Portugal es España y siempre lo ha sido, sólo los vaivenes políticos de la historia han hecho que sea políticamente independiente. Inglaterra se encargó de debilitar España separando una región del resto.
No es que debiera reunificarse, es que nunca debería haberse separado, porque a todos nos hubiera ido mejor con ello.
Con ello no nos convertiríamos en ninguna potencia mundial, ya han pasado esos tiempos, pero sería mejor, porque el tamaño del mercado importa en términos económicos, y el peso del PIB en términos de política internacional.
Pero lo veo dos inconvenientes:
- Quizá ya no tenga sentido. Ambos dos estamos ya en Europa, o sea que ya estamos integrados. No hay fronteras ni aduanas. Lo lógico es que la UE vaya a cada vez más integración, luego no tiene sentido malgastar esfuerzos en algo que de todas formas va a ocurrir.
- El actual sistema político de España haría muy difícil su integración. Un sistema fiscal centralizado y político descentralizado es un despropósito burocrático y antiecónomico que sólo genera ineficiencias, mala gestión y corrupción. Habría dos opciones posibles viables:
- Un sistema más centralizado que el actual donde se eliminasen estructuras duplicadas y se armonizasen leyes absudas de reinos de taifas creados por el sistema autonómico + Portugal. Lo veo muy muy dificil, porque los politicuchos de cada terruño no querran perder privilegios y manejarían a las masas como a corderitos para que se opusieran. Si se extendiera el sistema actual pero se incluyera a Portugal, con un PIB per capita mucho más bajo, las tensiones harían que todo el sistema se viniera abajo.
- Un sistema descentralizado en el que las diferentes regiones tengan la mayor parte de la gestión de los gastos y la competencia fiscal para recaudar fondos, de tal forma que tendrían que realizar una gestión responsable. Todo lo contrario que el sistema actual. Sería algo parecido al cupo vasco actual, pero para todas las regiones. Las regiones tendrían que aportar para los gastos comunes a todos, y para lo demás tendrían autonomía total. De esta forma los impuestos terminarían siendo bajos, igual que la burocracia y el peso del sector público, debido a la competencia fiscal entre regiones. Los malos gestores políticos tendrían que copiar la buena praxis de los buenos o perderían votos en sus respectivas regiones. Las regiones tendrían que ser más pequeñas que las actuales CCAA, para eliminar la inercia nacionalista del sistema actual, y Portugal tendría tambien que fragmentarse en múltiples regiones autonómas. No es fácil, y podría convertirse en un mounstro ingobernable, pero en teoría es posible.
Los lazos con Iberoamérica ya los tenemos con o sin Portugal, sólo que con Portugal añadiríamos a Brasil.
Que tengamos una relación más estrecha en nuestros hermanos del otro lado del oceano depende más de ellos que de nosotros. Nosotros somos unas pocas decenas de millones de personas y ellos unos pocos cientos de millones de personas, así que su peso es muy superior. Son naciones jóvenes que tuvieron que construirse negando su pasado y su historia. Buena parte de la población conoce bien sus casi dos siglos de historia reciente, y casi nada de los tres anteriores, y lo que va más allá del siglo XVI lo tienen tan idealizado como ignorado lo que va hasta el siglo XVIII. Quizá algún día esto cambie y se liberen de ese lastre nacionalista, pero queda mucho.