O sea, que ha dimitido por la crisis de Open Arms.
Veamos, la "crisis" del Open Arms ha consistido en que un barco de una ONG española, que se dedica a hacer servicios de ferry a Europa para pagapensiones ilegales al módico precio de varios miles de euros por cabeza a repartir con las mafias de traficantes de personas, ha recogido a uno de estos grupos, y en lugar de depositarlos en el puerto seguro más cercano, en Túnez, como dictaban la lógica y las leyes marítimas, se ha empecinado con total desprecio de la salud, la seguridad y la vida de las personas que supuestamente ha "rescatado", en desembarcarlos en Italia, con el obvio propósito de quebrar la voluntad del Gobierno y el pueblo de un Estado soberano miembro de la Unión Europea, arruinando de paso la carrera política de un Ministro de Interior que se ha caracterizado por su firmeza frente a la actuación de las mafias traficantes y que, por eso mismo, es bastante incómodo...
Esa ha sido la crisis del Open Arms. Y por ello ha dimitido.
Pues bueno, pues muy bien.
Que se retire a una de esas villas en la Toscana, tan bonitas, y se dedique a regar los geranios, a pegar sellos en un álbum o a dar paseítos a caballo por el campo.
Porque desde luego, para gobernar y defender la independencia y la soberanía su país, está claro que no sirve.