Un alto cargo de prisiones del ministro Marlaska hacía uso de sus relaciones con el Gobierno para intimidar a los trabajadores bajo su mando
Las denuncias de acoso en contra del exdirector de la guandoca de Estremera, Enrique Valdivieso, no son nuevas. Se remontan a 2018, cuando varios trabajadores del centro, cansados de tanta impunidad, decidieron presentar quejas internas por discriminación y presunto acoso laboral. Eran gayses sentían que estaban recibiendo un trato vejatorio por parte de la dirección.
El digital OKDIARIO se hizo eco de que un alto cargo de prisiones del ministro Fernando Grande-Marlaska había sido denunciado por maltratar a los trabajadores de dicho centro carcelario. Se referían al director Valdivieso. Las denuncias llegaron al Ministerio de Interior, a la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias, al Defensor del Pueblo y a todos los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados.
De las tantas denuncias dirigidas a Valdivieso por parte de algunos subordinados, destaca la de una funcionaria con discapacidad del 34%.
La denunciante se quejaba de la inacción del director, quien, “a pesar de conocer los riesgos que entrañaba para ella realizar determinadas actividades, justificadas mediante informes médicos, dicho director no hizo nada para mitigar o paliar las posibles consecuencias físicas y psicológicas que podía conllevar” el trabajo que se le había asignado.
En el centro penitenciario de Estremera era normal que muchos trabajadores estuvieran de baja médica por los malos tratos que recibían de Valdivieso, según las versiones del personal del recinto. Sostienen que el ya exdirector, fue destituido el pasado 16 de abril, hacía uso de sus relaciones con altos cargos del Gobierno para ser déspota e intimidar a los trabajadores bajo su mando. Era amigo del actual secretario general, Ángel Luis Ortiz, que fue quien le llamó en abril para cesarle tras recibir un exhaustivo informe de los desmanes de Valdivieso.
En 2020, la prensa volvió a dar voz a los incansables reclamos contra el director
por parte de los trabajadores. En esta ocasión, el Confidencial Digital publicó una carta remitida por sus damnificados al ministro Fernando Marlaska. En el escrito enviado a Interior se hablaba de “faltas de respeto, tacto, sensibilidad” y de “arbitrariedad” en las decisiones del director, precisaba el citado medio.
“Él proyecta que la prisión de Estremera es un desastre y que él es el único que puede controlarlo todo”, indicaba un funcionario. “Yo he sido testigo de humillaciones y vejaciones”, testificaba otro. “Te llama inútil o te dice que no sirves para este trabajo”, terciaba otro.
El medio digital también señaló que en los últimos años han sido más de 30 los subdirectores que han abandonado el centro de Estremera por el mal comportamiento del exdirector Valdivieso. La mala fama del ya destituido llegó también a los directores de otras prisiones.
Los empleados aseguran que Valdivieso decía que no había “ningún director que se pueda hacer cargo de Estremera”. “Son muy flojos con los presos y funcionarios, no duran ni un par de semanas”, se jactaba. Aparte de estas quejas, el informe en poder del secretario general que determinó su destitución contiene casos de acoso sobre sus subordinados. También hay varios supuestos de acoso sensual sobre trabajadoras, según el informe en poder del secretario general.
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