El antropochepoide tenía solo una de las mil y una copias de esa tarjeta. A el se la dio el director de la difunta revista Interview. Lo que le pasa es que es estulto y jodió la copia antes de devolverla. Si no fuera bodoque, habría mandado a un subalterno mongoloide a recoger la tarjeta de la mano de Asensio, y de ahí habría buscado la forma de que llegara a sus manos sin que le relacionen, y así no le tendría pillado de las narices.
El contenido de la tarjeta saldrá cuando tenga que salir. Al Viruelo, la Calva y el cliente de Fomento les debe costar aguantarse la risa en los consejos de ministros después de ver de arriba abajo el contenido de esa tarjeta. Ver al chepas montándose con la jovenlandesa culona debe ser un espectáculo digno del circo Barnum.