Profesor Bastiani
Madmaxista
- Desde
- 5 Sep 2009
- Mensajes
- 1.655
- Reputación
- 4.540
Entiendo que el horno no está para bollos, que no podemos andarnos con medias tintas porque el problema es gravísimo, que el primero que está preocupado por la unidad de España soy yo, que en nuestro país, en nuestra maltratada España, con los graves problemas que padecemos no hay sitio para un solo independentista más y algo hay que hacer al respecto: algo serio, firme y enérgico; y por todo ello, entiendo y me pregunto cómo es posible que a nadie se le haya ocurrido la solución definitiva a este nudo gordiano con lo fácil que es: solución alejandrina.
Una solución alejandrina pasaría por desplazar la capital de España a Barcelona, cualquiera que tenga unos conocimientos mínimos de historia sabe que no siempre la capital fue Madrid. Una vez trasladadas las Cortes y los Ministerios a Barcelona, cabría la posibilidad incluso de proclamar al catalán como lengua oficial. Dicho así parece una enormidad, pero si lo meditamos detenidamente es factible. El castellano y las demás lenguas sería cooficiales en sus respectivos territorios. Aunque entiendo que lo de la lengua es simplemente una idea conciliadora, huelga decir que el castellano en términos socioeconómicos e incluso cultura es una lengua que ofrece un registro muchísimo más amplio.
Una vez convertida Barcelona en la capital estatal y administrativa, el paso siguiente consistiría en convertir a Madrid en la capital cultural y económica del país. Se trata pues de una simple inversión del actual estatus políticoeconomicosocial. De hecho, las empresas que se están trasladando a Madrid podrían quedarse definitivamente.
En el tiempo de transición, porque todas estas cosas necesitan de un tiempo de adaptación, sería nombrado de presidente del gobierno un catalán de prestigio como pudiera ser Juan Manuel Serrat o el mismo Borrell. Y para ganarnos más el corazón de los catalanes -transitoriamente- le sería ofrecido el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes a Gerard Piqué, al que acompañaría -para compensar un poco- en calidad de Viceministro o Director General Sergio Ramos. Vuelvo a repetir que se trata de una propuesta transitoria. Y claro está, que políticos como Puigdemont, Junqueras o la Anna Gabriel quedarían excluidos tajantemente porque gente de este tipo llevando a cabo la acción de gobierno en una España nacionalista no tardarían mucho en reclamar Portugal o el Rif jovenlandés. Vete a saber por dónde pueden salir.
Esta iniciativa, en base a su enorme repercusión y calado no se llevaría acabo por el imperativo categórico y totalitario de unos cuantos, sino que estaría precedida por un referéndum pactado, una Ley de Transitoriedad, y una Ley Final de Conexión.
El único temor que resta es cuando me asalta la idea vaga e inconexa que ante un escenario de este tipo surgiesen de nuevo Comuneros en Castilla, pero no creo que lleguemos a tal situación, la cual considero como poco probable.
Una solución alejandrina pasaría por desplazar la capital de España a Barcelona, cualquiera que tenga unos conocimientos mínimos de historia sabe que no siempre la capital fue Madrid. Una vez trasladadas las Cortes y los Ministerios a Barcelona, cabría la posibilidad incluso de proclamar al catalán como lengua oficial. Dicho así parece una enormidad, pero si lo meditamos detenidamente es factible. El castellano y las demás lenguas sería cooficiales en sus respectivos territorios. Aunque entiendo que lo de la lengua es simplemente una idea conciliadora, huelga decir que el castellano en términos socioeconómicos e incluso cultura es una lengua que ofrece un registro muchísimo más amplio.
Una vez convertida Barcelona en la capital estatal y administrativa, el paso siguiente consistiría en convertir a Madrid en la capital cultural y económica del país. Se trata pues de una simple inversión del actual estatus políticoeconomicosocial. De hecho, las empresas que se están trasladando a Madrid podrían quedarse definitivamente.
En el tiempo de transición, porque todas estas cosas necesitan de un tiempo de adaptación, sería nombrado de presidente del gobierno un catalán de prestigio como pudiera ser Juan Manuel Serrat o el mismo Borrell. Y para ganarnos más el corazón de los catalanes -transitoriamente- le sería ofrecido el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes a Gerard Piqué, al que acompañaría -para compensar un poco- en calidad de Viceministro o Director General Sergio Ramos. Vuelvo a repetir que se trata de una propuesta transitoria. Y claro está, que políticos como Puigdemont, Junqueras o la Anna Gabriel quedarían excluidos tajantemente porque gente de este tipo llevando a cabo la acción de gobierno en una España nacionalista no tardarían mucho en reclamar Portugal o el Rif jovenlandés. Vete a saber por dónde pueden salir.
Esta iniciativa, en base a su enorme repercusión y calado no se llevaría acabo por el imperativo categórico y totalitario de unos cuantos, sino que estaría precedida por un referéndum pactado, una Ley de Transitoriedad, y una Ley Final de Conexión.
El único temor que resta es cuando me asalta la idea vaga e inconexa que ante un escenario de este tipo surgiesen de nuevo Comuneros en Castilla, pero no creo que lleguemos a tal situación, la cual considero como poco probable.
Última edición: