¿Creen que podrían ponerle el cubreboca a su burbujista interior el tiempo suficiente como para responder a lo que les preguntan, y no a lo que les dé la gana?
Gracias. Ahora, su pregunta:
Primer nivel de análisis. Ceteris Paribus (=siendo igual las demás condiciones)
Si suponemos que el dinero es de valor constante, y que el tipo de interés no variará con el tiempo, lo mejor es SIEMPRE deber dinero al mínimo interés posible.
En su caso, si usted mete el coche en la hipoteca, estará pagando por ese dinero un interés del 3%, lo cual es más barato que el 9% del préstamo personal.
Ahora bien, como quiera que LOS INTERESES (que son lo que mide el coste del préstamo) dependen del capital pendiente, y dado que los intereses DEPENDEN LINEALMENTE del capital (esto es, intereses de A+ intereses de B = intereses de A+B)
reduciendo el problema únicamente a los 10.000€ del coche, el préstamo sólo será más barato mientras el CAPITAL PENDIENTE de ese préstamo sea menor que TRES VECES el capital pendiente del préstamo personal.
Como quiera que las amortizaciones de capital en el préstamo personal son mayores (ya que el plazo es más corto), el momento en que deja de compensar meter el coche en la hipoteca acabará por llegar SIEMPRE Y CUANDO NO HAGA USTED AMORTIZACIONES PARCIALES de su préstamo.
Luego, si es usted capaz de pagar el coche en uno o dos años haciendo amortizaciones parciales, EN EFECTO, ES MÁS BARATO METER EL COCHE EN LA HIPOTECA
Segundo nivel de análisis: "rozamientos" y costes añadidos
Como ya se ha comentado, sucede que meter el coche en la hipoteca tiene una serie de gastos adicionales que hay que tener en cuenta a la hora de saber qué conviene más.
Gastos de novación, notaría, etc. deberían entrar en el cálculo, aunque no hay que olvidar que un préstamo personal también tiene sus gastos, que habría que estimar y poner en el "montón" del préstamo personal.
También hay que tener en cuenta que, de tener derecho a desgravación por compra de vivienda, ésta sólo podrá aplicarse sobre un porcentaje de los pagos anuales equivalente al cociente , en el momento de la ampliación, entre la deuda restante antes y después de la misma. Esto no es un problema si se pretende hacer amortizaciones que superen ampliamente la suma desgravable, pero puede llevar a que se puierda derecho a deducción si no se dispone de suficiente capacidad de amortización. Veamos un ejemplo:
Préstamo de 10.000€
Hipoteca pendiente de 90.000€
% desgravable = 90.000/100.000 = 90%
Pagos anuales 6.000€
Desgravación: 6.000*0.90*0.15 = 810€ en vez de 900
Pagos anuales 12.000€
Desgravación: 12.000*0.90*0.15 = 1620, pero el máximo son 1350€, luego no se perdería nada de desgravación.
Otro factor a tener en cuenta es si existe una comisión por amortización parcial, ya en la hipoteca, ya en el préstamo personal. En ese caso, y dependiendo del calendario de pagos y amortizaciones extraordinarias previsto, habría que meter ese gasto en el montón del préstamo personal, o en el de la hipoteca.
Así, tras comparar el coste TOTAL de intereses, gastos, desgravaciones perdidas, etc. podríamos saber si conviene más meter el coche en la hipoteca, o pedir un préstamo personal.
Tercer nivel. Inflación e IR-
Existe todavía una consideración más a tener en cuenta: que el dinero del futuro VALE MENOS que el dinero de hoy. Es decir, no es lo mismo tener que pagar 100€ HOY que tener que pagarlos dentro de 20 años. Para empezar, existen motivos para pensar que dentro de 20 años, esos 100€ no darán ni para una bolsa de pipas. A eso hay que añadir que, independientemente de la inflación, el dinero futuro SIEMPRE vale menos, porque hay que esperar para tenerlo, y porque el futuro siempre representa un riesgo, y los riesgos se pagan.
Así que para afinar el cálculo, además de lo expuesto en los niveles 1 y 2, habría que establecer una tasa de descuento para homogeneizar los pagos en el tiempo. Es decir, establecer cuánto menos valen 100€ de dentro de un año que 100€ de hoy, para llevar todas las cantidades pagadas al mismo punto del tiempo y allí sumar y comparar.
Como quiera que, en estos últimos tiempos, la inflación resulta ser MAYOR que el tipo de interés que se paga por las hipotecas, se llega al absurdo de que es RENTABLE DEBER DINERO, ya que el dinero que usted devuelve, más los intereses, resulta valer MENOS que el dinero que usted recibió: lo que se llaman INTERESES REALES NEGATIVOS o IR-
EJEMPLO:
Pido prestados 1000€ a 1 año, al 1,5% de interés
La inflación es del 2,5%
Al año, devuelvo 1015€, pero debido a la inflación, esos 1015€ de dentro de un año compran lo mismo que 990€ de cuando recibí el dinero. Luego gracias al préstamo, he podido comprar 1 año antes y encima he comprado 10€ más que si hubiera esperado 1 año
Por supuesto, el problema de los IR- es que SON UNA ANOMALÍA, y no se puede esperar que duren toda la vida de una hipoteca. Como la gente no suele tener visión de futuro a largo plazo, se endeudan a tope para aprovechar los IR-, y cuando la tortilla da la vuelta, están fritos. Y de esos polvos, estos lodos.