Si me pongo en plan novelesco pienso algo así:
Un grupo secreto, que actúa de forma encubierta, aprovecha la manifestación, se camufla entre la gente y llama a asaltar el congreso.
Surgen voluntarios a borbotones, algunos piensan que es la misma organización de la marcha y se emociona. Son la punta de la lanza que atraviesa las puertas justo en el cambio de turno de la guardia, cuando la instalación está más desprotegida. Actúan con precisión quirúrgica, mientras la turba popular realiza números circenses. El grupo, ya dentro y en posición, llega a su objetivo: unos papeles, un disco... Una llave para abrir la caja maldita de los truenos.
Trump espera. Algunos analistas están confusos ¿Ha sido él mismo u otra agencia? La llamada llega: Tenemos esto Mr Trump, se aparta usted de en medio o saco esto a la luz.
Trump condena el asalto, facilita la transición, se aparta. Ahora lo van a intentar poner de rodillas. Lo representarán como Satanás, una anomalía del sistema que ha de eliminarse.
Trump continúa actuando. Tiene suficiente como para buscar financiación donde le plazca y montar un clon de Facebook a su gusto y gana. Le sobran influencers.
Realmente ¿Que es Trump? ¿Showman o político?