El masaje

Librepensante

Madmaxista
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1 Sep 2012
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David subió con las chicas a casa para hacer un pollo y tomar queso manchego curado y vino reserva Rioja 2016.
La tarde estaba tranquila y con una temperatura agradable. No quisimos salir de la terraza del colombiano en el que disfrutamos de unas excelentes empanadillas con ají.
Estábamos picando algo y Maria de tumbó en la cama boca abajo transversalmente.
David tuvo ganas de sentarse al lado de ella pero algo le retuvo.
Pasado el rato David se dio cuenta de que ella dormía. La dejo sin más y después le decía a Lucía que le hiciera un masaje, que le iría bien.
El que tenia ganas de dar el masaje era él.
Lo volvió a repetir al tiempo que se sentaba al lado de Maria. Lucía no tenía intención alguna de masajear a su amiga, por lo que la excusa de dale tu le vino perfecta para empezar a sentir el tono de la parte superior de la espalda.
Maria llevaba una camiseta de estas que dejan la barriga al aire.
Su piel era bronceada.
Los pantalones eran neցros, de una textura similar a la del algodón.
David se sentía bien relajando la espalda de Maria. Le decía que tenia mucho tono, que debía relajarse más.
Naturalmente le miraba el ojo ciego pero se contentó con bajar un poco y tocar la piel de la muchacha morena.
Se decidió a meter la mano por debajo de la camisa y subir para arriba masajeando a la chica, que debía estar lubricando a buen ritmo.
Toco el sujetador y movió la mano rítmicamente, como haciendo serpenteos.
La mujer de David estaba en la cocina. Quieres pan? No no gracias.
David comenzó a hacer movimientos laterales en la zona de la cadera y veía como se movía el generoso ojo ciego de la americana.
Ella no decía nada. Había una extraña complicidad entre ellos.
Por un momento David sintió que ea algo físico, obviamente de placer mutuo pero sin llegar a ser sensual.
Al poco comenzó a poner la palma derecha en el glúteo y masajeó con la técnica de mover grandes masas musculares.
Maria dijo que era muy relajante.
David pasó entonces a mover solo el glúteo con su palma.
Ya la tenia dura y si, comenzaba a ser el asunto un tema sensual.
Tocó ambos cachetes sin recato y disfrutó de un ojo ciego bien contorneado.
Maria estaba disfrutando mucho.
Ya llamaban para cenar pero David aprovechó para hacer varias pasadas desde el cuello hasta abajo.
No hizo nada grosero.
Casi al final tamboreó el trastero de la chica rítmicamente.
Sentía el poder de dar placer a una chica sin necesidad de penetrarla. El ojo ciego se movía bastante y el asunto definitivamente estaba en un punto bastante morboso.
La chica no se movía y tuvieron que llamar otra vez para el dichoso pollo con pasta.
David aprovecho para terminar con un roze al ojo ciego algo más intimo y cómplice mientras se levantaba empalmado.
Durante la cena Maria casi no miraba a David quien, por el contrario, observaba los carnosos labios de la morena.
La despedida fueron dos besos, algo fríos delante de todos.
La cabeza de David fantaseaba con un posible encuentro puramente sensual con Maria.
 
MARIA UNA fruta, DAVID UN BABOSO Y LA MUJER DE DAVID YA TIENE A 4 regazo EN MANO EN TINDER
 
David subió con las chicas a casa para hacer un pollo y tomar queso manchego curado y vino reserva Rioja 2016.
La tarde estaba tranquila y con una temperatura agradable. No quisimos salir de la terraza del colombiano en el que disfrutamos de unas excelentes empanadillas con ají.
Estábamos picando algo y Maria de tumbó en la cama boca abajo transversalmente.
David tuvo ganas de sentarse al lado de ella pero algo le retuvo.
Pasado el rato David se dio cuenta de que ella dormía. La dejo sin más y después le decía a Lucía que le hiciera un masaje, que le iría bien.
El que tenia ganas de dar el masaje era él.
Lo volvió a repetir al tiempo que se sentaba al lado de Maria. Lucía no tenía intención alguna de masajear a su amiga, por lo que la excusa de dale tu le vino perfecta para empezar a sentir el tono de la parte superior de la espalda.
Maria llevaba una camiseta de estas que dejan la barriga al aire.
Su piel era bronceada.
Los pantalones eran neցros, de una textura similar a la del algodón.
David se sentía bien relajando la espalda de Maria. Le decía que tenia mucho tono, que debía relajarse más.
Naturalmente le miraba el ojo ciego pero se contentó con bajar un poco y tocar la piel de la muchacha morena.
Se decidió a meter la mano por debajo de la camisa y subir para arriba masajeando a la chica, que debía estar lubricando a buen ritmo.
Toco el sujetador y movió la mano rítmicamente, como haciendo serpenteos.
La mujer de David estaba en la cocina. Quieres pan? No no gracias.
David comenzó a hacer movimientos laterales en la zona de la cadera y veía como se movía el generoso ojo ciego de la americana.
Ella no decía nada. Había una extraña complicidad entre ellos.
Por un momento David sintió que ea algo físico, obviamente de placer mutuo pero sin llegar a ser sensual.
Al poco comenzó a poner la palma derecha en el glúteo y masajeó con la técnica de mover grandes masas musculares.
Maria dijo que era muy relajante.
David pasó entonces a mover solo el glúteo con su palma.
Ya la tenia dura y si, comenzaba a ser el asunto un tema sensual.
Tocó ambos cachetes sin recato y disfrutó de un ojo ciego bien contorneado.
Maria estaba disfrutando mucho.
Ya llamaban para cenar pero David aprovechó para hacer varias pasadas desde el cuello hasta abajo.
No hizo nada grosero.
Casi al final tamboreó el trastero de la chica rítmicamente.
Sentía el poder de dar placer a una chica sin necesidad de penetrarla. El ojo ciego se movía bastante y el asunto definitivamente estaba en un punto bastante morboso.
La chica no se movía y tuvieron que llamar otra vez para el dichoso pollo con pasta.
David aprovecho para terminar con un roze al ojo ciego algo más intimo y cómplice mientras se levantaba empalmado.
Durante la cena Maria casi no miraba a David quien, por el contrario, observaba los carnosos labios de la morena.
La despedida fueron dos besos, algo fríos delante de todos.
La cabeza de David fantaseaba con un posible encuentro puramente sensual con Maria.

venga tío no te hagas de rogar, queremos más.
 
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