El invierno ha llegado tarde, pues ya estamos finalizando febrero, pero es en estos últimos días en los que más frío estoy pasando.
Como suele pasar en estas invasiones de aire frío procedente del norte, bastante nieve en la Cordillera Cantábrica y en la parte occidental del Pirineo y casi nada de nieve en las restantes cordilleras peninsulares.
El invierno en España es el invierno desde que la Tierra es Tierra.
Menos horas de luz y el sol más lejos que en todo el año, lo que se traduce en temperaturas inferiores al resto del año.
Si llueve mucho y hay muchas nubes por la noche, la temperatura es más elevada que si está despejado y la temperatura se desploma.
Por otro lado están las entradas de aire en altura, polar o muy frío, que por azar y aletoriedad, unas veces vienen muy prontias, otras en enero, y otras tardias, y otras, no llegan por poquísimo, componente principal en que un invierno sea muy frío o nivoso.
No hay ninguna evidencia científica que por narices en X día de X mes, siempre por bemoles tiene que hacer la temperatura X bajisima, esto no es Berlín con un -5 de minima +2 de máxima casi todos los días.
En especial, este invierno las mínimas han sido muy elevadas, porque no ha parado de llover o estar nublado, frente al resto de inviernos muy anticiclonicos, que hacía que las mínimas fueran bajo cero y entradas polares más prontías.
Pero España es España, por la dorsal calida africana, la cuál nos impacta de lleno pero no sube más arriba a Europa. Lo que no puede ser es pretender que todos los años haya filomenas, o normalizar que en los 80, hubo por azar, muchas entradas polares y frío y nieve a lo grande, eso no es LO NORMAL.
