatisfecho, amenaza los planes de la exprimera dama de convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos.
La exsecretaria de Estado arrancó como la clara favorita de la contienda estadounidense, pero hoy está virtualmente cabeza a cabeza con el polémico candidato de los republicanos. En cambio, Trump despegó desde la nada y, a punta de posiciones xenófobas y conservadoras, rápidamente se transformó en la gran sorpresa de la extenuante primaria de los republicanos.
Hoy las encuestas estremecen el aparato de los Clinton: Hasta el mes de abril, Hillary gozaba de una ventaja considerable en los sondeos. Desde mayo, su caída es abrumadora, lo que ya permite hablar de un ‘empate técnico’.
Las nuevas proyecciones colocan a Hillary Clinton con un 45-47% y a Donald Trump con el 40-45%; el magnate neoyorquino achicó la distancia y se ubica entre dos y cinco puntos de la posible candidata demócrata, dependiendo del sondeo.
La última de ellas que fue realizada por la Universidad Quinnipiac (Connecticut) y publicada el miércoles, encontró que el 42% de los posibles votantes se inclina por Clinton y un 40% apoya a Trump. La encuesta muestra una ligera mejoría para Trump, que iba cuatro puntos atrás a principios de mes. Un 18% de los votantes aún está indeciso.
Los resultados de todas las encuestas es unánime: un notable estancamiento en la figura de Clinton y un crecimiento sostenido a favor de Trump.
A cuatro meses de los comicios y a dos semanas de las asambleas partidarias, ¿qué pasó? ¿Por qué no convence Hillary, pese al aparato político de los demócratas que está a su disposición? ¿Estamos en las puertas de un triunfo del populismo ultraconservador en la principal potencia política, económica y militar del mundo? ¿Qué ha pasado entre los votantes estadounidenses para que una figura como la de Donald Trump haya tenido tan notable éxito como hasta ahora?
Voto antisistema
Una de las razones del ascenso de Donald Trump y el estancamiento de Hillary es la consolidación del voto antisistema y conservador en un contexto de crisis de la economía global.
El desgaste de la política tradicional, el asedio del terrorismo islámico y la problemática no resuelta de la explosiva inmi gración han terminado de cristalizar el ascenso del pensamiento ultraconservador en Estados Unidos, Europa y otras partes del mundo.
Según Mark López director de investigación del Pew Research Center (PRC), el ánimo del electorado ahora es muy diferente que hace un lustro, cuando se impuso un proyecto de cambio con Barack Obama, otro outsider que no logró todo lo que se propuso.
“Muchos americanos que no son asiáticos ni latinos, piensan que la siguiente generación no estará mejor que la actual”, explicó.
“También existe un sentimiento predominante de que Estados Unidos ha perdido trabajos, sus trabajos, a otros países como China y que la inmi gración está cambiando al país, de manera muy rápida”, agregó.
Una encuesta realizada por The New York Times en 2015 mostró que un 64% de los estadounidenses cree que hay oportunidades amplias de movilidad laboral, el porcentaje más bajo en las últimas tres décadas. En 2016, la situación –incluso– ha empeorado.
En este ciclo político el ánimo del electorado tiene un fuerte componente de pesimismo y eso ha ayudado al éxito de Trump.
“En general la percepción es que las cosas en el país van peor y no mejor”, aseguró López.
Clinton es la clara favorita entre las mujeres, los votantes personas de color, los hispanos y los jóvenes. Trump lidera entre los hombres, los blancos y los mayores de 65 años.
Los votantes ven a Trump más fuerte en temas económicos y con más capacidad para gestionar la respuesta al terrorismo, mientras Clinton parece más confiable en temas como inmi gración o la gestión de crisis internacionales. Clinton también logra más aprobación en lo que se refiere a la preparación y experiencia para ser presidenta, pero Trump gana en liderazgo y honestidad.
Populismo de derecha
Los republicanos celebrarán su Asamblea partidaria entre el 18 al 21 de julio en Cleveland (Ohio), a la que Donald Trump llega con todas las cartas ganadoras, aunque deberá enfrentar fuertes resistencias internas a su liderazgo. Especialmente por el estilo político que Trump ha impuesto desde el comienzo de su campaña: intolerancia, verborragia y posiciones discriminatorias muy difíciles de asimilar, incluso, entre los sectores más conservadores de los republicanos.
Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, encuentra similitudes discursivas y estratégicas entre Trump y el extinto expresidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Aunque eran de signos ideológicos diferentes (uno ‘conservador’ y otro ‘socialista’), el hábito de mencionar temas controversiales, su megalomanía y la tendencia a burlarse de rivales políticos son algunas de sus similitudes, según el analista. Ambos son populistas, uno de derecha y otro de izquierda.
“El líder populista emerge y florece en situaciones de amplia inequidad social y económica, donde las instituciones han perdido credibilidad”, aseguró.
En el caso particular de Chávez, Shifter explicó que antes de que emergiera el caudillo, Venezuela atravesó por dos crisis donde el país perdió un 40% de su ingreso nacional.
“Chávez era un hombre del espectáculo consumado. Su retórica seductora aplastando el viejo orden resonó con muchos venezolanos”, dijo Shifter.
“El fenómeno de Trump refleja frustración e ira en contra de la brecha creciente entre ricos y pobres. Trump también ha dado en el clavo con el sentimiento antiglobalización”.
“El liderazgo del Partido Republicano ha fallado en entregar resultados y ha perdido contacto con su base”, agregó. Todos elementos propicios para el éxito de una figura con las características de Trump, un populista de ultraderecha.
De paso, Trump está logrando el apoyo partidario de los republicanos detrás de su candidatura. Una encuesta del Washington Post, señala que el 85% de los republicanos planea votar por su candidato. Un sondeo del New York Times arroja un número similar.
El drama de Hillary
No pasa lo mismo con Hillary. Uno de los talones de Aquiles de Clinton es que enfrenta la pelea con Trump con un partido claramente dividido. Están los demócratas tradicionales encolumnados detrás del aparato político de los Clinton y están los inconformes – especialmente jóvenes y mujeres– que apostaron fuerte por el izquierdista Bernie Sanders.
Por ahora está al frente de las encuestas porque, matemáticamente, hay más demócratas que republicanos en todo el territorio estadounidense. Pero la mayor debilidad de Clinton es su incapacidad para convencer al electorado ‘independiente’ y ‘liberal’ que se alineó detrás de Sanders, cansado de la política centralizada en Washington. Las encuestas señalan que solo el 55% de ese electorado está dispuesto a apoyarla frente a Trump.
La esperanza de Clinton es que este temporal cambie una vez que sea formalmente electa en la Asamblea del Partido Demócrata entre el 25 al 28 de julio en Filadelfia. En 2008, Barack Obama también estaba detrás en las encuestas hasta que fue formalmente electo candidato de los demócratas, momento en que se posicionó como el candidato puesto para acceder a la Casa Blanca.
La necesidad de reunificar al Partido Demócrata es, quizás, el mayor desafío para Clinton en el último tramo de la campaña.
Por eso, Barack Obama en persona ha bajado para dar un espaldarazo a la candidatura de Clinton, lo mismo que otros líderes demócratas.
¿Alcanzará?
Las encuestas que se conozcan después de las nominaciones formales de Clinton y Trump serían definitivas para ver si realmente la exprimera dama de Estados Unidos tiene fuerza suficiente como para enfrentar al desquiciado magnate neoyorkino.
El Deber | Móvil
Pisando los talones. Donald Trump está cada vez más cerca de Hillary Clinton en las encuestas. El voto conservador complica el proyecto político de la exprimera dama. ¿Es la hora del populismo de derecha? A cuatro meses de las elecciones, el final está abierto
Carlos Morales Peña
cmorales@eldeber.com.bo
Hillary Diane Rodham Clinton retrocede contra las cuerdas en una pelea que, desde el comienzo, se sabía que iba a ser muy dura. Tiene al frente a Donald John Trump, un magnate desalmado que está dispuesto a todo por llegar a la Casa Blanca tras las elecciones presidenciales de noviembre.
Un electorado de clase media, veterano e insatisfecho, amenaza los planes de la exprimera dama de convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos.
La exsecretaria de Estado arrancó como la clara favorita de la contienda estadounidense, pero hoy está virtualmente cabeza a cabeza con el polémico candidato de los republicanos. En cambio, Trump despegó desde la nada y, a punta de posiciones xenófobas y conservadoras, rápidamente se transformó en la gran sorpresa de la extenuante primaria de los republicanos.
Hoy las encuestas estremecen el aparato de los Clinton: Hasta el mes de abril, Hillary gozaba de una ventaja considerable en los sondeos. Desde mayo, su caída es abrumadora, lo que ya permite hablar de un ‘empate técnico’.
Las nuevas proyecciones colocan a Hillary Clinton con un 45-47% y a Donald Trump con el 40-45%; el magnate neoyorquino achicó la distancia y se ubica entre dos y cinco puntos de la posible candidata demócrata, dependiendo del sondeo.
La última de ellas que fue realizada por la Universidad Quinnipiac (Connecticut) y publicada el miércoles, encontró que el 42% de los posibles votantes se inclina por Clinton y un 40% apoya a Trump. La encuesta muestra una ligera mejoría para Trump, que iba cuatro puntos atrás a principios de mes. Un 18% de los votantes aún está indeciso.
Los resultados de todas las encuestas es unánime: un notable estancamiento en la figura de Clinton y un crecimiento sostenido a favor de Trump.
A cuatro meses de los comicios y a dos semanas de las asambleas partidarias, ¿qué pasó? ¿Por qué no convence Hillary, pese al aparato político de los demócratas que está a su disposición? ¿Estamos en las puertas de un triunfo del populismo ultraconservador en la principal potencia política, económica y militar del mundo? ¿Qué ha pasado entre los votantes estadounidenses para que una figura como la de Donald Trump haya tenido tan notable éxito como hasta ahora?
Voto antisistema
Una de las razones del ascenso de Donald Trump y el estancamiento de Hillary es la consolidación del voto antisistema y conservador en un contexto de crisis de la economía global.
El desgaste de la política tradicional, el asedio del terrorismo islámico y la problemática no resuelta de la explosiva inmi gración han terminado de cristalizar el ascenso del pensamiento ultraconservador en Estados Unidos, Europa y otras partes del mundo.
Según Mark López director de investigación del Pew Research Center (PRC), el ánimo del electorado ahora es muy diferente que hace un lustro, cuando se impuso un proyecto de cambio con Barack Obama, otro outsider que no logró todo lo que se propuso.
“Muchos americanos que no son asiáticos ni latinos, piensan que la siguiente generación no estará mejor que la actual”, explicó.
“También existe un sentimiento predominante de que Estados Unidos ha perdido trabajos, sus trabajos, a otros países como China y que la inmi gración está cambiando al país, de manera muy rápida”, agregó.
Una encuesta realizada por The New York Times en 2015 mostró que un 64% de los estadounidenses cree que hay oportunidades amplias de movilidad laboral, el porcentaje más bajo en las últimas tres décadas. En 2016, la situación –incluso– ha empeorado.
En este ciclo político el ánimo del electorado tiene un fuerte componente de pesimismo y eso ha ayudado al éxito de Trump.
“En general la percepción es que las cosas en el país van peor y no mejor”, aseguró López.
Clinton es la clara favorita entre las mujeres, los votantes personas de color, los hispanos y los jóvenes. Trump lidera entre los hombres, los blancos y los mayores de 65 años.
Los votantes ven a Trump más fuerte en temas económicos y con más capacidad para gestionar la respuesta al terrorismo, mientras Clinton parece más confiable en temas como inmi gración o la gestión de crisis internacionales. Clinton también logra más aprobación en lo que se refiere a la preparación y experiencia para ser presidenta, pero Trump gana en liderazgo y honestidad.
Populismo de derecha
Los republicanos celebrarán su Asamblea partidaria entre el 18 al 21 de julio en Cleveland (Ohio), a la que Donald Trump llega con todas las cartas ganadoras, aunque deberá enfrentar fuertes resistencias internas a su liderazgo. Especialmente por el estilo político que Trump ha impuesto desde el comienzo de su campaña: intolerancia, verborragia y posiciones discriminatorias muy difíciles de asimilar, incluso, entre los sectores más conservadores de los republicanos.
Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, encuentra similitudes discursivas y estratégicas entre Trump y el extinto expresidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Aunque eran de signos ideológicos diferentes (uno ‘conservador’ y otro ‘socialista’), el hábito de mencionar temas controversiales, su megalomanía y la tendencia a burlarse de rivales políticos son algunas de sus similitudes, según el analista. Ambos son populistas, uno de derecha y otro de izquierda.
“El líder populista emerge y florece en situaciones de amplia inequidad social y económica, donde las instituciones han perdido credibilidad”, aseguró.
En el caso particular de Chávez, Shifter explicó que antes de que emergiera el caudillo, Venezuela atravesó por dos crisis donde el país perdió un 40% de su ingreso nacional.
“Chávez era un hombre del espectáculo consumado. Su retórica seductora aplastando el viejo orden resonó con muchos venezolanos”, dijo Shifter.
“El fenómeno de Trump refleja frustración e ira en contra de la brecha creciente entre ricos y pobres. Trump también ha dado en el clavo con el sentimiento antiglobalización”.
“El liderazgo del Partido Republicano ha fallado en entregar resultados y ha perdido contacto con su base”, agregó. Todos elementos propicios para el éxito de una figura con las características de Trump, un populista de ultraderecha.
De paso, Trump está logrando el apoyo partidario de los republicanos detrás de su candidatura. Una encuesta del Washington Post, señala que el 85% de los republicanos planea votar por su candidato. Un sondeo del New York Times arroja un número similar.
El drama de Hillary
No pasa lo mismo con Hillary. Uno de los talones de Aquiles de Clinton es que enfrenta la pelea con Trump con un partido claramente dividido. Están los demócratas tradicionales encolumnados detrás del aparato político de los Clinton y están los inconformes – especialmente jóvenes y mujeres– que apostaron fuerte por el izquierdista Bernie Sanders.
Por ahora está al frente de las encuestas porque, matemáticamente, hay más demócratas que republicanos en todo el territorio estadounidense. Pero la mayor debilidad de Clinton es su incapacidad para convencer al electorado ‘independiente’ y ‘liberal’ que se alineó detrás de Sanders, cansado de la política centralizada en Washington. Las encuestas señalan que solo el 55% de ese electorado está dispuesto a apoyarla frente a Trump.
La esperanza de Clinton es que este temporal cambie una vez que sea formalmente electa en la Asamblea del Partido Demócrata entre el 25 al 28 de julio en Filadelfia. En 2008, Barack Obama también estaba detrás en las encuestas hasta que fue formalmente electo candidato de los demócratas, momento en que se posicionó como el candidato puesto para acceder a la Casa Blanca.
La necesidad de reunificar al Partido Demócrata es, quizás, el mayor desafío para Clinton en el último tramo de la campaña.
Por eso, Barack Obama en persona ha bajado para dar un espaldarazo a la candidatura de Clinton, lo mismo que otros líderes demócratas.
¿Alcanzará?
Las encuestas que se conozcan después de las nominaciones formales de Clinton y Trump serían definitivas para ver si realmente la exprimera dama de Estados Unidos tiene fuerza suficiente como para enfrentar al desquiciado magnate neoyorkino.
El Deber | Móvil
