2030
Himbersor
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Acaba de soltarlo en Parler, una red social alternativa que está creciendo a un ritmo vertiginoso por la brutal censura hebrea en Twitter.
Nos están intentando hacer creer que un anciano senil que solo entusiasma al deep state pedo-judeo-satánico, junto a una india que fracasó estrepitosamente en las primarias, pulverizó el récord de 66 millones de votantes de Obama en 2008, y los 65 millones de Hillary en 2016.
El hecho de que los tribunales y la gran mayoría de los republicanos se hayan negado categóricamente a investigar las numerosísimas irregularidades, entre ellas imposibilidades probabilísticas, más votos que votantes, o los millones de votos por correo que se han contado sin comprobar ni identidades ni firmas, es un escándalo de una magnitud sin precedentes en EEUU.
La democracia ha muerto en América, y los votantes de Trump lo saben, y no se van a quedar de brazos cruzados y esperar hasta las próximas elecciones. Lo ocurrido estos últimos meses va a obligar a medio país a plantearse nuevas soluciones. Las reglas han cambiado, se avecinan tiempos convulsos.
The source code of the dominion voting machines version 2020 has been reverse engineered and analyzed. The evidence shows that the source code includes vote switching by design. It is not a bug. Trump could have had this evidence if he would have pardoned Assange. #pardonassange
¿En serio alguien cree que Biden consiguió más de 80 millones de votos?El código fuente de la versión 2020 de las máquinas de votación del dominio ha sido sometido a ingeniería inversa y analizado. La evidencia muestra que el código fuente incluye el cambio de votos por diseño. No es un error. Trump podría haber tenido esta evidencia si hubiera indultado a Assange. #pardonassange
Nos están intentando hacer creer que un anciano senil que solo entusiasma al deep state pedo-judeo-satánico, junto a una india que fracasó estrepitosamente en las primarias, pulverizó el récord de 66 millones de votantes de Obama en 2008, y los 65 millones de Hillary en 2016.
El hecho de que los tribunales y la gran mayoría de los republicanos se hayan negado categóricamente a investigar las numerosísimas irregularidades, entre ellas imposibilidades probabilísticas, más votos que votantes, o los millones de votos por correo que se han contado sin comprobar ni identidades ni firmas, es un escándalo de una magnitud sin precedentes en EEUU.
La democracia ha muerto en América, y los votantes de Trump lo saben, y no se van a quedar de brazos cruzados y esperar hasta las próximas elecciones. Lo ocurrido estos últimos meses va a obligar a medio país a plantearse nuevas soluciones. Las reglas han cambiado, se avecinan tiempos convulsos.