M. Priede
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Fijaos cómo lo cuenta: encubre la verdadera responsabilidad de EEUU al volar el gaseoducto del Báltico y subvencionar que las empresas alemanas se vayan a EEUU (esto ni lo cita) con un mar de asuntos menores o inventados: pérdida de calidad de la enseñanza, competencia de China, crisis de China y que compra menos en Alemania.
Sólo muy de pasada dice: "China se está convirtiendo en un rival mayor y ya no es un comprador insaciable de productos alemanes. El golpe final para algunos fabricantes pesados fue el fin de enormes volúmenes de gas natural ruso barato". Así como quien no quiere la cosa, para que nadie diga que no lo citó, eso no. O sea, como un cafre nafo de los que tenemos aquí en el foro hablando de la guerra de Ucrania, que reconoce que es un desastre (de paso contradice todo lo dicho desde 2022) pero que la OTAN ganará porque Rusia ya la perdió hace dos años.
Alemania se hunde, y sí, el coste de la energía se ha disparado, pero no dice por culpa de quién, además existen otros problemas aparte del coste energético (totalmente inventados o exagerados, claro)
El cierre permanente de la planta de tubos de Vallourec SACA en Düsseldorf, que data de hace más de un siglo, es uno de los muchos signos de la desaceleración industrial de Alemania.
Fotógrafo: Ben Kilb/Bloomberg
Ciencias económicas
Los días de Alemania como superpotencia industrial están llegando a su fin
Mientras la parálisis política se apodera de Berlín, la crisis energética fue el golpe final para un número creciente de fabricantes
Por Wilfried Eckl-Dorna , Jana Randow , Carolynn Look y Petra Sorge
10 de febrero de 2024 a las 5:00 a. m. UTC
Actualizado en
10 de febrero de 2024 a las 9:11 a. m. UTC
Ahorrar
En una cavernosa nave de producción en Düsseldorf el otoño pasado, los tonos sombríos de un trompetista acompañaron el acto final de una fábrica centenaria.
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En medio del parpadeo de bengalas y antorchas, muchas de las 1.600 personas que perdieron sus empleos permanecieron impasibles mientras el metal brillante del último producto de la planta, un tubo de acero, era alisado hasta obtener un cilindro perfecto en un laminador. La ceremonia puso fin a una carrera de 124 años que comenzó en el apogeo de la industrialización alemana y resistió dos guerras mundiales, pero no pudo sobrevivir a las consecuencias de la crisis energética.
Ha habido numerosas iteraciones de tales finales durante el año pasado, lo que subraya la dolorosa realidad que enfrenta Alemania: sus días como superpotencia industrial pueden estar llegando a su fin. La producción manufacturera en la economía más grande de Europa ha tenido una tendencia a la baja desde 2017, y la caída se está acelerando a medida que se erosiona la competitividad.
"No hay muchas esperanzas, si soy honesto", dijo Stefan Klebert, director ejecutivo de GEA Group AG, un proveedor de maquinaria de fabricación cuyas raíces se remontan a finales del siglo XIX. “No estoy realmente seguro de que podamos detener esta tendencia. Muchas cosas tendrían que cambiar muy rápidamente”.
Los cimientos de la maquinaria industrial alemana han caído como fichas de dominó. Estados Unidos se está alejando de Europa y busca competir con sus aliados transatlánticos por la inversión climática. China se está convirtiendo en un rival mayor y ya no es un comprador insaciable de productos alemanes. El golpe final para algunos fabricantes pesados fue el fin de enormes volúmenes de gas natural ruso barato.
La producción alemana ha tendido a la baja desde el pico de 2017
Índice de producción industrial (2015=100)
Bloomberg
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ID de referencia de bloque: ce54bc83-c842-11ee-9c49-6fd8940d76f2
Fuente: Oficina Federal de Estadística de Alemania
Junto con la volatilidad global, la parálisis política en Berlín está intensificando problemas internos de larga data, como una infraestructura chirriante, una fuerza laboral que envejece y la maraña de trámites burocráticos. El sistema educativo, que alguna vez fue una fortaleza, es emblemático de una falta de inversión en servicios públicos a largo plazo. El instituto de investigación Ifo estima que la disminución de las habilidades matemáticas le costará a la economía alrededor de 14 billones de euros (15 billones de dólares) en producción para finales de siglo.
Leer más: Alemania teme que Volkswagen vaya por el camino a ninguna parte
En algunos casos, la desaceleración industrial se está produciendo en pequeños pasos, como reducir los planes de expansión y de inversión. Otros son más evidentes, como cambiar las líneas de producción y recortar personal. En casos extremos, como la planta de tuberías de Vallourec SACA, que alguna vez formó parte del caído gigante industrial Mannesmann, la consecuencia es el cierre permanente.
Wolfgang Freitag en el sitio de la planta de Vallourec en Düsseldorf el 19 de enero Fotógrafo: Ben Kilb/Bloomberg
“La conmoción fue enorme”, afirmó Wolfgang Freitag, que trabajó en la planta desde que era un adolescente. El trabajo de este hombre de 59 años ahora es desmontar equipos para la venta y ayudar a sus antiguos compañeros a encontrar nuevos trabajos.
Alemania todavía tiene una lista envidiable de fabricantes pequeños y ágiles, y el Bundesbank y otros rechazan la idea de que una desindustrialización total esté cerca. Pero con las reformas estancadas, no está claro qué frenará el declive.
"Ya no somos competitivos", dijo el ministro de Finanzas, Christian Lindner, en un evento de Bloomberg a principios de este mes. “Nos estamos volviendo más pobres porque no tenemos crecimiento. Nos estamos quedando atrás”.
Christian Lindner hablando en un evento de Bloomberg en Frankfurt, el 5 de febrero. Fotógrafo: Alex Kraus/Bloomberg
La frágil coalición del canciller Olaf Scholz se vio sumida en un mayor desorden a mediados de noviembre por una crisis presupuestaria provocada por un fallo judicial sobre las medidas de endeudamiento, dejando al gobierno con poco margen de maniobra para invertir.
"No hay que ser pesimista para decir que lo que estamos haciendo en este momento no será suficiente", dijo Volker Treier, jefe de comercio exterior de la Cámara de Comercio e Industria de Alemania. "La velocidad del cambio estructural es vertiginosa".
La frustración es generalizada. Aunque cientos de miles de personas han salido a las calles en las últimas semanas para protestar contra el extremismo de extrema derecha, la antiinmigración Alternativa para Alemania (AfD) está por delante de los tres partidos gobernantes en las encuestas, sólo por detrás del bloque conservador. La alianza liderada por los socialdemócratas de Scholz cuenta con el apoyo del 34% de los votantes, según un análisis de Spiegel de encuestas recientes.
Leer más: La extrema derecha está aumentando en Alemania y Scholz está perdido
La pérdida de competitividad industrial amenaza con hundir a Alemania en una espiral descendente, según Maria Röttger, directora para el norte de Europa de Michelin . El fabricante de neumáticos francés cerrará dos de sus plantas alemanas y reducirá una tercera antes de finales de 2025, una medida que afectará a más de 1.500 trabajadores. Su rival estadounidense Goodyear tiene planes similares para dos instalaciones.
"A pesar de la motivación de nuestros empleados, hemos llegado a un punto en el que no podemos exportar neumáticos para camiones desde Alemania a precios competitivos", afirmó en una entrevista. "Si Alemania no puede exportar de forma competitiva en el contexto internacional, el país pierde una de sus mayores fortalezas".
La planta de fabricación de Continental AG en Frankfurt. El fabricante de piezas de automóviles tiene previsto cerrar una fábrica de componentes cerca de Wolfsburgo debido a la caída de la demanda. Fotógrafo: Ben Kilb/Bloomberg
Otros ejemplos de declive surgen regularmente. GEA cerrará una fábrica de bombas cerca de Mainz en favor de una nueva ubicación en Polonia. El fabricante de autopartes Continental AG anunció en julio planes para abandonar una planta que fabrica componentes para sistemas de seguridad y frenos. Su rival Robert Bosch GmbH está en proceso de despedir a miles de trabajadores.
La crisis energética del verano de 2022 fue un catalizador importante. Si bien se evitaron los peores escenarios, como la congelación de viviendas y el racionamiento, los precios siguen siendo más altos que en otras economías, lo que se suma a los costos derivados de los salarios más altos y la complejidad regulatoria.
Las empresas alemanas pagan altas facturas de energía en la UE
Precios de la electricidad para consumidores no domésticos
Bloomberg
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ID de referencia de bloque: d05c8eb9-c842-11ee-afd5-6e66d035ccb4
Fuente: Eurostat
Nota: Los datos de 2023 solo se refieren al primer semestre, incluyen impuestos y gravámenes
Uno de los sectores más afectados ha sido el químico, resultado directo de la pérdida de gas ruso barato en Alemania. Dado que la transición al hidrógeno limpio aún es incierta, casi una de cada diez empresas planea detener permanentemente los procesos de producción, según una encuesta reciente de la asociación industrial VCI. BASF SE, el mayor productor de productos químicos de Europa, está eliminando 2.600 puestos de trabajo y Lanxess AG está reduciendo su personal en un 7%.
La lenta burocracia alemana tampoco mantiene el ritmo, incluso cuando las empresas están dispuestas a invertir. GEA instaló capacidad solar en una fábrica en la ciudad de Oelde, en el oeste de Alemania, donde fabrica equipos que pueden separar la nata de la leche. Solicitó permisos para suministrar energía en enero pasado, dos meses antes de comenzar la construcción y todavía está esperando la aprobación, casi dos años después de iniciar el proyecto.
La planta de BASF en Ludwigshafen, la empresa química, planea eliminar 2.600 puestos de trabajo en Alemania como consecuencia de la pérdida del gas ruso barato. Fotógrafo: Ben Kilb/Bloomberg
La escasez de energía se produjo inmediatamente después de las interrupciones provocadas por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo que provocaron el estancamiento de las líneas de montaje mientras los fabricantes de automóviles alemanes esperaban meses por chips y otros componentes, lo que subraya los riesgos de depender de una red remota de proveedores, especialmente en Asia.
Leer más: El motor económico de Europa se está desmoronando
China ahora está causando problemas a Alemania de varias maneras. Además de su giro estratégico hacia la manufactura avanzada, una desaceleración de la economía de la superpotencia asiática está minando aún más la demanda de productos alemanes. Al mismo tiempo, la competencia barata de China preocupa a industrias clave para la transición climática de Alemania, y no solo a los automóviles eléctricos.
Los fabricantes de paneles solares están cerrando operaciones y recortando personal mientras luchan por competir con rivales chinos apoyados por el estado. Solarwatt GmbH, con sede en Dresde, ya ha recortado un 10% de su plantilla y podría trasladar la producción al extranjero si la situación no mejora este año, según el director general Detlef Neuhaus.
¿Qué mueve las inversiones alemanas en el exterior?
Las empresas citan la energía como una razón clave
Bloomberg
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ID de referencia de bloque: d11092bb-c842-11ee-8400-7fb6ef291fe3
Fuente: Federación de Industrias Alemanas (encuesta de septiembre de 2023)
Los vientos en contra de Alemania requieren adaptación. Para EBM-Papst, un productor de ventiladores y respiradores, la crisis industrial significó adquirir un proveedor en dificultades. Y para mantenerse ágil, la empresa cambió la producción a componentes para bombas de calor y centros de datos y la abandonó del sector automotriz. También busca trasladar algunas tareas administrativas a Europa del este o India.
"No se trata sólo de energía", afirmó en una entrevista el director general Klaus Geißdörfer. "También se trata de la disponibilidad de personal en Alemania, que ahora es muy tensa". Dentro de una década, la población en edad de trabajar será demasiado pequeña para mantener la economía funcionando como lo hace hoy, añadió.
Equipos antiguos en la planta de Vallourec. Fotógrafo: Ben Kilb/Bloomberg
El Bundesbank concluyó en un informe de septiembre que una caída en la manufactura (que representa poco menos del 20% de la economía, casi el doble del nivel de Estados Unidos) no es preocupante si es gradual.
Esta tendencia podría significar el final del camino para los fabricantes más básicos, como la planta de tubos de Düsseldorf. Freitag, miembro del comité de empresa de la fábrica, ayuda ahora a preparar el terreno de 90 hectáreas para la venta. Gran parte del equipo terminará en un depósito de chatarra, lo que “me hace llorar el corazón y los ojos”, dijo.
— Con la ayuda de Kamil Kowalcze
(Se agregaron detalles sobre el apoyo de los votantes en el párrafo 14).
Sólo muy de pasada dice: "China se está convirtiendo en un rival mayor y ya no es un comprador insaciable de productos alemanes. El golpe final para algunos fabricantes pesados fue el fin de enormes volúmenes de gas natural ruso barato". Así como quien no quiere la cosa, para que nadie diga que no lo citó, eso no. O sea, como un cafre nafo de los que tenemos aquí en el foro hablando de la guerra de Ucrania, que reconoce que es un desastre (de paso contradice todo lo dicho desde 2022) pero que la OTAN ganará porque Rusia ya la perdió hace dos años.
Alemania se hunde, y sí, el coste de la energía se ha disparado, pero no dice por culpa de quién, además existen otros problemas aparte del coste energético (totalmente inventados o exagerados, claro)
El cierre permanente de la planta de tubos de Vallourec SACA en Düsseldorf, que data de hace más de un siglo, es uno de los muchos signos de la desaceleración industrial de Alemania.
Fotógrafo: Ben Kilb/Bloomberg
Ciencias económicas
Los días de Alemania como superpotencia industrial están llegando a su fin
Mientras la parálisis política se apodera de Berlín, la crisis energética fue el golpe final para un número creciente de fabricantes
Por Wilfried Eckl-Dorna , Jana Randow , Carolynn Look y Petra Sorge
10 de febrero de 2024 a las 5:00 a. m. UTC
Actualizado en
10 de febrero de 2024 a las 9:11 a. m. UTC
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Ha habido numerosas iteraciones de tales finales durante el año pasado, lo que subraya la dolorosa realidad que enfrenta Alemania: sus días como superpotencia industrial pueden estar llegando a su fin. La producción manufacturera en la economía más grande de Europa ha tenido una tendencia a la baja desde 2017, y la caída se está acelerando a medida que se erosiona la competitividad.
"No hay muchas esperanzas, si soy honesto", dijo Stefan Klebert, director ejecutivo de GEA Group AG, un proveedor de maquinaria de fabricación cuyas raíces se remontan a finales del siglo XIX. “No estoy realmente seguro de que podamos detener esta tendencia. Muchas cosas tendrían que cambiar muy rápidamente”.
Los cimientos de la maquinaria industrial alemana han caído como fichas de dominó. Estados Unidos se está alejando de Europa y busca competir con sus aliados transatlánticos por la inversión climática. China se está convirtiendo en un rival mayor y ya no es un comprador insaciable de productos alemanes. El golpe final para algunos fabricantes pesados fue el fin de enormes volúmenes de gas natural ruso barato.
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Junto con la volatilidad global, la parálisis política en Berlín está intensificando problemas internos de larga data, como una infraestructura chirriante, una fuerza laboral que envejece y la maraña de trámites burocráticos. El sistema educativo, que alguna vez fue una fortaleza, es emblemático de una falta de inversión en servicios públicos a largo plazo. El instituto de investigación Ifo estima que la disminución de las habilidades matemáticas le costará a la economía alrededor de 14 billones de euros (15 billones de dólares) en producción para finales de siglo.
Leer más: Alemania teme que Volkswagen vaya por el camino a ninguna parte
En algunos casos, la desaceleración industrial se está produciendo en pequeños pasos, como reducir los planes de expansión y de inversión. Otros son más evidentes, como cambiar las líneas de producción y recortar personal. En casos extremos, como la planta de tuberías de Vallourec SACA, que alguna vez formó parte del caído gigante industrial Mannesmann, la consecuencia es el cierre permanente.
Wolfgang Freitag en el sitio de la planta de Vallourec en Düsseldorf el 19 de enero Fotógrafo: Ben Kilb/Bloomberg
“La conmoción fue enorme”, afirmó Wolfgang Freitag, que trabajó en la planta desde que era un adolescente. El trabajo de este hombre de 59 años ahora es desmontar equipos para la venta y ayudar a sus antiguos compañeros a encontrar nuevos trabajos.
Alemania todavía tiene una lista envidiable de fabricantes pequeños y ágiles, y el Bundesbank y otros rechazan la idea de que una desindustrialización total esté cerca. Pero con las reformas estancadas, no está claro qué frenará el declive.
"Ya no somos competitivos", dijo el ministro de Finanzas, Christian Lindner, en un evento de Bloomberg a principios de este mes. “Nos estamos volviendo más pobres porque no tenemos crecimiento. Nos estamos quedando atrás”.
Christian Lindner hablando en un evento de Bloomberg en Frankfurt, el 5 de febrero. Fotógrafo: Alex Kraus/Bloomberg
La frágil coalición del canciller Olaf Scholz se vio sumida en un mayor desorden a mediados de noviembre por una crisis presupuestaria provocada por un fallo judicial sobre las medidas de endeudamiento, dejando al gobierno con poco margen de maniobra para invertir.
"No hay que ser pesimista para decir que lo que estamos haciendo en este momento no será suficiente", dijo Volker Treier, jefe de comercio exterior de la Cámara de Comercio e Industria de Alemania. "La velocidad del cambio estructural es vertiginosa".
La frustración es generalizada. Aunque cientos de miles de personas han salido a las calles en las últimas semanas para protestar contra el extremismo de extrema derecha, la antiinmigración Alternativa para Alemania (AfD) está por delante de los tres partidos gobernantes en las encuestas, sólo por detrás del bloque conservador. La alianza liderada por los socialdemócratas de Scholz cuenta con el apoyo del 34% de los votantes, según un análisis de Spiegel de encuestas recientes.
Leer más: La extrema derecha está aumentando en Alemania y Scholz está perdido
La pérdida de competitividad industrial amenaza con hundir a Alemania en una espiral descendente, según Maria Röttger, directora para el norte de Europa de Michelin . El fabricante de neumáticos francés cerrará dos de sus plantas alemanas y reducirá una tercera antes de finales de 2025, una medida que afectará a más de 1.500 trabajadores. Su rival estadounidense Goodyear tiene planes similares para dos instalaciones.
"A pesar de la motivación de nuestros empleados, hemos llegado a un punto en el que no podemos exportar neumáticos para camiones desde Alemania a precios competitivos", afirmó en una entrevista. "Si Alemania no puede exportar de forma competitiva en el contexto internacional, el país pierde una de sus mayores fortalezas".
La planta de fabricación de Continental AG en Frankfurt. El fabricante de piezas de automóviles tiene previsto cerrar una fábrica de componentes cerca de Wolfsburgo debido a la caída de la demanda. Fotógrafo: Ben Kilb/Bloomberg
Otros ejemplos de declive surgen regularmente. GEA cerrará una fábrica de bombas cerca de Mainz en favor de una nueva ubicación en Polonia. El fabricante de autopartes Continental AG anunció en julio planes para abandonar una planta que fabrica componentes para sistemas de seguridad y frenos. Su rival Robert Bosch GmbH está en proceso de despedir a miles de trabajadores.
La crisis energética del verano de 2022 fue un catalizador importante. Si bien se evitaron los peores escenarios, como la congelación de viviendas y el racionamiento, los precios siguen siendo más altos que en otras economías, lo que se suma a los costos derivados de los salarios más altos y la complejidad regulatoria.
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Fuente: Eurostat
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Uno de los sectores más afectados ha sido el químico, resultado directo de la pérdida de gas ruso barato en Alemania. Dado que la transición al hidrógeno limpio aún es incierta, casi una de cada diez empresas planea detener permanentemente los procesos de producción, según una encuesta reciente de la asociación industrial VCI. BASF SE, el mayor productor de productos químicos de Europa, está eliminando 2.600 puestos de trabajo y Lanxess AG está reduciendo su personal en un 7%.
La lenta burocracia alemana tampoco mantiene el ritmo, incluso cuando las empresas están dispuestas a invertir. GEA instaló capacidad solar en una fábrica en la ciudad de Oelde, en el oeste de Alemania, donde fabrica equipos que pueden separar la nata de la leche. Solicitó permisos para suministrar energía en enero pasado, dos meses antes de comenzar la construcción y todavía está esperando la aprobación, casi dos años después de iniciar el proyecto.
La planta de BASF en Ludwigshafen, la empresa química, planea eliminar 2.600 puestos de trabajo en Alemania como consecuencia de la pérdida del gas ruso barato. Fotógrafo: Ben Kilb/Bloomberg
La escasez de energía se produjo inmediatamente después de las interrupciones provocadas por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo que provocaron el estancamiento de las líneas de montaje mientras los fabricantes de automóviles alemanes esperaban meses por chips y otros componentes, lo que subraya los riesgos de depender de una red remota de proveedores, especialmente en Asia.
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China ahora está causando problemas a Alemania de varias maneras. Además de su giro estratégico hacia la manufactura avanzada, una desaceleración de la economía de la superpotencia asiática está minando aún más la demanda de productos alemanes. Al mismo tiempo, la competencia barata de China preocupa a industrias clave para la transición climática de Alemania, y no solo a los automóviles eléctricos.
Los fabricantes de paneles solares están cerrando operaciones y recortando personal mientras luchan por competir con rivales chinos apoyados por el estado. Solarwatt GmbH, con sede en Dresde, ya ha recortado un 10% de su plantilla y podría trasladar la producción al extranjero si la situación no mejora este año, según el director general Detlef Neuhaus.
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Los vientos en contra de Alemania requieren adaptación. Para EBM-Papst, un productor de ventiladores y respiradores, la crisis industrial significó adquirir un proveedor en dificultades. Y para mantenerse ágil, la empresa cambió la producción a componentes para bombas de calor y centros de datos y la abandonó del sector automotriz. También busca trasladar algunas tareas administrativas a Europa del este o India.
"No se trata sólo de energía", afirmó en una entrevista el director general Klaus Geißdörfer. "También se trata de la disponibilidad de personal en Alemania, que ahora es muy tensa". Dentro de una década, la población en edad de trabajar será demasiado pequeña para mantener la economía funcionando como lo hace hoy, añadió.
Equipos antiguos en la planta de Vallourec. Fotógrafo: Ben Kilb/Bloomberg
El Bundesbank concluyó en un informe de septiembre que una caída en la manufactura (que representa poco menos del 20% de la economía, casi el doble del nivel de Estados Unidos) no es preocupante si es gradual.
Esta tendencia podría significar el final del camino para los fabricantes más básicos, como la planta de tubos de Düsseldorf. Freitag, miembro del comité de empresa de la fábrica, ayuda ahora a preparar el terreno de 90 hectáreas para la venta. Gran parte del equipo terminará en un depósito de chatarra, lo que “me hace llorar el corazón y los ojos”, dijo.
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