El declive total de las asociaciones de vecinos. Las conclusiones que se extraen son interesantísimas

Yo las que conozco están totalmente parasitadas de rojez.

Ir a una es como cuando ves los típicos vídeos de entrevistas a votantes boomers socialistas que repiten sus consignas rojas de cosa de los años 80.

Son entes que se basan en "el quién" y no en "el qué".

-Si algo del ayto joroba al barrio pero lo hacen los suyos la asociación hará de freno entre los vecinos cabreados, justificará, dará motivos para esperar, quitará importancia...

-Si algo del ayto es bueno para el barrio pero lo hacen los otros, es decir no llega a través suyo, pondrán pegas, intentarán crispar...

Se han politizado, además hacia lo progre, y por ello se han condenado. La gente eso lo huele y recela de ellas como de la peste, y lo que en su tiempo era una buena herramienta de control sobre los políticos ahora no es más que una fruta cosa para que 4 langostos jubilados de la fábrica de turno se crean importantitos en su calle.
 
1. Las asociaciones tuvieron mucha importancia y potencia hasta hace unos años, pero los dirigentes se hacen mayores o se mueren y nadie joven quiere hacerse cargo de ellas.

2. Quienes quedan son criticados constantemente sin aportar alternativas desde la irrupción de las redes sociales.

3. Los ayuntamientos imponen sus criterios a los vecinos sin consultarles.

4. Los cargos políticos ven las peticiones de las asociaciones como algo molesto. Primero ponen trabas, luego dan largas y finalmente no contestan en modo alguno.

5. Trabas legales por todos sitios para cualquier cosa, restricciones de todo tipo hasta para hacer un taller de calceta, burocracia al alza para todo.

6. Los vecinos no cuentan para nada, sólo lo que dicte el concejal de turno, a menudo sin vivir o ni siquiera visitar el barrio ni hablar con sus vecinos.

7. Atomización de la sociedad. Individuos aislados que no generan conflictos a las autoridades. Autoridades cada vez más fuertes. Concesiones a empresas 'amigas' de las actividades que antes hacían los vecinos por su cuenta sin pedir permiso a nadie.

Buen resumen. Añadiría la 8, que no sale en la noticia:

8. Mojamé y Wilson son ahora la mitad de la población del barrio y subiendo. Se la sudan sus vecinos y solo se relacionan con paisanos. La mitad restante son españoles que ya no aspiran a que el barrio mejore y no se reconocen en el mismo porque parece una mezcla entre Rabat y Cali, solo quieren pirarse por patas en cuanto tengan pasta.
 
España desde la transición. Ejemplo de una sociedad civil pobre, cada vez más individualista frente a una partitocracia fagocitadora y suspicaz de la agrupación de individuos independientes que puedan cuestionar sus políticas.

Otro éxito del R78
 
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