Se está atacando y desplazando a la clase obrera una vez mas. No dándoles trabajo, empleando antes a un inmigrante que a un autóctono. Los jóvenes blancos, hijos de la clase obrera que tanta amenaza supone para la élite, se sienten desplazados, ven que no pueden materializar sus sueños, se hunden, se deprimen y finalmente se drojan con opiáceos para soportar una vida llena de vacío.
Esto es inadmisible.
Si en vez de tanto opiáceo la gente se levantara en pie de guerra, esto cambiaría. Que mueran los me gusta la fruta que tienen que morir, los que han organizado todo este complot y no la gente que no tiene la culpa y que en el fondo es víctima.