Adriano_
Madmaxista
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Estaba en una terraza tomandome una cañita, cuando en la mesa de al lado se sentaron unas mujeres a jijear un rato.
Yo estaba ajeno a todo lo que decían pero su tono agudo adolescente hacia inevitable que escuchases alguna cosa. Estaban hablando de chicos, que si el Juan, que si Perillán, pero entonces empezaron a hablar de a quienes se pasaron por la piedra y a quien no. Era sumamente desagradable y deprimente oír a unas chiquillas en la flor de la edad hablar como si fueran poco apreciables parroquianos de tasca de tercera.
Una de ellas lo hacía con pelos y señales y lo peor de todo, por lo que escuchaba, se intuía que se tiran a autenticos chavales fusilables barrancolanzables.
Lo peor estaba por venir. Hablando de la pastilla del dia despues y de lo que harían si se quedaban embarazadas ¿pero en que clase de mundo vivimos? Apuré mi caña y cuando les trajeron sus bocatas de lomo, me levanté con una sensación de tristeza y ardor de estomago profundo.
Me acordé de las chavalas con las que me relacionaba de adolescente. De colegios de buena presencia, con sus uniformes. Si serían igual de lechonas pero noniban pregonandolo por ahí, eran mas decorosas y desprendian mas pureza y olor a coco y vainilla sin tener que ir enseñando carne.
Nos hemos ido al guano señores, sin remedio.
Yo estaba ajeno a todo lo que decían pero su tono agudo adolescente hacia inevitable que escuchases alguna cosa. Estaban hablando de chicos, que si el Juan, que si Perillán, pero entonces empezaron a hablar de a quienes se pasaron por la piedra y a quien no. Era sumamente desagradable y deprimente oír a unas chiquillas en la flor de la edad hablar como si fueran poco apreciables parroquianos de tasca de tercera.
Una de ellas lo hacía con pelos y señales y lo peor de todo, por lo que escuchaba, se intuía que se tiran a autenticos chavales fusilables barrancolanzables.
Lo peor estaba por venir. Hablando de la pastilla del dia despues y de lo que harían si se quedaban embarazadas ¿pero en que clase de mundo vivimos? Apuré mi caña y cuando les trajeron sus bocatas de lomo, me levanté con una sensación de tristeza y ardor de estomago profundo.
Me acordé de las chavalas con las que me relacionaba de adolescente. De colegios de buena presencia, con sus uniformes. Si serían igual de lechonas pero noniban pregonandolo por ahí, eran mas decorosas y desprendian mas pureza y olor a coco y vainilla sin tener que ir enseñando carne.
Nos hemos ido al guano señores, sin remedio.