Espartano27
Madmaxista
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Lexuri y Lara, amatxus de Luka: «Los avances van más lentos de lo que pensamos»
Noticia patrocinada por la bbk
Familias
Familias diversasLexuri y Lara, amatxus de Luka: «Los avances van más lentos de lo que pensamos»
Lexuri, Luka, Lara y la perrita Lía disfrutan de un rato de juegos. / PEDRO URRESTICasadas desde hace tres años y medio, afirman que aunque se han sentido apoyadas aún queda mucho por hacer. «En alguna clínica nos trataron fatal cuando intentamos ser madres»
SOLANGE VÁZQUEZDomingo, 19 enero 2020, 21:14
-Uy, qué niño más guapo. ¿Quién es la madre?
-Las dos.
Lara y Lexuri han tenido que responder a esta misma pregunta muchas veces. «¡Y las que nos quedan!», bromean. Cuando se ha producido esta situación, generalmente en ascensores -donde la proximidad entre desconocidos anima a conversaciones triviales-, la explicación suele dejar descolocados a los 'curiosos' durante unos instantes. Hasta que caen en la cuenta de que ellas son pareja y el niño, Luka, hijo de ambas. «Entonces se quedan cortados y dicen algo así como 'aaah, pues muy bien'», comentan divertidas estas amatxus. Aunque las familias homoparentales son cada vez más frecuentes, todavía hay que romper muchos estereotipos. Pero se está avanzando mucho en este sentido, ¿no? «Bueno, va mucho más lento de lo que pensamos. Y eso que nosotras vivimos en una 'burbuja' y todo el mundo nos ha apoyado», indica Lara.
En su casa de Leioa, ajeno a estas cuestiones, Luka, de dos años, se mueve como un torbellino de pelo rubio y mofletes colorados, a pesar de que está pachucho y tiene fiebre. A su lado, le emula Lía, la perrita de la familia. Entre los dos echan carreras por la casa, se tiran al suelo, se arrebatan juguetes... «Están todo el día buscándose», comenta Lexuri.
Como sucede en todas las parejas, conciliar la crianza de Luka con sus trabajos -Lexuri Amelibia Gordon (37 años) es enfermera y Lara Díez Urquijo (32 años), psicóloga- es una odisea que requiere de la ayuda de los abuelos. «Tener un hijo es agotador a la par que precioso y no lo cambiaríamos por nada del mundo. De hecho, Lexu quiere tres peques por casa... No sé yo si lo veo», dice Lara. Vamos, que sus problemas no son distintos de los de otras familias de las llamadas 'tradicionales'. Al menos ahora. Pero sí que el hecho de ser una pareja de chicas les ha supuesto escollos en ocasiones. Por ejemplo, a la hora de hacer realidad su sueño de ser madres. Según explican, han tenido a Luka mediante el método ROPA (Recepción de Ovocitos de la Pareja, también conocido como 'maternidad compartida'): una de las madres aporta el óvulo y la otra lo gesta una vez fecundado con leche de un donante y pare al bebé. En este caso, la que llevó a Luka en la tripa fue Lexuri. Pero no fue todo un camino de rosas. «Miramos en varias clínicas y en una de ellas nos trataron fatal, la verdad. Se les veía que no tenían voluntad de hacerlo, ni ganas, quedaron en llamarnos y ni siquiera lo hicieron. Afortunadamente, en otra nos atendieron de maravilla... y bueno, ¡aquí está Luka!», resumen.
Al oír su nombre, hace una aparición estelar con una peluca azul mientras Lía, para tener también su cuota de protagonismo, mordisquea una de sus zapatillas. Lexuri y Lara se ríen. Todo ha valido la pena y las pequeñas anécdotas sobre su condición de lesbianas las guardan en un cajón de 'curiosidades', sin resentimientos. Como explican, cuando un día fueron juntas a probarse vestidos de novia -porque se casaron en una boda-boda, como quería Lara- la dependienta no acababa de entender la situación y pensaba que eran amigas que se casaban el mismo día. Luego están todas las ocasiones en que los impresos para hacer gestiones burocráticas tienen el apartado para 'padre', pero no están diseñados para dos madres, las veces que les han pedido un 'extra' de documentación por el hecho de ser un matrimonio compuesto de dos mujeres... «Todo eso tiene que mejorar», lamentan.
«A nivel general, las familias homoparentales estamos superinvisibilizadas en las aulas, en boca del profesorado, en los libros de texto, cuentos infantiles, tampoco hay muchos dibujos animados donde los peques tengan dos amas o dos aitas... no es nada común encontrar estos materiales», lamentan. Y eso que ellas, recalcan, son afortunadas en este sentido. Además, buscaron asesoramiento. Por ejemplo, antes de tener a Luka llamaron a la asociación Sehaska para que les resolvieran «bastantes dudas». Se trata de una agrupación de familias LGBT con sede en Bilbao que aspira a ser un punto de referencia para las personas gayses que hayan decidido ser padres o madres. Su lema, 'Diferentes familias, mismo amor'.
Pequeños temores
Luka saca su micrófono y baila por el salón de casa. Se le ve radiante junto a sus madres. Bueno, a Lara la llama 'amatxi' y a Lexuri, 'ama'. ¿No temen que cuando se haga más mayor pregunte por qué los demás niños tienen aita y él no? A Lara y Lexuri se las ve muy tranquilas al respecto. «De momento es muy pequeño y no le hemos explicado nada. Para él es natural y creemos que lo va a ver como algo normal», comentan. Sólo Lexuri admite un pequeño temor. «No me gustaría que le diesen la lata en la ikastola por este tema o que le pregunten...», confiesa. Es algo que no tiene por qué ocurrir, pero que escapa a su control, claro.
Ellas, de momento, están haciendo de Luka una personita fuerte y feliz, que duerme como un lirón, come estupendamente y exhibe a su corta edad una vena musical muy acusada. «Intentamos por todos los medios educarle en igualdad y sin roles de género. Desde que nació, e incluso antes, nos hemos ido dando cuenta de las grandes diferencias educativas y sociales que se hacen entre niñas y niños (colores, tipos de juegos...) cuando en realidad son personitas que nacen en blanco y se les va inculcando lo que para su género está bien o mal -explican-. Por eso intentamos que sea él quien decida qué ropa ponerse, da igual el color, con qué quiere jugar o de qué color se quiere pintar las uñas».
Como si las estuviese oyendo y quisiera demostrarles que están logrando este objetivo, Luka hace otra aparición muy teatral en el salón. En esta ocasión, con otro look: una peluca multicolor. Ama y amatxi le miran con todo el cariño del mundo y, si alguna vez tuvieron dudas o temores, estas han desaparecido.
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Familias diversasLexuri y Lara, amatxus de Luka: «Los avances van más lentos de lo que pensamos»
Lexuri, Luka, Lara y la perrita Lía disfrutan de un rato de juegos. / PEDRO URRESTICasadas desde hace tres años y medio, afirman que aunque se han sentido apoyadas aún queda mucho por hacer. «En alguna clínica nos trataron fatal cuando intentamos ser madres»
SOLANGE VÁZQUEZDomingo, 19 enero 2020, 21:14
-Uy, qué niño más guapo. ¿Quién es la madre?
-Las dos.
Lara y Lexuri han tenido que responder a esta misma pregunta muchas veces. «¡Y las que nos quedan!», bromean. Cuando se ha producido esta situación, generalmente en ascensores -donde la proximidad entre desconocidos anima a conversaciones triviales-, la explicación suele dejar descolocados a los 'curiosos' durante unos instantes. Hasta que caen en la cuenta de que ellas son pareja y el niño, Luka, hijo de ambas. «Entonces se quedan cortados y dicen algo así como 'aaah, pues muy bien'», comentan divertidas estas amatxus. Aunque las familias homoparentales son cada vez más frecuentes, todavía hay que romper muchos estereotipos. Pero se está avanzando mucho en este sentido, ¿no? «Bueno, va mucho más lento de lo que pensamos. Y eso que nosotras vivimos en una 'burbuja' y todo el mundo nos ha apoyado», indica Lara.
En su casa de Leioa, ajeno a estas cuestiones, Luka, de dos años, se mueve como un torbellino de pelo rubio y mofletes colorados, a pesar de que está pachucho y tiene fiebre. A su lado, le emula Lía, la perrita de la familia. Entre los dos echan carreras por la casa, se tiran al suelo, se arrebatan juguetes... «Están todo el día buscándose», comenta Lexuri.
Como sucede en todas las parejas, conciliar la crianza de Luka con sus trabajos -Lexuri Amelibia Gordon (37 años) es enfermera y Lara Díez Urquijo (32 años), psicóloga- es una odisea que requiere de la ayuda de los abuelos. «Tener un hijo es agotador a la par que precioso y no lo cambiaríamos por nada del mundo. De hecho, Lexu quiere tres peques por casa... No sé yo si lo veo», dice Lara. Vamos, que sus problemas no son distintos de los de otras familias de las llamadas 'tradicionales'. Al menos ahora. Pero sí que el hecho de ser una pareja de chicas les ha supuesto escollos en ocasiones. Por ejemplo, a la hora de hacer realidad su sueño de ser madres. Según explican, han tenido a Luka mediante el método ROPA (Recepción de Ovocitos de la Pareja, también conocido como 'maternidad compartida'): una de las madres aporta el óvulo y la otra lo gesta una vez fecundado con leche de un donante y pare al bebé. En este caso, la que llevó a Luka en la tripa fue Lexuri. Pero no fue todo un camino de rosas. «Miramos en varias clínicas y en una de ellas nos trataron fatal, la verdad. Se les veía que no tenían voluntad de hacerlo, ni ganas, quedaron en llamarnos y ni siquiera lo hicieron. Afortunadamente, en otra nos atendieron de maravilla... y bueno, ¡aquí está Luka!», resumen.
Al oír su nombre, hace una aparición estelar con una peluca azul mientras Lía, para tener también su cuota de protagonismo, mordisquea una de sus zapatillas. Lexuri y Lara se ríen. Todo ha valido la pena y las pequeñas anécdotas sobre su condición de lesbianas las guardan en un cajón de 'curiosidades', sin resentimientos. Como explican, cuando un día fueron juntas a probarse vestidos de novia -porque se casaron en una boda-boda, como quería Lara- la dependienta no acababa de entender la situación y pensaba que eran amigas que se casaban el mismo día. Luego están todas las ocasiones en que los impresos para hacer gestiones burocráticas tienen el apartado para 'padre', pero no están diseñados para dos madres, las veces que les han pedido un 'extra' de documentación por el hecho de ser un matrimonio compuesto de dos mujeres... «Todo eso tiene que mejorar», lamentan.
«A nivel general, las familias homoparentales estamos superinvisibilizadas en las aulas, en boca del profesorado, en los libros de texto, cuentos infantiles, tampoco hay muchos dibujos animados donde los peques tengan dos amas o dos aitas... no es nada común encontrar estos materiales», lamentan. Y eso que ellas, recalcan, son afortunadas en este sentido. Además, buscaron asesoramiento. Por ejemplo, antes de tener a Luka llamaron a la asociación Sehaska para que les resolvieran «bastantes dudas». Se trata de una agrupación de familias LGBT con sede en Bilbao que aspira a ser un punto de referencia para las personas gayses que hayan decidido ser padres o madres. Su lema, 'Diferentes familias, mismo amor'.
Pequeños temores
Luka saca su micrófono y baila por el salón de casa. Se le ve radiante junto a sus madres. Bueno, a Lara la llama 'amatxi' y a Lexuri, 'ama'. ¿No temen que cuando se haga más mayor pregunte por qué los demás niños tienen aita y él no? A Lara y Lexuri se las ve muy tranquilas al respecto. «De momento es muy pequeño y no le hemos explicado nada. Para él es natural y creemos que lo va a ver como algo normal», comentan. Sólo Lexuri admite un pequeño temor. «No me gustaría que le diesen la lata en la ikastola por este tema o que le pregunten...», confiesa. Es algo que no tiene por qué ocurrir, pero que escapa a su control, claro.
Ellas, de momento, están haciendo de Luka una personita fuerte y feliz, que duerme como un lirón, come estupendamente y exhibe a su corta edad una vena musical muy acusada. «Intentamos por todos los medios educarle en igualdad y sin roles de género. Desde que nació, e incluso antes, nos hemos ido dando cuenta de las grandes diferencias educativas y sociales que se hacen entre niñas y niños (colores, tipos de juegos...) cuando en realidad son personitas que nacen en blanco y se les va inculcando lo que para su género está bien o mal -explican-. Por eso intentamos que sea él quien decida qué ropa ponerse, da igual el color, con qué quiere jugar o de qué color se quiere pintar las uñas».
Como si las estuviese oyendo y quisiera demostrarles que están logrando este objetivo, Luka hace otra aparición muy teatral en el salón. En esta ocasión, con otro look: una peluca multicolor. Ama y amatxi le miran con todo el cariño del mundo y, si alguna vez tuvieron dudas o temores, estas han desaparecido.
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