El 11-M (y el 7-J londinense, memento Jeremy Keenan) fue una acción ejecutiva de militares yanquis P2OG/SEAL, con apoyo israelí, bajo cobertura (por si eran cazados in fraganti) dentro un simulacro de atentado de la OTAN (negación plausible) que se produjo entre el 4 y el 10 de marzo en Madrid (y otras capitales europeas), un día antes de la matanza. Gladio yihadista, yigladismo pues, antes fachoso (estación ferroviaria de Bolonia, piazza Fontana, Peteano…). Y «maoísta»: memento GRAPO, Brigadas Rojas y Fracción del Ejército Rojo (Rote Armee Fraktion, RAF). Y en agosto de 2002, brotan los primeros indicios de un nuevo grupo secreto de contra-inteligencia useño, el Grupo de Operaciones Preventivas Proactivas (P2OG), emergidos de un informe de la Junta de Ciencias de la Defensa (DSB), un grupo asesor del Pentágono. Informe patrocinado por el Secretario de Defensa Donald H. Rumsfeld y cuyo título reza Operaciones especiales y fuerzas conjuntas en apoyo de la lucha contra el terrorismo.
Propuesta P2OG
Aproximadamente cien ‘”personas altamente especializadas con habilidades técnicas y de inteligencia únicas, como operaciones de información, PSYOP, ataque de red, actividades encubiertas, SIGINT, HUMINT, SOF,
operaciones de guerra de influencia/engaño podrían constituir un nuevo grupo de élite de operaciones preventivas proactivas ( P2OG )”. Presupuesto anual, 100 millones de dólares.
«La propuesta es la última señal de una nueva asertividad por parte del Departamento de Defensa en asuntos de inteligencia, y una indicación de que la vanguardia de la reforma de inteligencia no se encuentra en el Congreso sino
a puerta cerrada en el Pentágono«.
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