pijoprogre
Madmaxista
Es evidente, burbis. Cada vez que se asoma el vecino a nuestra casa somos más infelices.
Hoy en día se escruta demasiado lo que se hace, la raíz de cada comportamiento y su prevención. Aunque parezca contradictorio, la diversidad y la información han difundido aún más el control social, porque han hecho latente lo isotrópico, o idóneo, y por regla esencial, todo lo demás es poco apreciable.
Lo que se desconocía antaño es ahora materia de todos, lo que era un descubrimiento noble en cuclillas de la ignorancia y la expectación es ahora campo de estudio a posteriori
El modelo de lo que es idóneo está muy alejado del vulgo común, esto es la primera causa de infelicidad puesto que es el primer peldaño que nos acercaría hipotéticamente a lo virtuoso, y lo necesario. Lejos estaríamos, pues, de hablar de fracaso, sino de resignación ante el terror insondable del fracaso, que es sin duda peor, porque el fracaso es un hecho que mana de la valentía.
Este modelo está desarrollado, y está fuera del campo de los instintos. Para la felicidad es imprescindible un equilibrio entre el instinto y el comportamiento racional
Somos una sociedad descabezada. Lo tenemos todo y a la vez no tenemos nada.
La tecnología no va a destruir, sino que ya ha destruido nuestras vidas.
A más ver.
Hoy en día se escruta demasiado lo que se hace, la raíz de cada comportamiento y su prevención. Aunque parezca contradictorio, la diversidad y la información han difundido aún más el control social, porque han hecho latente lo isotrópico, o idóneo, y por regla esencial, todo lo demás es poco apreciable.
Lo que se desconocía antaño es ahora materia de todos, lo que era un descubrimiento noble en cuclillas de la ignorancia y la expectación es ahora campo de estudio a posteriori
El modelo de lo que es idóneo está muy alejado del vulgo común, esto es la primera causa de infelicidad puesto que es el primer peldaño que nos acercaría hipotéticamente a lo virtuoso, y lo necesario. Lejos estaríamos, pues, de hablar de fracaso, sino de resignación ante el terror insondable del fracaso, que es sin duda peor, porque el fracaso es un hecho que mana de la valentía.
Este modelo está desarrollado, y está fuera del campo de los instintos. Para la felicidad es imprescindible un equilibrio entre el instinto y el comportamiento racional
Somos una sociedad descabezada. Lo tenemos todo y a la vez no tenemos nada.
La tecnología no va a destruir, sino que ya ha destruido nuestras vidas.
A más ver.
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