No seáis ingenuos, anunciar el esperpento de la intención de crear una cartilla el bichito es un movimiento de cálculo político, no una opción real.
Como en el ajedrez, Ayuso ha movido una pieza preparando el escenario siguiente; sencilla no es, ni sus asesores tampoco (y sabe que no es posible, y menos en el limitado ámbito de competencias autonómicas).
Si a las puertas de agosto, y a 40ºC, la situación de la epidemia es la que es, en otoño-invierno, con los resfriados y la gripe, la histeria con el el bichito va a ser como la de marzo-abril pasados.
Ayuso, ahora, ya podrá decir (cuando lleguen los momentos más duros de la siguiente crisis sanitaria) que intentó tomar medidas ante la inacción del Gobierno, pero no fue respaldada por el Gobierno Central.
En cierto modo es su línea de argumental dejar en evidencia la inacción del Gobierno Central, y no digo que le falten razones, como cuando exige controles efectivos en Barajas.
Ahora Ayuso, con este anuncio, vuele a cargarse de argumentos ante los ciudadanos, para poder decir que ella sí que intentó tomar medidas, que otros criticaron, aunque sean medidas pintorescas, fuera de la realidad.
En esta crisis hay que recordar todos los disparates que se fueron anunciando y quedaron en nada:
- Utilizar aviones para "desinfectar" desde los aires, rociando con no se sabe qué, que luego no se hizo.
- Recopilar y seleccionar centros para llevar, retener y encerrar a los positivos asintomáticos, como ordenó Sánchez que hicieran las Comunidades Autónomas durante el Estado de Alarma y que luego quedó en nada. Medida (en mi opinión) la más grave de suspensión de libertades si se hubiera llevado a realizar finalmente.