Hay comentarios ya antiguos, pero se citan de nuevo.
Yo no creo que los ateos odien a los religiosos, o a la religión. O que por definición deban odiarlos. Creo que personas intransigentes y sectarias las hay en todo lugar, y eso incluye creyentes y ateos. Esas personas serán sectarias e intransigentes independientemente de la trinchera en la que quieran ubicarse.
El ateísmo ha acabado convirtiéndose en una "religión" per se. Con sus dogmas, sus Santos, sus mandamientos y sus pastores. Igual que hay gente que acepta a Cristo o a Tupá tras una meditada reflexión interna personal, también hay gente que recorre ese camino en sentido contrario hacia el ateísmo. Igual que hay gente que sigue cual borrego una religión o alguna de sus formas, hay gente que rechaza cual borrego su existencia. Creo que eso habla del ser humano, no de la religiosidad o falta de ella.
El problema es que uno empieza oyendo su voz interior y resulta que acaba pensando por sí mismo. Y eso como bien debe saber usted no hay religión organizada que lo apruebe.
Y aunque hemos discutido más de una vez este tema, sigo pensando que la religión es un instrumento para forzar la legitimidad de las normas o las leyes. En el Código de Hammurabi, por ejemplo, la autoridad para penar el homicidio se basa en los designios del dios Marduk, pero también los honorarios de los médicos.
Bueno, la religiosidad sería una consecuencia, porque lo que distingue al ser humano de los animales es que es consciente de su propia existencia y por lo tanto de que ésta tiene un final, que es la muerte. Se supone que por eso los primeros cultos de la humanidad van todos en esa dirección.
Eso viene a decir que Dios existe porque se expresa en la materialización de la ignorancia humana. La lluvia o ganar una batalla también eran materializaciones de la existencia de los dioses, y hoy sabemos que no llueve porque algún dios lo quiera, o que Saladino no dio sopas con hondas a los cristianos porque Alá sea mejor dios que el nuestro.
Quizá algún día sepamos por qué hay orden dentro del caos, o quizá no, pero en mi opinión creo que hay algo impepinable:
Si hoy todos los libros sagrados y creencias religiosas se destruyesen sin dejar memoria, la religiosidad se volvería a desarrollar, pero en ningún caso sería tal cual es hoy, con los mismos nombres, historias, mitos y rituales.
Si hoy todos los libros y teorías científicas se destruyesen sin dejar memoria, la ciencia se volvería a desarrollar, y sus conclusiones sí serían las mismas que conocemos hoy. Porque seguiría lloviendo por las mismas razones, por ejemplo.
Éste es para mí el quid de la cuestión.
