Pedazo de zascandil el Leguina de los narices, poco agraciado malnacido. Es decir, ante la comisión de un presunto delito o presuntas irregularidades, y a pesar de haber denunciado por las vías pertinentes otros casos ante jueces que se han desentendido rozando la prevaricación, este sujeto impresentable, digno representante de la castuza más depravada, hipócrita y pordiosera, buscando el único resguardo a sus prebendas, pues lleva viviendo del cuento de la política tropecientos años, pretende que se haga la vista subida de peso, algo a lo que está acostumbrado, para que no se menee nada de lo que a él le parece normal. Que la policía, por una vez, denuncia una trapisonda colosal en los medios y al señorito de hez le parece mal.
En nombre de la seguridad, o del estado o de la constitución de hez que ellos parieron para su mejor gloria. Infecto cerdo de hez, se os termina poco a poco vuestro derecho de pernada y os crecen los enanos por todas partes. A quien se deben los políticos, los puñeteros partidos, senadores, fuerzas de seguridad y ejército es a los ciudadanos, a los españoles, poco agradable pedazo de cenutrio.
joróbate, Leguina, don nadie, que te revuelves histérico porque se te acaban las prebendas y temes por dietas, sueldos vitalicios, cochazos oficiales y mamandurrias varias. Están todos alocados y esa, es una muy buena señal.
Puñetero orate de los narices.