Lo que ha pasado es que se ha llenado de pagapensiones, y con la educación permisiva y la justicia permisiva actual, una parte de esos pagapensiones se ha desmandado.
¿Por qué han venido tantos pagapensiones a una ciudad que es de las más caras de España, en particular en lo que respecta a la vivienda, en la que el clima es poco acogedor y que hasta no hace mucho tiempo tenía el estigma del terrorismo? Pues esencialmente por la RGI, la paga que reparte el PNV, y que podía perfectamente haber limitado a quienes llevasen en el País Vasco diez o más años. De hecho, esa paga podía haberse hecho fácil para los locales y muy difícil para los extranjeros, pero se hizo exactamente al revés.
Y ¿cómo cabe explicar eso, en un partido nacionalista? Hay dos hipótesis, que el PNV se ha vuelto loco o es rematadamente petulante, y está haciendo hoy precisamente lo que achacaba que Franco había hecho en los años cincuenta para acabar con los vascos, llenar Euskal Herria de foráneos, con la diferencia de que aquellos vinieron, en su abrumadora mayoría a trabajar, y estos han venido en una buena parte a cobrar pagas de inserción.
O que en vez de ser petulante, lo que pasa es que el PNV es definitivamente malvado y pasa absolutamente del pueblo vasco, entiéndase como se entienda ese concepto, y está únicamente interesado es la partida de Monopoly a largo plazo que parece que se juega en la ciudad:
llenar el centro de pagapensiones (empezó por las Cortes, pero ahora se extiende por Autonomía, supongo que Rekalde, Santutxu y similares estarán llenos y en Indautxu empieza a apreciarse una gran presencia de jovenlandeses y sudamericanos),
dificultar el tráfico en el centro, que es una zona muy densamente construida que a largo plazo convendría devaluar, para poder volver a construirla, cuando se acaben las operaciones de urbanización en la periferia;
precisamente en esta periferia, las constructoras afines al partido están urbanizando Leioa, la zona industrial de Barakaldo, Enekuri, el valle de Asua, prácticamente cualquier terreno que no estuviese construido, y se lo están colocando a los jóvenes con cierto nivel adquisitivo que se marchan de Bilbao, obligados por la política antifamiliar de prohibición del tráfico, por los precios descabellados de la vivienda (hechos posibles por el hacinamiento en pisos de los pagapensiones,, que pagan barbaridades para compartir pisos)
todo este desarrollo urbanístico en la periferia está pasando en un momento en el que la población de Bilbao no crece, por lo que realmente no sería necesaria tanta construcción, y sin presión por crecimiento demográfico, los pisos deberían bajar de precio.
Sin embargo, la política del PNV está logrando que las familias con ciertos ingresos abandonen Bilbao y paguen a las constructoras del partido por unos pisos en lugares en los que nadie ha querido vivir hasta ahora; sin embargo, los pisos siguen siendo un buen negocio en el centro, porque se alquilan a los pagapensiones, que no obstante devalúan las zonas en las que viven, con lo que se consigue incrementar el interés actual por los pisos de la periferia, y se devaluará a largo plazo el centro de la ciudad, con lo que en veinte o treinta años puede que empiece una operación recuperación del downtown.
Por supuesto, el atontao que tenemos de alcalde probablemente no será consciente de esos movimientos y pensará que lo que pasa en Bilbao es fruto del estado de bienestar preparado por el PNV, que atrae a gente que nos va a ayudar a construir país, como dicen ellos.
Pero francamente, la explicación a lo que está haciendo el PNV tiene que estar en los bolsillos de quienes manejan o financian al PNV.
¿O es que nos creemos que Madrazo les abdujo a todos?
