Que suerte los chinos, que no se toman las decisiones con la mayoría de la borregada.
Por eso prosperan. Los que mandan no se apoyan en "la voluntad popular" (lobotomizable) sino en el rigor y seriedad, en la prosperidad de la patria, y en su porvenir. Pasan a cuchillo a los traidores y a los energúmenos los castigan contra la pared.
Que ardor de estomago de democracia, como nos han lavado el cerebro. La chinita dice "que se siente poderosa". Menuda tragedia, y que eficaz propaganda de " la fiesta democrática".