Es triste constatar cómo el Régimen es capaz de engañar una y otra vez al personal, esta vez ofreciendo como opción a este paki metido a español que apesta a tapado del CNI y cuya única utilidad es desinflar a Vox. La consigna es neutralizar como sea a Vox, bien por la vía de desincentivar el voto (Gisbert, Gallardo, etc.), bien por la vía de ofrecer una opción que represente una disidencia más "pura" y auténtica, frente a un Vox que estaría cobardeando en tablas, que sería amigo de la "rasa cobrisa", etc. Son dos vías de ataque y ambas funcionan a su manera.
Hoy en día la bestia negra del Régimen es Vox, porque es el único partido que está en las instituciones y que tiene poder político y electoral, que está manejando un discurso anti-inmi gración y anti-agenda-2030, y que se opone al cambio de régimen en marcha en España. Téngase en cuenta que, si no fuera por Vox, el PP ya se habría sumado al carro de la confederalización de España, la amnistía y todo lo demás. El PP está deseando y está furioso porque la existencia de Vox se lo impide.
Promover discursos en apariencia más radicales y extremos es una táctica perfectamente razonable si consigues robar votos a quien consideras el adversario a batir. Si el partido disidente que estás promoviendo llegara algún día a constituir un problema, ya se resolvería en su momento con las soluciones adecuadas. El problema ahora es Vox, y lo que importa en la política es el ahora.
En el caso particular de Alvise, como es un tipejo que claramente trabaja para las cloacas, no hay nada que temer. Desaparecerá cuando toquen el silbato. El caso de Gisbert es si cabe más inofensivo aún, porque su plataforma consiste en convencer a la disidencia de no participar políticamente. De Gisbert tiendo a pensar que el hombre es sincero (contrariamente al cloaquero Alvise), lo cual significa que es un iluso de tomo y lomo.
Mientras tanto, el país continúa su viaje ininterrumpido al barranco. Leo hoy en The Objective que en Cataluña el 50% de los nacimientos ya son de padres extranjeros. Nos están haciendo una limpieza étnica en nuestra cara y la mayoría de la gente va a votar a partidos sistémicos. La verdad, es impresionante.
Este país es una triste y patética comedia, y apenas merece comentario más allá de algún resoplido irónico.