Ya. Y “ya” es en 7-10 días. Está todo cayéndose. Mirad:
- Sanidad:
+ UCIs en hospitales de determinadas zonas (La Rioja, Madrid,...) al límite. Que sí, que por el bichito serán la mitad o menos, pero que están llenos. La prueba es la suspensión esta semana de las operaciones pendientes desde hace meses.
+ Atención primaria absolutamente colapsada. Probad a intentar coger una cita en un pediatra online. No la dan.
- Educación:
+ Centros sin saber qué hacer. El gobierno lavándose las manos y organizando reuniones para finales de agosto (sabiéndose el problema desde marzo), y al no encontrar soluciones dejándolo todo en las manos de las CCAA, que a su vez delegan en los centros.
+ Profesores desbordados, incapaces de coger el toro por los cuernos y hablando sólo de huelgas. Aquí en el sur, ampliando la oferta de profes de apoyo en esta misma semana (Cuando ya llevamos dos de clase) y tirando de la bolsa de interinos en la mitad de lo anunciado. Contratos sólo hasta diciembre. Con sólo un día hábil para buscarse casa en sabe Dios qué pueblucho a 400 klms, cuando desde abril se veía esta situación.
- Justicia: Aquí ni os cuento. Si siempre ha ido orate, ahora ya ni hablamos. Tengo constancia de la suspensión de todos los juicios de los juzgados el martes pasado (el equivalente a los de Plaza Castilla en Madrid) porque un procurador dio positivo en pcr, aquí en Sevilla. Con demandas interpuestas en 2002. 18 años. Surrealista.
- Organismos estatales: Esta es la madre del cordero. Porque que cierren la clase de tu hijo 15 días es soportable, pero que no te lleguen las ayudas que necesitas para comer, no. Hay tal atasco en el SEPE, que no cogen el teléfono y no atienden nada presencial sobre la marcha. Las citas a 3 meses vista el que tiene suerte. Y están gestionando desde ERTEs a EREs, pasando por jubilaciones, IMVs, bajas, altas en el paro, prejubilaciones,... Nadie cobra, y nadie va a hacerlo ya. No hay a quien protestar y los niveles de angustia e impotencia están traspasando el límite.
Y así uno detrás de otro. Todos los pilares estatales se están desmoronando. Y lo peor, es que lo único común que hay en todos, que es lo que podría salvar o al menos mantener la situación, es el dinero, y ya no hay. Hace meses que no hay. Esto solo puede ir a peor y va a estallar ya. Basta una chispa, que puede saltar con cualquier merluzez como una discusión en la calle en una cola ante un organismo público sobre si te has puesto la mascarilla o no o se mantenía la distancia de seguridad entre el personal.
Hemos traspasado el límite, y la explosión se va a producir YA.