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China, destino de miles de jóvenes occidentales cualificados y en paro - HISTORIAS DE ASIA - Cotizalia.com
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China, destino de miles de jóvenes occidentales cualificados y en paro
Cuando estalló la crisis, Jeremy Nuttall perdió su trabajo en la cadena de televisión canadiense CBC. Acababa de cumplir 30 años, no tenía ganas de volver al pueblecito donde viven sus padres y decidió probar suerte emigrando a China. "En mi país, con la crisis, sólo puedo aspirar a trabajos que no me satisfacen. Por eso creo que me quedaré en Pekín", aseguraba este joven periodista durante una feria para extranjeros organizada en un hotel de la capital.
Miles de personas con pasaportes de países desarrollados han encontrado un trabajo cualificado en China en los últimos 10 años. El fenómeno se está acelerando a causa de la crisis económica y del aumento del desempleo en la Unión Europea, Japón y Estados Unidos. En ciudades como Pekín o Shanghai, las autoridades organizan periódicamente ferias reservadas para extranjeros y en las que decenas de empresas chinas ofrecen puestos especialmente pensados para ellos. "Cuando hicimos la primera feria, hace seis años, vinieron unas 100 personas. El año pasado fueron 1.200 y este año esperamos al menos 1.500", comenta Cristina Yang, manager del evento Trabajo para Extranjeros Pekín 2010.
Los organizadores llevan a cabo un registro de participantes que identifica a los estadounidenses como la comunidad más numerosa, seguidos por europeos y asiáticos. "Hay cada vez más gente joven, pero seguimos teniendo de todo, personas desde los 25 hasta los 60 años. La mayoría viene con experiencia laboral", dice Yang.
Alrededor de 55% de los trabajos que se ofrecen en China son para puestos de enseñanza. "Dar clases sigue siendo lo más demandado, pero están creciendo mucho las grandes y medianas empresas chinas que quieren internacionalizarse y necesitan saber cómo funcionan los mercados extranjeros", explica la manager.
En la feria se ofertan todo tipo de trabajos cualificados, desde traductores de videojuegos hasta ingenieros industriales, pasando por jefes de ventas, diseñadores gráficos, decoradores o abogados. "Hoy he aprendido que saber chino mandarín es casi imprescindible para los mejores trabajos", dice Héctor, un arquitecto que perdió recientemente su trabajo en España y busca una oportunidad en China. "También creo que aquí los sueldos son más bajos que en Europa", añade.
Las experiencias de los extranjeros que llegan con la idea de ganarse la vida en el gigante asiático son muy variadas. Algunos dicen haber alcanzado logros profesionales con los que en sus países de origen sólo podían soñar.
Para otros, no obstante, la experiencia se ha convertido en una pesadilla. "Vine porque a mi marido lo trasladaron y dejé un puesto muy alto en Paquistán, con el que ganaba bastante dinero. Pero aquí es imposible, no me contratan. Si no eres estadounidense o al menos europeo, da igual el nivel que tengas", se queja Laila, una programadora informática paquistaní.
Los salarios también varían mucho. Algunas empresas llegan a ofrecer hasta 10.000 dólares mensuales para algunos cargos de responsabilidad. La media, sin embargo, es bastante más baja que en las grandes economías europeas, Japón, Corea del Sur o Estados Unidos.
"¿Quieres ser profesor de inglés? Nosotros pagamos mil dólares al mes más alojamiento si estás dispuesto a instalarte en la provincia de Anhui", insiste uno de los agentes en la feria, aclarando a quienes se interesaban por su oferta que solo contrata nativos. "El perfil típico es el de un profesional cualificado y con iniciativa que podría optar a un trabajo en su país pero quiere probar suerte en Asia para avanzar más rápido en su carrera, o como inversión de futuro. Sólo unos pocos lo hacen por dinero", asegura Jean Paul Signori, consultor de BKK Abroad. "La confianza que da una economía que crece a dos dígitos es muy importante. “Mucha gente joven cree que estar en China es estar en el futuro, y se dan cuenta de que sus países van para atrás, mientras en Asia se va para adelante", insiste.
Según Liu Yongzhi, portavoz del Buró Estatal para Asuntos de Expertos Extranjeros (SAFEA, por sus siglas en inglés), el tipo de occidentales que vive en China ha cambiado en la última década. En los años 90, la mayoría eran técnicos adultos, o incluso ya retirados, que acudían a ganar dinero para su jubilación. No hacían esfuerzos por aprender mandarín y se quedaban poco tiempo. "Ahora hay muchos jóvenes, algunos son grandes talentos que piensan
instalarse en China por largos periodos, que se esfuerzan en hablar el idioma y en integrarse en la sociedad", dice Liu.
Un número incierto
Las estadísticas de inmi gración chinas no son transparentes y los datos sobre el número de extranjeros que vive en el gigante asiático no se han hecho públicos oficialmente.
El Instituto Nacional de Estadística sugirió hace meses que en el próximo censo se tendrá en cuenta el dato y se ofrecerán detalles. A mediados del mes pasado, funcionarios del censo llamaron a las puertas de los extranjeros que vivimos en China para hacer el primer recuento oficial.
Diferentes cálculos aproximativos realizados por instituciones chinas y extranjeras, así como otros ofrecidos por la prensa oficial, cifran en alrededor de un millón los extranjeros que residen de manera estable en el país asiático.
Según recuentos oficiosos, en julio de 2005 se concedieron alrededor de 100.000 permisos de trabajo para extranjeros en el país, cifra que
ascendió hasta los 217.000 en 2008. El recuento se dificulta por el hecho de que muchos se establecen con visados de negocios o de turista y no tienen permiso de trabajo ni de residencia, ni siquiera se dan de alta en sus embajadas.