Corea del Norte es el único país que da miedo a los EE.UU. Los Kim han conseguido un sueño: un país a su servicio por completo, donde nadie les chista, ni al padre cuando vivía ni al hijo ahora que es el amado líder. A una señal del Amado Líder, todos los norcoreanos se lanzarán al ataque sin valorar sus vidas. Los que huyen de Corea del Norte a Corea del Sur merecen una novela: vagan sin saber el valor de las cosas, sin saber qué es el valor de las cosas, el gobierno de Seul les paga cursos para que aprendan a valorar el dinero, porque el sueldo que les ponen (un sueldo importante, por cierto) no les dura el canto de un duro porque lo gastan a manos llenas. Corea es un sitio interesante, en la frontera hay asociaciones cristianas que lanzan periódicos occidentales y paquetes sorpresas con materiales occidentales en globos que cruzan la frontera y caen luego al azar: los soldados norcoreanos hacen tiro al blanco con ellos pero muchos cruzan y caen en aldeas perdidas donde los aldeanos flipan en colores cuando ven revistas en tonalidad de gente extrañísima. Kim Jong Il incluso secuestró a una conocida actriz surcoreana y la esclavizó durante años, y también al principal director de cine surcoreano, porque el amigo Kim Jong Il es un amante de las artes, sobre todo del cine, y quería tener al mejor cineasta a su lado para aprender: lo esclavizó hasta que el hombre se escapó, pero pasaron muchos años de eso. Corea del Norte no es un país, es una paranoia, un estado de robots alienados y esperando la orden de atacar al mundo entero, así que no os extrañen las precauciones de los gringos a la hora de atacar. Ya fue un infierno aquella guerra de Corea, porque los comunistas no tenían ningún miedo a morir, sólo tenían la obsesión de destrozar al enemigo y murieron muchísimos norteamericanos, y hoy, medio siglo después, los gringos no se atreven ni a chistarles (más que las clásicas balandronadas en foros internacionales).
El tema es muy espinoso porque la jugada es a tres bandas: Corea del Norte, Corea del Sur y Japón. China ha perdido el control sobre Pyongyang hace muchos años. Robert Kaplan habla en su último libro de las posibilidades:
- Corea del Norte ataca Japón con armas nucleares, lo cual despierta simpatías en Corea del Sur (ambos odian a los nipones) y se lía parda.
- Corea del Norte ataca Corea del Sur en un ataque leve y preventivo para tocar los narices a los norteamericanos. Corea del SUr no responde porque el siguiente ataque será nuclear y suicida.
- China interviene ante el creciente número de desplazados del régimen de Kim.
- Japón no puede atacar a Corea del Norte porque despertaría solidaridad en Corea del Sur y se liaría parda.
- En todo caso, se liará parda. A lo mejor hasta interviene un norcoreano muy conocido en el mundo, con su secta y todo: la secta Moon, que tiene más dinero que el más ricachón de los surcoreanos.