Cuasicipotecado
Madmaxista
Me atrevo a abrir un hilo a cuento de que, relacionado con los hilos sobre la astronómica deuda de los hay-untamientos españoles y de los municipios que ya están en bancarrota, se está produciendo un atraco municipal a golpe de ordenanza fiscal y leyes tributarias, cometido con alevosía y nocturnidad: un brutal incremento del impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana (la popular plusvalía), con una total opacidad informativa. Que lo sepáis.
Hace muy poco, un familiar de mi mujer ha vendido su pequeño piso, en una barriada obrera de Málaga, vivienda habitual suya hasta hace dos años, por cien mil euros. Ha sido de su propiedad durante cinco años y ocho meses. No estoy hablando de una vivienda comprada para especular: ha sido durante años su hogar. Cuando mi mujer me preguntó cuánto pagaría de plusvalía, yo, confiadamente, le respondí al pronto, “ah, bueno, pues teniendo en cuenta el tiempo que lo ha tenido y la cantidad pequeña que ha sido, supongo que unos ochenta o noventa euros, ciento y poco como mucho tirando por arriba”. Cuando consultó vía internet, le salen mil cuatrocientos treinta y cinco eurazos. Me lo dice, y yo de inmediato, que no, que eso es un disparate, que se ha tenido que equivocar en algo, seguro. Miramos, remiramos, comprobamos, y, ¡toma ya, que parece que sí, que le toca apoquinar casi mil quinientos eurazos! Estupefacta ante el hecho de que el familiar tenga que pagar de plusvalía por un cutre pisillo lo mismo que se pagaba hasta hace nada por la venta de una mansión, se puso a buscar la razón del desatino. Y sí, la hay.
En el año 2008 la parte proporcional del solar del bloque que le corresponde al piso, estaba valorada a efectos de catastro y de la “plusvalía” en 6.186 euros. En el año siguiente, 2009, el valor del suelo del pisito sube vertiginosamente a 42.668 euros. Y el año actual el pedacito de solar que le toca al piso vale 43.095 euros.
Han subido la base imponible a lo salvaje sin ninguna base real que lo justifique, y así, ¡¡han multiplicado como poco por 25 el impuesto en dos años!!
Es más. Este ejercicio de trileros tiene efectos colaterales. Como la base imponible se va incrementando en razón al número de años que se ha tenido en el bien en propiedad, resulta que si un matrimonio de ancianos que ha tenido su vivienda durante muchos años necesita venderla ahora para irse a una planta baja o vivienda con ascensor, le meten una púa descomunal, mientras que el especulador pillado por la burbuja que compró en los últimos años de la desvergüenza especulativa y que ahora se deshace del bien, pagará menos de un tercio que los abuelos. Eso se llama ética fiscal y justicia en el reparto de las cargas. Por los narices.
No hace falta que me extienda más. He encontrado un artículo excelente sobre la vergonzosa y asquerosa gestión de las arcas municipales de este esperpéntico país que seguro muchos ya habéis leído:
La quiebra municipal - SALIDA DE EMERGENCIA - Cotizalia.com
¿Me podéis comentar si conocéis más casos sobre esto? Supongo que en todas partes estarán cociendo parecidas habas con este impuesto.
Un saludo a los conforeros y un corte de mangas con peineta a los ciberpepiños del poder económico y del establishment político.
Hace muy poco, un familiar de mi mujer ha vendido su pequeño piso, en una barriada obrera de Málaga, vivienda habitual suya hasta hace dos años, por cien mil euros. Ha sido de su propiedad durante cinco años y ocho meses. No estoy hablando de una vivienda comprada para especular: ha sido durante años su hogar. Cuando mi mujer me preguntó cuánto pagaría de plusvalía, yo, confiadamente, le respondí al pronto, “ah, bueno, pues teniendo en cuenta el tiempo que lo ha tenido y la cantidad pequeña que ha sido, supongo que unos ochenta o noventa euros, ciento y poco como mucho tirando por arriba”. Cuando consultó vía internet, le salen mil cuatrocientos treinta y cinco eurazos. Me lo dice, y yo de inmediato, que no, que eso es un disparate, que se ha tenido que equivocar en algo, seguro. Miramos, remiramos, comprobamos, y, ¡toma ya, que parece que sí, que le toca apoquinar casi mil quinientos eurazos! Estupefacta ante el hecho de que el familiar tenga que pagar de plusvalía por un cutre pisillo lo mismo que se pagaba hasta hace nada por la venta de una mansión, se puso a buscar la razón del desatino. Y sí, la hay.
En el año 2008 la parte proporcional del solar del bloque que le corresponde al piso, estaba valorada a efectos de catastro y de la “plusvalía” en 6.186 euros. En el año siguiente, 2009, el valor del suelo del pisito sube vertiginosamente a 42.668 euros. Y el año actual el pedacito de solar que le toca al piso vale 43.095 euros.
Han subido la base imponible a lo salvaje sin ninguna base real que lo justifique, y así, ¡¡han multiplicado como poco por 25 el impuesto en dos años!!
Es más. Este ejercicio de trileros tiene efectos colaterales. Como la base imponible se va incrementando en razón al número de años que se ha tenido en el bien en propiedad, resulta que si un matrimonio de ancianos que ha tenido su vivienda durante muchos años necesita venderla ahora para irse a una planta baja o vivienda con ascensor, le meten una púa descomunal, mientras que el especulador pillado por la burbuja que compró en los últimos años de la desvergüenza especulativa y que ahora se deshace del bien, pagará menos de un tercio que los abuelos. Eso se llama ética fiscal y justicia en el reparto de las cargas. Por los narices.
No hace falta que me extienda más. He encontrado un artículo excelente sobre la vergonzosa y asquerosa gestión de las arcas municipales de este esperpéntico país que seguro muchos ya habéis leído:
La quiebra municipal - SALIDA DE EMERGENCIA - Cotizalia.com
¿Me podéis comentar si conocéis más casos sobre esto? Supongo que en todas partes estarán cociendo parecidas habas con este impuesto.
Un saludo a los conforeros y un corte de mangas con peineta a los ciberpepiños del poder económico y del establishment político.