Pablo era epiléptico, ese era su aguijón, podía haber dicho cualquier cosa.
Irrelevante.
¿Puede acreditar en qué texto se basa para afirmar que el aguijón de Pablo sea una epilepsia?
Porque en las epístolas no se define dicho "aguijón", y con la misma autoridad yo podría afirmar que se trata de una cojera o de una úlcera de estómago.
Por demás, la epilepsia no distorsiona el juicio ni produce visiones, así que lo que es "irrelevante" es su desautorización ad hominem del apóstol.
El mensaje de Jesùs fue como un rayo en mitad de la noche, nunca nadie habia escuchado nada semejante, este hombre, aceptaba a las mujeres que eran la guano de la sociedad, a los niños, a los viejos, a los enfermos, a los endemoniados,a los delincuentes, a los no judíos, a los gentiles, a los paganos…a TODOS.
Hablaba de amar a los enemigos y perdonarlos...
No sabemos cuál era el mensaje de Jesús puesto que no hay constancia contemporánea del mismo, sino atribuciones en textos muy tardíos. Pero, en todo caso, no tienen nada de "original", sino que reproducen los debates teológicos morales del momento -el debate entre Hilel y Shamai - en muchos casos con frases "robadas", como por ejemplo:
«No hagas a tu prójimo lo que no quieres que te hagan a ti». "Ama a tu prójimo como a ti mismo".
“Mi humildad es mi exaltación; procuro que lo que me enaltezca sea mi humildad”. Dicho recogido por Jesús: “Aprended de mí que soy manso y humilde” (Mt. 11,29; 13,12).
Hilel pensaba que no hay condición humana inferior: todos los hombres son iguales; y las mujeres, iguales a los hombres. Decía que no hay siervos condicionados por la cuna o por la guerra, sino que el servicio es un oficio que la Humanidad nos reclama a todos: Todos hemos de servir al prójimo; todos somos útiles para hacer el bien a los demás; y, con los demás, cada uno contribuye al bien común, que beneficia el interés de todos.
Sus interpretaciones del
Halakah iban dirigidas a la comprensión y a la integración del hombre común, necesitado de asistencia material o moral, al hombre de la calle con problemas vitales; con atención a la gente humilde y humillada, a los esclavos abusados, a los campesinos esquilmados, a los marginados olvidados…
La práctica de las virtudes humanitarias, creando alianzas entre los hombre para una vida social digna, lleva -según Hillel- a la
religación o alianza que conduce a la paz. Los hombres que se dan la paz, las naciones que hacen la paz, y la practican, realizan la
religión del hombre, la que nos hace “
semejantes a Dios” y nos coloca “
a su derecha”, donde -casualmente- está “
El Justo”.
Uno de los rasgos más característicos de esta religión para la paz entre los hombres era la propuesta de conseguirla mediante el perdón: la conciliación, el “poner la otra mejilla”, responder al repruebo con amor… Utilizando el diálogo, la suavidad, la mansedumbre, la entrega desinteresada y arriesgada al otro.
Hillel decía: “Bendito sea el Señor, que cada día nos mantiene con nuevos beneficios” (invocación asimilada a la del Padre Nuestro…) y se inspiraba en la figura profética del Siervo, cuyo carácter se aplicó primeramente a Josué, el Jesús antiguo, que fue “Servidor de su pueblo”, y cuyo ideal profético era reclamado en Samaria (Reino del Norte) como “el Salvador” (Taheb).
Así que como vemos, el "mensaje de Jesús" no es sino una codificación poética de la escuela de pensamiento de Hilel, el gran sabio de la época, (además de la repetición verbatim de dichos de las escrituras).
En esos momentos se impuso la necesidad de ir pasando a texto escrito el contenido de esas instrucciones revolucionarias.
Así es como se hizo necesario dar un paso desde "la fe vivida" a la "fe consignada por escrito» .
Como ya hemos visto, no hay nada "revolucionario" en esas ideas. Eran justamente el debate teológico en el judaismo del segundo templo en el S.I.
Es de suponer, que ya en la primera generación de seguidores de Jesús, entre los cuales seguramente no se hallaba el fariseo Saulo de Tarso,se empezaron a redactar por escrito notas y escritos breves con lo más esencial de la fe en torno al Rabí, a sus hechos y a sus dichos.
Sabemos que Pablo no estaba entre los primeros apóstoles puesto que lo refiere él mismo. Es más, SÓLO sabemos esto gracias a él. De lo que no existe constancia alguna es de la existencia física de ningún "rabí", puesto que el apóstol no lo refiere ni hace ninguna mención a una predicación terrenal del Cristo.
Los "dichos" del personaje son en su mayoría refritos de Hilel o de pensadores estoicos, cuando no reproducciones de frases escriturales verbatim.
En cuanto a los "hechos", cuando no camina sobre el agua emulando a Osiris, o convierte agua en vino cual Dionisos, el 90% son trasposiciones de historias y milagros que en las Escrituras se atribuían a otros profetas anteriores. Veamos algunos ejemplos:
La resurrección de la hija de Jairo tiene este precedente:
2 Reyes 4:
32 Y venido Eliseo a la casa, he aquí que el niño estaba muerto tendido sobre su cama.
33 Entrando él entonces, cerró la puerta tras ambos, y oró a Jehová.
34 Después subió y se tendió sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, y sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas; así se tendió sobre él, y el cuerpo del niño entró en calor.
35 Volviéndose luego, se paseó por la casa a una y otra parte, y después subió, y se tendió sobre él nuevamente, y el niño estornudó siete veces, y abrió sus ojos.
36 Entonces llamó él a Giezi, y le dijo: Llama a esta sunamita. Y él la llamó. Y entrando ella, él le dijo: Toma tu hijo.
La reproducción de los panes o los peces tiene este precedente:
2 Reyes 4
42 De Baal Salisá llegó alguien que le llevaba al hombre de Dios pan de los primeros frutos: veinte panes de cebada y espigas de trigo fresco. Eliseo le dijo a su criado:
―Dale de comer a la gente.
43 ―¿Cómo voy a alimentar a cien personas con esto? —replicó el criado.
Pero Eliseo insistió:
―Dale de comer a la gente, pues así dice el Señor: “Comerán y habrá de sobra”.
44 Entonces el criado les sirvió el pan y, conforme a la palabra del Señor, la gente comió y hubo de sobra.
Respecto a la curación de leprosos, tenemos este precedente:
2 Reyes 5
10 Entonces Eliseo envió un mensajero a que le dijera: «Ve y zambúllete siete veces en el río Jordán; así tu piel sanará, y quedarás limpio»....
14 Así que Naamán bajó al Jordán y se sumergió siete veces, según se lo había ordenado el hombre de Dios. ¡Y su piel se volvió como la de un niño, y quedó limpio!
Debido a la similitud de todos estos relatos, permítame que albergue la duda de que los "hechos" del "rabí" no sean más que una reescritura de viejos milagros, usando la conocida técnica del
pesher.
En otros casos -multitud de ellos- estos "hechos" no son más que recreaciones de profecías mesiánicas, como el nacimiento en Belen predicha por Miqueas; la limpieza del Templo predicha por Daniel; o la crucifixión predicha por Isaías. En definitiva, parábolas poniendo "en escena" estas antiguas profecías sobre el Mesías, lo que apunta claramente al modo en que se articula y concibe al personaje literario de los evangelios.
Cierto es que no conservamos testimonios escritos de esas primeras notas, pero así, previsiblemente, debió comenzar la prehistoria escrita de lo que luego serían los evangelios, obras que son el momento final de un proceso de paso de la tradición oral a la escrita y que duró más o menos medio siglo.
Si dicha "tradición oral" hubiera existido, la redacción de todos los evangelios hubiera sido enormemente variada, recogiendo muy distintos episodios y dichos a partir de las distintas "tradiciones" de multitud de testigos, a la que habría que añadir la lógica distorsión que se da de manera natural en los relatos orales.
Por el contrario, lo que tenemos es que tanto Mateo como Lucas recogen verbatim -con mínimas variaciones destinadas a correcciones teológicas- de lo escrito por Marcos, lo que apunta a que todo surge a partir de este texto matriz que reproduce un catálogo muy concreto de "hechos y dichos", de evidente inspiración en la Septuaginta (es decir, de la versión GRIEGA de el AT) lo que apunta a un origen fuera de Israel y redactada por gentiles.
Y Pablo conocía perfectamente esa tradición, no solo porque la había escuchado, también la había leido y en base a ellas,él escribió también, por aquello de que no hay nada mejor que saber antes lo que piensa tu enemigo, especialmente si quieres hacer creer que eres su amigo....
No. Pablo es muy claro al respecto. Su información "no viene de hombre alguno", sino de la revelación directa, y de la lectura de las Escrituras -es decir, del Antiguo Testamento-.
Si proviniese de una "tradición oral", no veo qué problema podía haber tenido en reconocerlo, en lugar de negarlo tajantemente.
Respecto a la fuente Q, sobran comentarios. No discuto sobre textos que sólo existen en la imaginación del algunos estudiosos, como una especulación interesada para justificar una "tradición" de la que no hay evidencia alguna.
La única "tradición" de la que hay constancia son los himnos y credos presentes en Pablo, que apuntan a un origen muy antiguo de la doctrina sobre Josué/Jesus (Salvación de Yahvé), probablemente remontándose al S.I a.C.