“La corrección política es propaganda comunista en pequeña escala. En mi estudio de las sociedades comunistas, llegué a la conclusión de que el propósito de la propaganda comunista no era persuadir o convencer, ni informar, sino humillar; y por tanto, cuanto menos se correspondiera con la realidad, mejor. Cuando las personas se ven obligadas a permanecer en silencio cuando les dicen las mentiras más obvias, o peor aún, cuando se les obliga a repetir las mentiras, pierden de una vez por todas su sentido de probidad. Asentir a mentiras obvias es cooperar con el mal y, de algún modo, volverse uno mismo malvado. La capacidad de resistir cualquier cosa se ve así erosionada e incluso destruida. Una sociedad de mentirosos castrados es fácil de controlar. Creo que si examinas la corrección política, tiene el mismo efecto y así se pretende” - Theodore Dalrymple