Vlad_Empalador
Será en Octubre
Sumergidos en el 'machoverso': así se propaga el repruebo contra las mujeres en la red
Activistas por los derechos de los hombres, jóvenes vírgenes resentidos, 'youtubers' misóginos y gurús de la seducción. El discurso antifeminista en España ha proliferado en la red, convertida en refugio afectivo para una masculinidad en crisis
PREMIUM
MentaPoleo, que así se llama el usuario número uno, manifiesta sus dudas a las 20:47 horas:
-¿Vuestra madre también? Lo pregunto totalmente en serio.
Sólo dos minutos después, un tal Led le comparte un GIF que dice que Julia Roberts, Penélope Cruz y Elsa Pataky son pilinguis, pero también "tu mejor amiga, tu novia, tu vecina, tu abuela, tu suegra y hasta tu madre". Todas, vamos.
Murphy5, tercer usuario en discordia, no lo acaba de tener claro:
-Yo qué sé tío....
Hasta que Sammy_Hodiak cierra el debate. Son sólo las 20:59:
-Hace eones que se sabe que SÍ [el sí en mayúsculas]. todas mujeres que parece que practican la prespitación, empezando por tu madre y tu hermana. Este tema es conocido por todos y está zanjado.
Chimpún. Tds pts. Perdón, todas mujeres que parece que practican la prespitación.
Cerramos pestaña y abrimos una nueva. Ahora en un portal que se llama Black Pill. "A las mujeres sólo les gustan el 2% de los hombres", se lamenta un usuario que se hace llamar Celibatoinvoluntario y cuyo avatar es una fotografía del líder de Vox, Santiago Abascal. "A veces pienso que las mujeres son como animales", comparte Tarman. Su perfil cuenta que mide 1'65 y que es KHHV, acrónimo en inglés de kissless, hugless, handholdless virgin, es decir, una persona virgen a quien jamás han besado, abrazado o ni siquiera cogido de la mano. Lo que en este universo se conoce como un incel, un célibe a regañadientes. "Las mujeres -protesta Tarman- son como animales irracionales".
PARA SABER MÁS
https://www.elmundo.es/papel/historias/2021/02/13/60268945fdddffe7a58b4595.html
Si seguimos buceando un rato más por este particular machoverso encontramos consejos de belleza masculina, ejercicios maxilofaciales para aumentar la prominencia del mentón, alegatos antifeministas, talleres para ligar, podcast sobre hipergamia, todos los memes, chistes y videos machistas que quieran y sesudas teorías sobre esa "dictadura ginocentrista" (del griego gyno, mujer) que tiene acorralados a los hombres del mundo entero. Salvo a los hombroños, claro, los "hombres con cachopo", que es como se conoce por aquí a los feministas.
Bienvenidos al inquietante submundo de lo que los expertos llaman manosfera.
¿Que qué narices es la manosfera? Responde Elisa García-Mingo, profesora de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid: "La manosfera es un conglomerado de espacios digitales en los que se alojan diferentes subculturas de internet que se caracterizan por la propagación de discursos extremadamente misóginos y de mensajes que banalizan la violencia contra las mujeres y su cosificación".
Aclaramos, pues, que manosfera viene de man (hombre) y no de mano. Hasta aquí el chiste.
"Hay quien lo llama el internet de los hombres, pero no es una definición exacta", aclara García-Mingo, autora junto a la investigadora Silvia Díaz Fernández de un exhaustivo informe que analiza este ecosistema y su influencia en la percepción que tienen jóvenes de la violencia sensual, y que identifica con precisión qué tipo de varones se mueven realmente en estos espacios en la red.
Tenemos por un lado a los incels, hombres, como aquel Tarman, que se autoidentifican por su incapacidad para establecer relaciones sensuales y culpan de ello, por supuesto, a las mujeres. Están los MGTOW (Men Who Go Their Own Way, en español: Hombres que siguen su propio camino), una comunidad convencida de que las mujeres son seres manipuladores que sólo buscan aprovecharse de ellos. Tenemos a los Activistas por los Derechos de los Hombres, focalizados en asuntos como la custodia compartida o las denuncias falsas por violencia de género. Y, por último, aparecen los gurús de la seducción y los youtubers misóginos, generadores de contenido en internet que han conseguido monetizar sus discursos machistas.
Volvamos un momento a la red. Roma Gallardo tiene 34 años, medio millón de seguidores en Instagram y casi dos millones de suscriptores en YouTube. "La violencia estructural que existe en España se está dando contra el hombre por el hecho de ser hombre", proclama él en uno de sus últimos vídeos. Es su respuesta a la última campaña del Ministerio de Igualdad. La pieza dura unos 12 minutos y suma más de 315.000 visualizaciones y casi 26.000 likes.
"En el momento en el que los hombres dejemos de luchar por ser el león con los bemoles más grandes, más melena y más fuerza, fallaremos como especie", escribe uno de sus seguidores.
Según el último Barómetro Juventud y Género realizado por el Centro Reina Sofía de la Fundación FAD, uno de cada cinco jóvenes varones de entre 15 y 29 años considera que la violencia de género no existe y que no es más que un "invento ideológico". Y el porcentaje de chicos que considera la violencia de género como un problema grave ha caído del 54,2% en 2018 al 50,4 el año pasado.
Abrimos otra ventana. "¿No sabes cómo jugar con las emociones de las mujeres?", pregunta Álvaro Reyes a su millón y pico de suscriptores en internet. "En este vídeo te muestro cómo puedes jugar con sus emociones para que acepten tus propuestas y planes".
Si te gusta el vídeo, dale al like.
"Ha habido una consolidación de esta manosfera en España en los últimos años", explica Elisa García-Mingo. "Existe un repliegue antifeminista como respuesta al apoyo masivo de las jóvenes al movimiento feminista y las actuaciones del Ministerio de Igualdad. Cada vez hay más cuentas, más seguidores, más predicamento...".
-¿Por qué funciona ese discurso?
-Porque es irreverente, trol, simple, persuasivo... Los mensajes son ágiles, responden rápido a la actualidad y se repiten machaconamente. Y encima juegan con el humor, son más entretenidos que los discursos feministas, que son demasiado teóricos y aleccionadores.
En agosto del año pasado, un joven de 22 años llamado Jake Davison mató a su madre de un disparo en Plymouth (Reino Unido). Luego salió a la calle y mató a dos hombres, una mujer y una niña de tres años. Hirió a otras dos personas y después se suicidó. El rastro de Davison en la red reveló que era asiduo a foros de incels. Un blackpill (píldora negra).
En los últimos ocho años ha habido al menos otros cuatro atentados en EEUU relacionados con el repruebo a las mujeres. En 2020, un joven canadiense fue el primer acusado de terrorismo por un asesinato vinculado al movimiento incel.
"Aquí, afortunadamente, no existen incels conectados con el terrorismo", explica García-Mingo, que pone el foco de nuestro machoverso en los llamados activistas por los derechos de los hombres. "Son más importantes en España porque tienen ánimo político y tienen la capacidad de incidir y organizarse más allá de internet".
El informe de la FAD señala como uno de sus referentes en España a Daniel Jiménez, historiador y profesor de lengua y cultura española en el U.S. Defense Language Institute. Jiménez tiene 42 años, usa Twitter y Facebook, pero más relevante es su trabajo como activista e ideólogo a través de su blog personal y de su libro Deshumanizando al varón.
-¿Usted se considera machista?
-No, no me considero machista. No creo en que la mujer deba jugar un papel subordinado al hombre ni tengo añoranza por los roles de género tradicionales, pero tampoco me opongo a ellos siempre que las personas decidan escogerlos sin que medien limitaciones legales o presión social.
Jiménez responde por correo electrónico desde Estados Unidos. Todas sus respuestas son extensas, milimétricamente comedidas y llenas de referencias históricas y enlaces a su propio blog. Habla de la discriminación del hombre, de su invisibilización, de los índices de mortalidad masculina, de la siniestralidad laboral, de las tasas de suicidio y hasta de las lapidaciones en Irán. "Mucha gente no sabe que entre 1980 y 2010 se ejecutó por lapidación a más hombres que mujeres o que la gaysidad masculina se pena allí con la muerte a la primera ofensa, mientras que la femenina se pena con la muerte a la cuarta ofensa".
-¿Cuál cree que es la situación en España? ¿Somos víctimas los hombres de una sociedad ginocentrista?
-No me gusta el término ginocentrismo, como tampoco el de patriarcado, que son dos caras de la misma moneda. En España, como en otras partes, el gran problema es la consideración del varón como un sesso (o género) moralmente inferior. Los horrores causados por el hombre (guerra, crimen, etc.) se asocian a la masculinidad, mientras que sus logros literarios, científicos o artísticos se explican por un sistema de opresión que no permitía a la mujer alcanzar dichos hitos. Consideramos que la mujer es tan capaz como el hombre en todo, excepto en la maldad. La conclusión inevitable de ese discurso es que es necesario acabar lo que convierte al hombre en hombre: la masculinidad. No es que haya hombres malvados sino que, como categoría, el hombre es malvado.
Ese 10% en el que se mueven estas creencias no es alarmante. Sin embargo el estudio alerta de que hay más de un 32% de jóvenes que, aunque no comparten los mandatos de esa masculinidad hegemónica tradicional, tampoco tienen muy clara su posición.
"Es en esa desubicación donde triunfan los mensajes facilones", avisa Octavio Salazar. "Hay muchos jóvenes que están perdidos y sin referentes, sin espejos públicos donde mirarse, y es ahí donde hay que esforzarse. Hay un déficit evidente en nuestro país: trabajamos mucho en igualdad, pero no ponemos el foco en los chicos".
"Como sociedad hemos fracasado en el trabajo con los hombres", comparte Elsa García-Mingo. "Es fácil hablar de la manosfera como una madriguera de repruebo, pero lo cierto es que si hay hombres que en ese espacio se sienten comprendidos es porque hay unas necesidades socioafectivas que no están siendo cubiertas fuera de la red y hay que trabajar en ello".
El último hilo en el foro de Black Pill empieza así: "Nunca he ido al cine con ninguna chica...".
Activistas por los derechos de los hombres, jóvenes vírgenes resentidos, 'youtubers' misóginos y gurús de la seducción. El discurso antifeminista en España ha proliferado en la red, convertida en refugio afectivo para una masculinidad en crisis
PREMIUM
- RODRIGO TERRASA
@rterrasa
Madrid - ILUSTRACIÓN: RAÚL ARIAS
@raularias
MentaPoleo, que así se llama el usuario número uno, manifiesta sus dudas a las 20:47 horas:
-¿Vuestra madre también? Lo pregunto totalmente en serio.
Sólo dos minutos después, un tal Led le comparte un GIF que dice que Julia Roberts, Penélope Cruz y Elsa Pataky son pilinguis, pero también "tu mejor amiga, tu novia, tu vecina, tu abuela, tu suegra y hasta tu madre". Todas, vamos.
Murphy5, tercer usuario en discordia, no lo acaba de tener claro:
-Yo qué sé tío....
Hasta que Sammy_Hodiak cierra el debate. Son sólo las 20:59:
-Hace eones que se sabe que SÍ [el sí en mayúsculas]. todas mujeres que parece que practican la prespitación, empezando por tu madre y tu hermana. Este tema es conocido por todos y está zanjado.
Chimpún. Tds pts. Perdón, todas mujeres que parece que practican la prespitación.
Cerramos pestaña y abrimos una nueva. Ahora en un portal que se llama Black Pill. "A las mujeres sólo les gustan el 2% de los hombres", se lamenta un usuario que se hace llamar Celibatoinvoluntario y cuyo avatar es una fotografía del líder de Vox, Santiago Abascal. "A veces pienso que las mujeres son como animales", comparte Tarman. Su perfil cuenta que mide 1'65 y que es KHHV, acrónimo en inglés de kissless, hugless, handholdless virgin, es decir, una persona virgen a quien jamás han besado, abrazado o ni siquiera cogido de la mano. Lo que en este universo se conoce como un incel, un célibe a regañadientes. "Las mujeres -protesta Tarman- son como animales irracionales".
PARA SABER MÁS
https://www.elmundo.es/papel/historias/2021/02/13/60268945fdddffe7a58b4595.html
- REDACCIÓN: RODRIGO TERRASA
Si seguimos buceando un rato más por este particular machoverso encontramos consejos de belleza masculina, ejercicios maxilofaciales para aumentar la prominencia del mentón, alegatos antifeministas, talleres para ligar, podcast sobre hipergamia, todos los memes, chistes y videos machistas que quieran y sesudas teorías sobre esa "dictadura ginocentrista" (del griego gyno, mujer) que tiene acorralados a los hombres del mundo entero. Salvo a los hombroños, claro, los "hombres con cachopo", que es como se conoce por aquí a los feministas.
Bienvenidos al inquietante submundo de lo que los expertos llaman manosfera.
¿Que qué narices es la manosfera? Responde Elisa García-Mingo, profesora de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid: "La manosfera es un conglomerado de espacios digitales en los que se alojan diferentes subculturas de internet que se caracterizan por la propagación de discursos extremadamente misóginos y de mensajes que banalizan la violencia contra las mujeres y su cosificación".
Aclaramos, pues, que manosfera viene de man (hombre) y no de mano. Hasta aquí el chiste.
"Hay quien lo llama el internet de los hombres, pero no es una definición exacta", aclara García-Mingo, autora junto a la investigadora Silvia Díaz Fernández de un exhaustivo informe que analiza este ecosistema y su influencia en la percepción que tienen jóvenes de la violencia sensual, y que identifica con precisión qué tipo de varones se mueven realmente en estos espacios en la red.
Tenemos por un lado a los incels, hombres, como aquel Tarman, que se autoidentifican por su incapacidad para establecer relaciones sensuales y culpan de ello, por supuesto, a las mujeres. Están los MGTOW (Men Who Go Their Own Way, en español: Hombres que siguen su propio camino), una comunidad convencida de que las mujeres son seres manipuladores que sólo buscan aprovecharse de ellos. Tenemos a los Activistas por los Derechos de los Hombres, focalizados en asuntos como la custodia compartida o las denuncias falsas por violencia de género. Y, por último, aparecen los gurús de la seducción y los youtubers misóginos, generadores de contenido en internet que han conseguido monetizar sus discursos machistas.
Volvamos un momento a la red. Roma Gallardo tiene 34 años, medio millón de seguidores en Instagram y casi dos millones de suscriptores en YouTube. "La violencia estructural que existe en España se está dando contra el hombre por el hecho de ser hombre", proclama él en uno de sus últimos vídeos. Es su respuesta a la última campaña del Ministerio de Igualdad. La pieza dura unos 12 minutos y suma más de 315.000 visualizaciones y casi 26.000 likes.
"En el momento en el que los hombres dejemos de luchar por ser el león con los bemoles más grandes, más melena y más fuerza, fallaremos como especie", escribe uno de sus seguidores.
Según el último Barómetro Juventud y Género realizado por el Centro Reina Sofía de la Fundación FAD, uno de cada cinco jóvenes varones de entre 15 y 29 años considera que la violencia de género no existe y que no es más que un "invento ideológico". Y el porcentaje de chicos que considera la violencia de género como un problema grave ha caído del 54,2% en 2018 al 50,4 el año pasado.
"La existencia de esta manosfera es muy preocupante por lo que incide en los procesos educativos", advierte Octavio Salazar, profesor de Derecho Constitucional y autor de El hombre que (no) deberíamos ser. "No está habiendo una apuesta decidida por la formación de los más jóvenes en cuestiones de género y ese vacío lo están llenando las redes sociales, que simplifican cuestiones tremendamente complejas con discursos facilones, muy epidérmicos y emocionales. Los chavales se están maleducando en materia de sexualidad con un youtuber que les explica cómo llevarse a una tía a la cama".
Abrimos otra ventana. "¿No sabes cómo jugar con las emociones de las mujeres?", pregunta Álvaro Reyes a su millón y pico de suscriptores en internet. "En este vídeo te muestro cómo puedes jugar con sus emociones para que acepten tus propuestas y planes".
Si te gusta el vídeo, dale al like.
"Ha habido una consolidación de esta manosfera en España en los últimos años", explica Elisa García-Mingo. "Existe un repliegue antifeminista como respuesta al apoyo masivo de las jóvenes al movimiento feminista y las actuaciones del Ministerio de Igualdad. Cada vez hay más cuentas, más seguidores, más predicamento...".
-¿Por qué funciona ese discurso?
-Porque es irreverente, trol, simple, persuasivo... Los mensajes son ágiles, responden rápido a la actualidad y se repiten machaconamente. Y encima juegan con el humor, son más entretenidos que los discursos feministas, que son demasiado teóricos y aleccionadores.
El fenómeno machirulo en la red, por supuesto, no es nuestro. De hecho, los expertos sitúan su orígen en los movimientos de "liberación de los hombres" de las décadas de los 70 y 80 en Estados Unidos. En los últimos años, las redes sociales han disparado su viralidad. Pese a que los vínculos con la extrema derecha son evidentes, tanto aquí como en otros países, no existe una ideología común más allá de la supuesta promoción de la masculinidad y una fuerte misoginia, articulada a través de una singular iconografía, trufada de metáforas tomadas sobre todo de la película Matrix. La filosofía de la píldora roja, que reivindican en la mayor parte de los foros, anima al despertar de los hombres ante "la pesadilla misándrica feminista y su lavado de cerebro". La subcultura más radical, la de los incels, se asocia directamente a la llamada píldora negra.
En agosto del año pasado, un joven de 22 años llamado Jake Davison mató a su madre de un disparo en Plymouth (Reino Unido). Luego salió a la calle y mató a dos hombres, una mujer y una niña de tres años. Hirió a otras dos personas y después se suicidó. El rastro de Davison en la red reveló que era asiduo a foros de incels. Un blackpill (píldora negra).
En los últimos ocho años ha habido al menos otros cuatro atentados en EEUU relacionados con el repruebo a las mujeres. En 2020, un joven canadiense fue el primer acusado de terrorismo por un asesinato vinculado al movimiento incel.
"Aquí, afortunadamente, no existen incels conectados con el terrorismo", explica García-Mingo, que pone el foco de nuestro machoverso en los llamados activistas por los derechos de los hombres. "Son más importantes en España porque tienen ánimo político y tienen la capacidad de incidir y organizarse más allá de internet".
El informe de la FAD señala como uno de sus referentes en España a Daniel Jiménez, historiador y profesor de lengua y cultura española en el U.S. Defense Language Institute. Jiménez tiene 42 años, usa Twitter y Facebook, pero más relevante es su trabajo como activista e ideólogo a través de su blog personal y de su libro Deshumanizando al varón.
-¿Usted se considera machista?
-No, no me considero machista. No creo en que la mujer deba jugar un papel subordinado al hombre ni tengo añoranza por los roles de género tradicionales, pero tampoco me opongo a ellos siempre que las personas decidan escogerlos sin que medien limitaciones legales o presión social.
Jiménez responde por correo electrónico desde Estados Unidos. Todas sus respuestas son extensas, milimétricamente comedidas y llenas de referencias históricas y enlaces a su propio blog. Habla de la discriminación del hombre, de su invisibilización, de los índices de mortalidad masculina, de la siniestralidad laboral, de las tasas de suicidio y hasta de las lapidaciones en Irán. "Mucha gente no sabe que entre 1980 y 2010 se ejecutó por lapidación a más hombres que mujeres o que la gaysidad masculina se pena allí con la muerte a la primera ofensa, mientras que la femenina se pena con la muerte a la cuarta ofensa".
-¿Cuál cree que es la situación en España? ¿Somos víctimas los hombres de una sociedad ginocentrista?
-No me gusta el término ginocentrismo, como tampoco el de patriarcado, que son dos caras de la misma moneda. En España, como en otras partes, el gran problema es la consideración del varón como un sesso (o género) moralmente inferior. Los horrores causados por el hombre (guerra, crimen, etc.) se asocian a la masculinidad, mientras que sus logros literarios, científicos o artísticos se explican por un sistema de opresión que no permitía a la mujer alcanzar dichos hitos. Consideramos que la mujer es tan capaz como el hombre en todo, excepto en la maldad. La conclusión inevitable de ese discurso es que es necesario acabar lo que convierte al hombre en hombre: la masculinidad. No es que haya hombres malvados sino que, como categoría, el hombre es malvado.
Otra investigación de la Fundación FAD, publicada la semana pasada, reveló que uno de cada 10 jóvenes españoles justifica el uso de la violencia contra las mujeres y cree que "ser un hombre de verdad" implica tener la última palabra en su relación, no llorar en público y no ser afeminado, pero sí recurrir a la prespitación para tener sesso.
Ese 10% en el que se mueven estas creencias no es alarmante. Sin embargo el estudio alerta de que hay más de un 32% de jóvenes que, aunque no comparten los mandatos de esa masculinidad hegemónica tradicional, tampoco tienen muy clara su posición.
"Es en esa desubicación donde triunfan los mensajes facilones", avisa Octavio Salazar. "Hay muchos jóvenes que están perdidos y sin referentes, sin espejos públicos donde mirarse, y es ahí donde hay que esforzarse. Hay un déficit evidente en nuestro país: trabajamos mucho en igualdad, pero no ponemos el foco en los chicos".
"Como sociedad hemos fracasado en el trabajo con los hombres", comparte Elsa García-Mingo. "Es fácil hablar de la manosfera como una madriguera de repruebo, pero lo cierto es que si hay hombres que en ese espacio se sienten comprendidos es porque hay unas necesidades socioafectivas que no están siendo cubiertas fuera de la red y hay que trabajar en ello".
El último hilo en el foro de Black Pill empieza así: "Nunca he ido al cine con ninguna chica...".
